Yo nunca era insolente, impúdico de hablar
No era cínico, de no reconocer, ahora lo soy.
Daba sin reparo, medirlo no me importaba
Acopio recibos,
ahora, para justificar al juez.
Nunca era
amargado, tener tirria no sabía
Ahora resiente
mi alma su verbo fácil, afilado.
Ella me ha
cambiado Con ella aprendí infamar
Y toda mi alma
enlodada hiede a pestilencia.
No puedo cambiar, aun más, no quiero cambiar.
Salía lejos
buscando agradable una compañía
Ahora en mis cuatro paredes quedo royendo
Antes iba al fútbol
cuando quería pasar el rato
constriño
infeliz resultado, hoy, que desaniman,
magros resultados internacionales: así es mi vida
Los años me golearon, nada loable hube realizado.
Pendiente de cambio de cartelera de cines, iba
Ahora todo me parece bodrio cebón de un sistema
Me condenan: depositario de fracasos y lamentos;
Y fácil
cuestiono todo lo que oigo, veo y rodea
Cierro la puerta para no herir a los que me llaman
Solo me falta explosionar en serie y hacer noticia
Me es difícil desatar este zapato de hartos nudos
Ella me ha
cambiado Con ella aprendí infamar
Y toda mi alma
enlodada hiede a pestilencia
No puedo cambiar, aun más, no quiero cambiar.
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