En 1890 vivió el marqués de Sarria y Molina, padre de
la bella Clara. Ella estuvo al cuidado de una mulata que tenia como hijo a Francisco, un joven poco mayor
que Clara. Ambos crecieron juntos y el destino hizo que se enamoraran. Pronto
Clara salió embarazada de Francisco, una noticia deshonrosa y escandalosa para
la época. Cegado por la cólera el marqués decidió encerrar a Francisco en el Convento de la Recoleta
para que se haga fraile. A su vez Clara
seria, luego, enviada a Europa. El día que le tocó partir, el barco que llevaba
a la triste joven pasó por Chorrillos. A lo lejos, ve que en el morro se encontraba su amado
Francisco vestido de fraile. Al saber que nunca volvería a estar con su amada,
el fraile decidió arrojarse de los altos del morro hacia el mar. Tras ser
testigo de la trágica escena, Clara se inmoló del mismo modo para encontrarse
con su amor.
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