martes, 3 de julio de 2018

SOLINA XXIII


P2
XXIII


Risser, ¡Con qué clase de mujer petulante te metes!
¡Cómo dejas que una de mentalidad ensorbecida
te influya y te dejes sobornar!
¡Si hubiera sido tú, no me inclinaría a ese gusto,
Tan envanecida , es esa mujer!
¡Por una egocéntrica  que tienes de amante no agacharía la cabeza!
No viviría apesadumbrado abandonándome  al destierro
en mi propia casa –el cuarto donde te llagas-

Ahora sé que tú no me conoces
Y nunca te preocupaste conocerme
Doy cuenta que mujeres baratas como esa te enfebrecen
Escultura de máscara, de ego mayúsculo
Sumergidas en la bañera  banalidad
Lleva en sus diez dedos diez sortijas de oro
Bah, qué ridícula
Pero de trato humano ni hablar
Me hizo esperar una hora
Pero lo acepté para observarla

Hubiese sido bizarra –yo- reconocer
que como persona era mejor que yo
Que yo era indigna a su lado
Reconocer te subyugó su arte
o su calidad de persona, y qué
era yo la piedra en el camino
y simplemente me apartaría

Pero no,
sin conocerme me difamó
Aun así, si hubiese sido cierto
La prudencia de una mujer
requería callar la verdad
porque era harto  dañable
¿Es que no pensó en tus hijos?   

Pero no, la muy zorra me calumnió
En mi ausencia lo que es peor
¿No te das cuenta? Yo sí, en el acto
Son esas que gesticulan mucho
Que mueven las comisuras de su boca
En demasía, esas son falsas

Solo sabe hacer dinero, estrujar a los que tienen
 y cuando le esquilman le maltratan como a ti
y después con una sarta de acomodos
te desacomodan ¡imbécil! 
No soportan a un mendigo
o para botarles les da una propina, y listo

El dinero no es salud paz y luz
El dinero no es la vida
Aunque a veces lo parezca *

¡Sabrá dios con qué recursos se hizo rica!
Entregando su cuerpo seguramente
Si la vi  cómo endulzaba a sus proveedores
A sus clientes fuertes aniñaba, y  a los que no desdeña
¿A ese tipo de mujeres haces caso?
¿A esa crees? ¡Qué mal gusto tienes!

Risser, me das mucha pena Te creía con criterio más amplio,
Orgullosa haberme casado con una persona superior a mí
¡Pero, qué error! ¡No sabes cuánto te odio!

¡Esa bruja que te cuenta que me vio con otro!
¡Veo el veneno que hay en sus palabras!
Mujercita que quiere todo lo bueno para ella
Pero cuando ve a otros distantes en economía
Que tienen un poco de tranquilidad, los odia
y crea la infamia  por hacerles mala  leche

Yo fui a ella, la busqué, la enfrenté
Para que me dijera en mi cara
Y la muy pusilánime, cobarde
Dijo que tú le interpretaste mal

Y en vez de darnos las paces
Le dije lo que es, creída con su dinero
Arrogante, estúpida, altanera
Cree a todos subyugar con su carita porcelana
Cobarde
Pidió a su seguridad que me echaran
¿Eso no te contó?

Esa vez que nos encontramos yo ya tenía sospechas
-fácil darse cuenta, el caminar sombrío que muestras-
Quería guerrear por tu amor quise enfrentármela
Pero si tú la crees ¡Olvídate! ¡Ya no!
¡Nunca más, has lo que quieras!
¡Espero no te arrepientas el paso que estás dando!
Y si sí, jódete

Gustaría tuvieras los cojones buscar la verdad
y no dejarte afectar por esa pérfida  cuenta-infamias

¡Pero… no sabes cuánto  siento no haberte engañado!
¡Cuántas veces tuve  oportunidad  por otro hombre!

Si no lo hice fue por mis hijos
[esa parte dejó  subrayado dos veces]
No cedí a ruegos ajenos, no por ti, tú no vales

Antes te admiraba, depositario a mis jóvenes años
Pero al tiempo di cuenta tu debilidad por las faldas
Hasta este último ultraje
Crees a una perendeca antes que a tu esposa

Siempre fue así Tu familia nunca me confió
Creíste a tu madre, tu hermana, ahora a esa ladina

Pero no tienes por qué amargarte la vida
Vive, gózala, sé feliz ¡lárgate!
En el mundo todavía queda gente leal, pero no como esa arpía
Seguro hay  chicas bonitas y buenas que deberías escoger
Cabello rubio, ojos verdes cómo querían tus padres
Y no yo de ascendencia inca como me llamabas

Desde el primer día que pisé tu casa noté no era santa de devoción de nadie
Fui un despecho, un recurso a ciertas convenciones
-Tener un nieto para la familia, por ejemplo-
Tú nunca has estado conmigo, has estado con ella
A pesar que te matraqueabas en mi encima

¿No te diste cuenta mi silencio? ¿Mi brusquedad al tratarte?
¿Era ella por quién  te escondías en tu cuarto?
Para escribir horas y horas, bah, doblemente bah

O salir a la calle como cobarde después de  discutir,
y con eso creías solucionar todo, qué tonto

¡Qué tiene ella de bueno a no ser sopapear la papirola!

Pero saqué fuerza de flaqueza y decidí liberar este ahogo
que me roía No me arrepiento escribirte esto ¡Muérete!
 __
*canción de Luis Alcaraz

 _

jrosual

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