¿Por qué el placer y el cristianismo siempre riñeron? Muy
sencillo: porque la creación de la culpa como fundamento del miedo demandaba
esa auto abominación (si el cuerpo es el mal, el que goce del cuerpo es falta
mayor) Sin culpa no hay miedo y sin miedo no hay iglesia.
Y César Hildebrandt,
además, cita a Anatole France que dijo: no hay castos, solo hay enfermos,
hipócritas, maniacos y locos.
Y eso que en los tiempos de Anatole el Opus Dei no había sido
fundado.
18/8/2006 / César Hildebrandt
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