Hay palabras que quisiera decir, más que decir
vociferar:
Palabras que tengo hondo en mi caperuza de tortuga
Como estas:
¡No, ya estoy cansado de llevarla a sus consultas psiquiátricas!
-tengo una hija que la sufre, bordea los treinta años.
¡No, ya estoy cansado de velar por ella! -mi madre- ¡que
lo vea mis otros hermanos!
¡No, ya estoy cansado de velar por ustedes -mis
hijos. Varios, que son mayores-
¡Estoy cansado, me duelen las rodillas!
Pero no digo nada, callo, sigo la batalla
Un día me aplastará una plancha de acero de grueso
calibre
y aplastado, tal vez, tenga un segundo y diga:
¡ Al fin, se
acabó todo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario