jueves, 31 de marzo de 2016

¡Deso…lación!


Hay palabras que quisiera decir, más que decir vociferar:
Palabras que tengo hondo en mi caperuza de tortuga
Como estas:
¡No, ya estoy cansado de llevarla a sus consultas psiquiátricas! -tengo una hija que la sufre, bordea los treinta años.
¡No, ya estoy cansado de velar por ella! -mi madre- ¡que lo vea mis otros hermanos!
¡No, ya estoy cansado de velar por ustedes -mis hijos. Varios, que  son mayores-
¡Estoy cansado, me duelen las rodillas!

Pero no digo nada, callo, sigo la batalla
Un día me aplastará una plancha de acero de grueso calibre
y aplastado, tal vez, tenga un segundo y diga:

¡ Al fin, se acabó todo!

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