domingo, 18 de enero de 2015

El poeta austriaco Georg Trakl (1887-1914)



 …Incapaz de llevar una vida ordenada, atacado por la depresión y por síntomas de esquizofrenia, el amor de su vida parece haber sido su hermana Gretl, seis años menor que él. La leyenda de la relación incestuosa con su hermana tiene un asidero en la pareja que forman de juegos infantiles. Ahora después, cuando su hermana  se separa de su marido, vuelve a convertirse  en su compañera inseparable…

En 1914 va al frente ruso y pasa por uno de los episodios más terribles de su vida. Como farmacéutico titulado, se ve obligado a asistir sin medicinas a decenas de hombres heridos y militares. Es demasiado. Va  a entrar en una depresión y se suicida el 3 de noviembre de ese año. Su hermana Gretl iba a  seguirlo en 1917.

Alonso Cueto

Además:
En 1912 obtuvo en Viena un empleo en el Ministerio de Obras Públicas, pero renunció a las dos horas de inicar el trabajo y volvió a su ciudad natal
en 1913 Marchó a Berlín para reencontrarse con Gretl, que se había casado y divorciado enseguida provocándose un aborto por el cual se hallaba internada.
 
Su amigo Von Ficker lo describió así:

    Siempre se le hacía difícil arreglárselas con el mundo exterior, al tiempo que iba ahondándose cada vez más en el manantial de su creación poética... Bebedor y drogadicto empedernido, jamás le abandonaba su porte noble, de un temple espiritual fuera de lo común; no hay hombre que haya podido verle jamás tambalearse siquiera, o ponerse impertinente cuando bebía, si bien, a horas avanzadas de la noche, su forma de hablar, por lo demás tan delicada y como rondando siempre un mutismo inefable, se endurecía a menudo con el vino de una manera peculiar y, entonces, podía aguzarse en una malicia relampagueante. Pero, por debajo, solía sufrir él más que aquéllos sobre cuyas cabezas descargaba como un rayo la daga de sus palabras en el corro enmudecido, pues en tales momentos parecía de una veracidad tal que le partiera auténticamente el corazón. Por lo demás era un hombre callado, ensimismado, pero en modo alguno reservado; al contrario, sabía entenderse bondadoso y humano como el que más con gente sencilla y franca de cualquier clase social, de la más alta a la más baja, con que tuvieran el corazón "en su sitio", en particular con los niños. Bienes apenas le quedaban, tener libros siempre le pareció superfluo, y acabó "liquidando" por lo que le dieran todo su Dostoievski, al que veneraba fervientemente... Entonces estalló la guerra, y Trakl tuvo que ir al frente en su antiguo puesto de farmacéutico militar con un hospital volante. A Galitzia. Al principio aquello pareció romper el hielo y arrancarle a su pesadumbre. Pero luego, tras la retirada de Grodeck, recibí desde el hospital de plaza de Cracovia, adonde se le había llevado para observación por su estado psíquico, un par de cartas suyas que sonaban como llamadas de socorro de su alma.
Grodeck

A continuación la traducción del último poema de Trakl, Grodeck:

            Hacia la noche, los bosques otoñales resuenan
            con armas mortales
            Sobre las doradas llanuras, los azules lagos
            el más obscuro sol, gira.
            La noche envuelve guerreros moribundos y
            al salvaje lamento de sus fragmentadas bocas.

            Quieta en el espesor de los sauces
            –Nube roja habitada por un dios iracundo–
            la sangre es vertida en el frío de la luna.

            Todos los caminos desembocan en negra podredumbre.
            Sobre las ramas de oro de la noche y las estrellas
            ondea la sombra de la hermana por el mudo bosque.
            Para saludar los espíritus de los héroes, las cabezas de sangre.
            Y suavemente entre los rojos otoñales suenan oscuras flautas.
            ¡Oh, más soberbio duelo! Tus altares de bronce
            la llama ardiente del espíritu nutre ahora un tremendo dolor:
            ...los nietos nonatos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario