Lo maté
con la bayoneta. Eran dos soldados argentinos en una cueva. Nos acercamos
sigilosamente pero los alertamos al entrar. Saltamos y disparé mi rifle. Estaba
encasquillado y no tenía tiempo de sacar el cargador y resolverlo, así que me
abalancé con la bayoneta, se la clavé en el cuello y no le di tiempo a
dispararme.
Hoy,
este británico tiene 55 años y sufre
estrés postraumático, pesadillas y temblores y por ello se propuso cerrar un
capítulo de su vida: devolver el casco del muchacho - a quién mató en el monte Tumbledown en Las
Malvinas el 13 de junio de 1982-
Al
regresar de las Malvinas Gordon Hoggan
del 2º batallón de la guardia escocesa retornó
la tarea de custodiar los palacios reales de Londres con el tradicional
uniforme rojo y el famoso sombrero alargado de piel de oso, el “bearskin”, que
tanto llama la atención a los turistas que visitan el palacio de Buckingham
Luego
lo destinaron a Chipre, sol y playas, un premio para él y sus compañeros
por la dureza de la campaña de las Malvinas, que le congeló varios dedos en los
que perdió la sensibilidad.
En 1993 dejé el ejército, en
el que se había enrolado con 16 años. Había
cumplido con mis años de servicio, 18 años y medio. Al principio fue bien, pero
en 2001 tuve una crisis nerviosa. Pasé 18 meses viviendo en las calles de Londres
mendigando. Al principio no lo supe pero luego me di cuenta de que tenía algo que ver con lo que había ocurrido en la
guerra de Malvinas.
Hoggan
sabe que tanto la familia del soldado argentino muerto José Galarza como la asociación de
veteranos del regimiento al que
pertenecía su victima quieren reencontrarse con él.
Luego de 32 años quiere devolver el casco al papá de la victima.
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