Cierta vez un reportero de RPP (1), frente a la cámara, en vivo,
estaba narrando las desventuras de una inundación en el interior del país
con el micro en la mano mandaba ponchar al cámeran hacia el cauce lleno del río:
Varios ataúdes eran arrastrados por las aguas embravecidas río abajo
Había sido arrasado varios pabellones del cementerio de un pueblo vecino, río arriba
Entonces, se acerca al reportero una joven madre, le quita el micro y grita:
¡Mamá, Mamá -dice el nombre de su madre- ya voy por ti! ¡No te preocupes, ya voy por ti!
Quiso decir que iba ir al pueblo vecino -cerca al cementerio- a rescatarla
El asunto es que la madre había visto por televisión la entrega periodística
cuando, momentos después, el agua subió al segundo piso donde ella estaba
y, a tiempo, subió a la azotea desde donde, ahora, devolvía la llamada al canal de televisor
llamando a su hija (por su celular) donde le conminó severamente:
¡ Hija, no vengas! ¡No vengas! ¡Te lo pido por Dios! ¡El agua está llenando el segundo piso!
¡Ahora te llamo desde la azotea! ¡Estoy bien pero no sé que será de mi!
¡Por Dios, no vengas- repitió-! ¡Cuida a tus hijos! ¡Ellos son pequeños, tú mereces vivir...!
(1) Radio Programas del Perú, ahora televisión, cuya cobertura llega a todo el país, sobre todo en radio, que muchos villorrios donde no llega ninguna vía la única comunicación es RPP; por su intermedio lograron rescatar a la madre con un helicóptero.
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