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La tierra roturaba
En sordo manipuleo
La primera lampada
En un seco impacto
fuerte retumbaba
en la tapa del ataúd
Oía también el sollozo
de su madre
de sus hermanos,
de magdalenas
Dentro de su
féretro
Por la maciza
madera
Oía voces conocidas
Nadie quería discursear
Será que sus hijos tenían
Hueco y vano el corazón
Aun no se enfriaba tanto
Y sus hijos ya discutían
Deliberan sí más luego
invitarían a los asistentes
a casa, o si en la puerta
mandaban a todos a volar
Tierra arable
removida
Pensaba era tierra
virgen
Pero la han
abierto antes
Que oía a los costados
Vociferar un
desmedro
Por interrumpir su
sueño
Tierra parda
tierra batida
Tierra de cultivo
había sido
Ora las mieses
eran grandes
donde sus manos
yertas
buscará -en siglos-
compartir
emparentar, mimetizar
hasta mezclar y formar
sustancia nitrogenada
que
nadie sabrá quién
provino de quien
Arraigo a su nuevo
suelo
Arraigo a su padre
ya ido
-contiguo a su
sepultura-
pidiéndole: ¿cómo
podría
estar sobre sus
rodillas
ora que no tiene
zapato?
Humedeciéndose
dentro y
Desalma le echa
agua, sin duda
incompatibilidad
de pareceres
hasta el último
tramo
Al menos en este cuartel
las sepulturas van llenas
Si ella muriera mañana,
la enterrarían lejos
Sus raíces no se unirían
Si dijeran en su
entierro
Fue un gran
hombre…
padre ejemplar…
Forjador de buen
hogar…
Hacedor de hijos
buenos…
Verdad, sus huesos
maxilares
desacoplarían
riéndose
Reclamaría:
No, no digan eso
por favor,
¿No habrá entre
ustedes
un sincero que
dijera fue uno
que llevaba
podrido el alma?
autor Jrosual
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