lunes, 3 de diciembre de 2018

Poemario FINAL 52



52

La tierra roturaba
En sordo manipuleo

La primera lampada
En un seco impacto
fuerte retumbaba
en la tapa del ataúd

Oía también el sollozo de su madre
de sus hermanos, de magdalenas

Dentro de su féretro
Por la maciza madera
Oía voces conocidas

Nadie quería discursear
Será que sus hijos tenían
Hueco y vano el corazón

Aun no se enfriaba tanto
Y sus hijos ya discutían

Deliberan sí más luego
invitarían a los asistentes
a casa, o si en la puerta
mandaban a todos a volar

Tierra arable removida
Pensaba era tierra virgen
Pero la han abierto antes
Que oía a los costados
Vociferar un desmedro
Por interrumpir su sueño

Tierra parda tierra batida
Tierra de cultivo había sido
Ora las mieses eran grandes
donde sus manos yertas
buscará -en siglos- compartir
emparentar, mimetizar
hasta mezclar y formar
sustancia nitrogenada que
nadie sabrá quién provino de quien

Arraigo a su nuevo suelo
Arraigo a su padre ya ido
-contiguo a su sepultura-
pidiéndole: ¿cómo podría
estar sobre sus rodillas
ora que no tiene zapato?

Humedeciéndose dentro y
Desalma le echa agua, sin duda
incompatibilidad de pareceres
hasta el último tramo

Al menos en este cuartel
las sepulturas van llenas
Si ella muriera mañana,
la enterrarían lejos
Sus raíces no se unirían

Si dijeran en su entierro
Fue un gran hombre…
padre ejemplar…
Forjador de buen hogar…
Hacedor de hijos buenos…

Verdad, sus huesos maxilares
desacoplarían riéndose

Reclamaría:
No, no digan eso por favor,
¿No habrá entre ustedes
un sincero que dijera fue uno
que llevaba podrido el alma?

 _

autor Jrosual



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