SEGUNDA PARTE
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No supo si el raciocinio que
venía
Era los últimos segundos de su vida
O los primeros de la nueva
O intermezzo entre acto y acto
Pero concertó a modo de ajustar
la vida que le había tocado librar
y dijo a modo de canto:
Gracias, mi oportuno delincuente
Te animaste a tomar por mí la decisión
De lo que no tenía valor
Acabaste todos los baldones
Que me jodían la vida siempre
Y me mandaste a la cumbre
Gracias, buen vecino lindante
Sin conocerme una vez me llamó
Desde la puerta de su casa
me dijo sin esperar respuesta
¡Sírvase señor el chocolate por favor!
De una garrafa llenó humeante brebaje
a una taza -y agregó:- Estamos celebrando
la Primera Comunión de mi nieto Ezequiel
-le llamó y me presentó enseñándole
cómo se debe ser amable con los vecinos-.
¡Gracias, atento jovencito!
Cederme el asiento del bus
de modo afectuoso decirme:
A mi tío Toño usted se
parece
que mi padre mucho le quería
Y empezó a contar sus bondades
Sus logros sus yerros del finado
haciendo del viaje real encanto
Halagué su gentileza, y le confesé:
Justo necesitaba el asiento
La rodilla me molestaba
En mis años jóvenes –le revelé-
Pudiendo andar bastante, no lo hice
ora, por más que quiera ya no puedo
Mientras las facultades van
enteras
hay que dar todo lo que se pueda
Y, así, abriéndonos, como padre e hijo
seguimos el resto del viaje versando
¡Gracias Naturaleza!, te gocé a veces
¿Por qué me afiné al detrito de
la ciudad?
Gracias a la avenencia de mi padre
Gocé su inmensidad en la provincia
Llevado al abra siendo aún niño
La trocha llegaba a un altozano
Optamos permanecer dentro del
bus
porque oscuro estaba fuera
Las mulas y arreos en la pascana aguardaban
Yo esperaba el alba para ver dónde estaba
El resto de trayecto se haría cabalgando,
Eso me advirtió mi padre que me llevaba
Sabía, estaba como a tres mil metros
Pero… gracias naturaleza
De a poco fuiste reluciendo tu belleza
Mostrabas el cambio en el cielo
Mudaba la luz del oscuro al rosa
Proyectaba bellas graduaciones
Que rozaban con la espiritualidad
Un rayo naranja con blancas estelas
en una esquina del firmamento
El cinturón de venus iba cambiando
nubes altas y nubes bajas se teñían
de un rosa delicado a un dorado intenso
Y la silueta parda aun en el antepecho
Y en esa silueta pueblos y en él, vida
Luego se iban descubriendo los nevados
A la lejanía parecía a nuestra altura
Entonces salimos de la guarida lata
Y un frío seco heló mi naricita
Pero el frío sucumbió al asombro
Papá me arrellanó a una piedra azulada
Y fue cantando los nombres de los apus
de los caminos, ríos, lagos, y
su ficción
En la ladera vi centellear las calaminas
De tres pueblos como mariposas plateadas
Y lento la neblina disipaba e iba surgiendo
el verdor de chacras tableros aledaños
Las vacas como puntos se veían
El río quieto como una cinta en el piso
Regodeó mis ojos de niño aquel paisaje
y hendió a mi pubertad nueva energía
Gracias… gracias naturaleza porque llegaste
Cuando de niño requería acto grandioso
*
Sin embargo, que pena dejarle
A mi progenitora
No fue como se acostumbra
El hijo a la madre da sepultura
Yo que tenía que seguir velándola
¡recórcholis!, ora voy lejos de ella
Al menos quedan tres hermanos
Que sabrán cumplir su obligación
¡Gracias madre, tenerme a tu lado!
Aroma de yerba buena, hierba santa
limones pintones ají limo culantro
y filetes de pescado fresco marino
sobresalían de su canasta de mercado
Cuando bajaba corriendo de la parte alta
a darle alcance en la pampa con mi Coki
Augurio de un buen almuerzo que venía
Gracias sol, gracias piedra, gracias viento
Gracias libro, país gracias, gracias hermano
Gracias sinceras por lo que brota de mi canto
como dijo Neruda confieso que he vivido.
_
autor Jrosual
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