viernes, 16 de noviembre de 2018

Poemario FINAL 36, 37 y 38



36

Se acostó en la cama
No es que tuviera sueño
Sino los ojos le cansaban
Luego de leer y escribir harto

Como esa persona
Que solo piensa morir
Oye el tambor de la sordina interna,
-cenestesia- Sin ser tocado, siente molestia
en diversas partes del cuerpo

No tenía sueño pero estaba cansado
Declina leer un diario, oír la radio
Solo rasguña malos pensamientos

Luchaba con dos monstruos internos
las Sombras y las Cenizas
                                                                                                                                                                                                         
Artículo mortis, cuando acaeciera
Tratará la última fuerza alcanzar
Postrero sonreír a la guadaña
- única vez a la cara le mirara-
Y comprendiera no le temía

Cuando bufaba soltaba copos saliva
Lo mejor que le puede pasar al jabalí:
Losa de piedra a ruidos  sin esperanza

Y esa noche en su velorio creyeran
-Los suyos, por el cristal  glosaran:-
Yace apacible como si lo deseara



37

Luego de un rato, la rodilla
Involuntariamente le brincaba
Y una corriente a cien amperios
por los aductores le sacudía

¿Esta artrosis, quién la habrá inventado?
Jode y jode en cualquier momento –decía-

Resulta ahora le dolía los codos
Nunca antes le había pasado eso
Por eso no hallaba buenas posturas

¡Cómo no me lleva de una vez la parca!
¡Jode y jode esta vieja artrosis!
 ¡Qué le hice yo, vieja culeca! –balbucía- 



38
                                                                                     
Sufría además de hipertensión
Pero esta noche era más alta
Que todas las fuerzas juntas
Sin embargo, gélidas piernas           
Parecían dos cubos helados
Por más que se abrigaba

Ya no usaba kerosene doméstico
Que antes no faltaba en la casa
Que la abuela con ello le frotaba
Y el calor de inmediato regresaba

Dos pantalonetas de lana
Calorub, mentol ¡y nada!

Había oído quejarse a la mamá,
La consoló pero sin importarle
Ora le tocó lidiar la hipotermia
Y corroboró que  era insufrible

La carraspera en la garganta
El frío por el cuello y espalda
hasta inflamarle los bronquios,
Buen preludio para resfriarse

Por un momento quedó asustado
sobre la irrigación sanguínea
Su pulso no lo encontraba
pero el corazón iba relajado

Vio el barómetro en el reloj térmico
Lamentándose los 15 grados
cuando, menos de diez grados
Sufrían los que vivían en Puno

¿Por qué se enfriaba? – preguntaba-
Tal vez por las hierbas que tomaba
Para desinflamar la próstata, o
¿Así vive el valetudinario?*
Mejor salir de circulación, ¡y ya!
__
*enfermo por la edad

_
autor Jrosual

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