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Yo también tuve una
rara muerte
Dijo otra voz desde
la niebla espesa:
» Acostumbraba frotar
la espalda
En la balaustrada
al levantarme
para alinear mis
huesos cervicales
Lazaba mis dos
manos en la nuca
Me recostaba sobre
el madero
Desde el comienzo
de la espalda
Hasta las
vértebras lumbares
Pero esa madrugada
la barra cedió
y caí –fatal- de
nuca, tres pisos »
Otro, desde la
masa de aire frío, dijo:
Yo, igual, pero del
estribo de un bus
Era una media
estación imprevista
Iba con mi chompa
“v “color roja
Estaba de pie en
la parte de atrás
Vi uno, sentado,
se quitaba la prenda
por el repentino
bochorno dentro
» Estacionado el
bus, hice lo mismo
Remangué,
cubriéndome la mocha
Quedé a oscuras par
de segundos
En ese instante,
arrancó el carro
Pensé al pedestal
sostenerme
(Esa, que hay en
toda escalinata)
Con mal cálculo
que me fui al vacío
Desnucándome en el
asfalto »
Desde el país de
la polución, dijo otro
que cuando hablaba
soltaba olor acre:
Mi caso fue por
idiota
El ciego pedía
limosna en el micro
Detenido el bus por el semáforo
Cuando llegó al
final del salón
por el estribo de
atrás se bajó
-no tenía puerta
de seguridad, y
el bus no iba
aparcado a derecho-
Los pasajeros
gritaron al chofer:
- ¡los carros, los
carros lo van arrollar!
(Había cambiado la
luz a verde)
Entonces, bajé
para ayudarle cruzar
Cuando un auto, no
adivinando mi hacer
me embistió, me
levantó en alto
Y lo último que vi,
llegar tranquilo el ciego a la vereda
Entonces ese
murmullo de voces
Así como llegaron
así se fueron
Por un trampilla
con bisagra
- especie de
gatera- que quedó
oscilando por acción del viento.
_
autor Jrosual
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