viernes, 4 de agosto de 2017

FEA : La muchacha bonita de los domingos


2

Gustaba usar zapatos tacos altos
Con su altura no se conformaba
Quería ser alta como las modelos

Cuando estaba por llegar a su casa,
a medianoche,  cuando él la dejaba
Sendas tres cuadras taconeaba

Con el ruido  despertará  la cuadra
-de los que se recogen  temprano-
Decía mordaz su madrina  Orihuela

Las calles de barrio de su amorcito
Tenían nombre de piedras preciosas
Y nombres de batallas, las de Telmo


3

Quería de una esposa no solo eso
sino la virtud alimente su espíritu
El matrimonio no es fin de un relajo
Es, en ambos, preservar la armonía

Que le lleve a conocer prados nuevos
No solo sea náyade de la fuente
No cariátide estatua que realce,
Tea, que cada vez irradie más sendas

El reflejar al sol de su cabello
El fular de su muselina al cuello;
Un cesto de pétalos rojos llevando
Solo esa imagen le sane de su fiebre

No se conforme con lo que sabe
que aprenda cada día -como reto –
Que compartan la sobremesa, ambos,
haciendo cada noche un control previo

Que la algarabía, jolgorio, fiestas
No son únicos ingredientes a la familia
Divina introspección sepan ambos
Se erige en la soledad y se respeta

Esposa no es sinonimia de esclava
Ni coto a sus anhelos particulares
Es libertad a  conducción plena
Más fidelidad se guarda desde lejos

¡Caramba! -Dijo Ítalo*- mucho exiges
Telmo quiso responder algo como
Lo merecía porque en ello esforzaba
Pero no era así, real, se desmentía
__
*Vecino de su barrio


 Autor jrosual / julio2017

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