jueves, 10 de agosto de 2017

FEA : La muchacha bonita de los domingos

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Creía, eso de su insociabilidad
Venía al caso un poco explicar
No debía subestimar o endilgar
Tal como metal bajo de preciar

En su barrio pobre pasó su niñez
La vieja escuela, juegos de patio
Peloteando con amigos al fútbol  
-Y parte púber- en buena relación

Con amigos qué, luego, sesgarían
a la cerveza  latrocinio o vagar
que  por fuerza tenía que acatar
-a sus padres- llevado a trabajar

Negocio de familia que tenían 
-Además a la universidad ingresó-
Dos actividades que le ocupaban
Y raudo los años se le escurrían

Sin poder su juventud celebrar
Al negocio mayormente aprestar
Sin identificar diferenciación
solo  ramaje de su ahogo roer

Sus padres a falta de orientación
-iban temprano volvían de noche-
Nadie sabía que sufría,  creían
porque estudiaba, cuerdo debía,

Con otro aire,  aliento no le urgía
Más bien,  debería corresponderles
De aquel hijo mayor así pensaban
Sus amigos tampoco le querían

Tampoco adhirió a la universidad
No llevaba la ingeniería que quería
Al ingresar no había esa facultad
Auguró otra le gustaría, no fue así

De las aulas al negocio, días fluían
Misma modorra sopor concatenaban
Su malestar presto a flote a salir
Perdía  noción de la tranquilidad

Sus padres aducían propio a la edad
Tal vez, cansado de ellos depender
Suplicaban: Hijo, se te necesita
Hasta acabar de construir la casa

Los motivos tanto no interesaban
Cada decisión tomada quebraba
De cada vaso de agua tempestad
No sabía que le llegaba la depre

Hasta hubo pensado en suicidarse
En la obra de la casa que cuidaba
Una vez le llegó la pesadumbre
Arraigaba largamente la mirada…

Un cuchillo la mente le cercenó
Obnubilándose a lo que rodeaba
Hubo elegido un cuarto oscuro
donde no llegaba un haz  del sol

Notó  una viga disponible cerca
Un banco que el maestro usaba
Tendía la mano, una soga alcanzaba
y pesado el silencio que necesitaba

Solo el ladrido de su can albinegro
Intuyendo que algo malo iba pasar
Le despertó ir a sempiterna noche
A infesta charca llena de culebras

Para no hundirse en la locura
Prefería finarse y no perjudicar
A sus padres y pudieran explicar
-quitando desagradable verdad-

Tuvo  repentino ataque al corazón
que les sorprendió  porque le veían
entusiasmado con lo que hacía
¿Qué pudo haber pasado? no cabían

Era mejor así  o acabar  esquizoide
No tener un peculio le laceraba
Temía urgencias de hombre mayor
¿Cómo sus necesidades mitigaría?

Decía: Trasmontar ya no puedo
A mí no me han vencido, solo llego
al límite que la soledad permite:
Última grada de dónde lanzarse

Llegaba a odiar a personas cuerdas
quienes daban aplomo seguridad
odiaba la maravilla de las cosas:
Para vivir así era mejor sucumbir

Notaba todos le tenían lástima
Por ser estudiante  nada le decían
Pero le apartaban de su presencia
No le significaban, a un lado le hacían

De la acera del barrio pobre le huían
Allá pocos a la superior llegaban
En cambio, el negocio a popa crecía
Pronto dejar la casa vieja quería

Apenas le hacían caso sí el desdén
le afectaba severo  longus tempus
Sin coraje mandar monos a freír
Tragaba  solo la pócima del acíbar

Como a leve toque vidrio quebraja
sin solución amollado, ya sin cura
Parecía armado rompecabezas 
barrida con mano ruda y extraña

Quería dormir sin luego despertar
Ser ciego y  todos le ayudaran
al cruzar la calle  le palmearan
en el trecho, algo bonito le dijeran

Ciego a la indiferencia, al poder
Y no ver el desprecio y egoísmo
Al ser ciego, mentirse a sí mismo
Excluido de responsabilidad, ser

Las noticias siempre en negativo
Poder a mano de dotes privadas
Obrando erosión a las instituciones
Veía por doquier corruptela sin freno

Sistémico, estando esparcido el mal
A pesar de ser joven  todo era igual
Daba un pesimismo histórico, leer,
Vivir todo ignorando  le era mejor

Dado cuenta que no lo podía evitar
El suicidio como remedio avizorar
Este mundo no se puede cambiar
La vida dragaba y más hacía sufrir

Solidarizaba sí a los que carecían
con cada régimen  peor los miraba
¡Eran tantos los que necesitaban!
¡Y un profeta del cambio  no nacía!

Quería participar en una revuelta
por una bala en la refriega caer
considerado así mártir de lucha
cuando, era debilidad de su corazón

Así, solo, en la obra, al caer la noche
Seguía la negrura en su pensar
copiosamente el alma le laceraba
y al no poder más llorando vertía

Solo el ladrido de su perro albinegro
Intuyendo que algo malo iba pasar
Le despertaba de ir a  eterna noche
A infesta charca lleno de culebras

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Autor jrosual / julio2017




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