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Creía,
eso de su insociabilidad
Venía
al caso un poco explicar
No
debía subestimar o endilgar
Tal
como metal bajo de preciar
En
su barrio pobre pasó su niñez
La
vieja escuela, juegos de patio
Peloteando
con amigos al fútbol
-Y
parte púber- en buena relación
Con
amigos qué, luego, sesgarían
a la
cerveza latrocinio o vagar
que por fuerza tenía que acatar
-a
sus padres- llevado a trabajar
Negocio
de familia que tenían
-Además
a la universidad ingresó-
Dos
actividades que le ocupaban
Y
raudo los años se le escurrían
Sin
poder su juventud celebrar
Al
negocio mayormente aprestar
Sin
identificar diferenciación
solo
ramaje de su ahogo roer
Sus padres
a falta de orientación
-iban
temprano volvían de noche-
Nadie
sabía que sufría, creían
porque
estudiaba, cuerdo debía,
Con otro aire, aliento no le urgía
Más
bien, debería corresponderles
De
aquel hijo mayor así pensaban
Sus
amigos tampoco le querían
Tampoco
adhirió a la universidad
No llevaba
la ingeniería que quería
Al
ingresar no había esa facultad
Auguró otra le gustaría, no fue así
De las
aulas al negocio, días fluían
Misma
modorra sopor concatenaban
Su malestar
presto a flote a salir
Perdía noción de la tranquilidad
Sus
padres aducían propio a la edad
Tal
vez, cansado de ellos depender
Suplicaban:
Hijo, se te necesita
Hasta acabar de construir la casa
Los
motivos tanto no interesaban
Cada
decisión tomada quebraba
De
cada vaso de agua tempestad
No
sabía que le llegaba la depre
Hasta
hubo pensado en suicidarse
En
la obra de la casa que cuidaba
Una
vez le llegó la pesadumbre
Arraigaba
largamente la mirada…
Un
cuchillo la mente le cercenó
Obnubilándose
a lo que rodeaba
Hubo
elegido un cuarto oscuro
donde
no llegaba un haz del sol
Notó una viga disponible cerca
Un
banco que el maestro usaba
Tendía
la mano, una soga alcanzaba
y
pesado el silencio que necesitaba
Solo
el ladrido de su can albinegro
Intuyendo
que algo malo iba pasar
Le
despertó ir a sempiterna noche
A
infesta charca llena de culebras
Para
no hundirse en la locura
Prefería
finarse y no perjudicar
A
sus padres y pudieran explicar
-quitando
desagradable verdad-
Tuvo repentino ataque al
corazón
que
les sorprendió porque le veían
entusiasmado
con lo que hacía
¿Qué pudo haber pasado? no cabían
Era
mejor así o acabar esquizoide
No
tener un peculio le laceraba
Temía
urgencias de hombre mayor
¿Cómo
sus necesidades mitigaría?
Decía:
Trasmontar ya no puedo
A mí no me han vencido, solo llego
al límite que la soledad permite:
Última grada de dónde lanzarse
Llegaba
a odiar a personas cuerdas
quienes
daban aplomo seguridad
odiaba
la maravilla de las cosas:
Para
vivir así era mejor sucumbir
Notaba
todos le tenían lástima
Por ser
estudiante nada le decían
Pero
le apartaban de su presencia
No
le significaban, a un lado le hacían
De
la acera del barrio pobre le huían
Allá
pocos a la superior llegaban
En
cambio, el negocio a popa crecía
Pronto
dejar la casa vieja quería
Apenas
le hacían caso sí el desdén
le
afectaba severo longus tempus
Sin
coraje mandar monos a freír
Tragaba
solo la pócima del acíbar
Como
a leve toque vidrio quebraja
sin
solución amollado, ya sin cura
Parecía
armado rompecabezas
barrida
con mano ruda y extraña
Quería
dormir sin luego despertar
Ser
ciego y todos le ayudaran
al
cruzar la calle le palmearan
en
el trecho, algo bonito le dijeran
Ciego
a la indiferencia, al poder
Y no
ver el desprecio y egoísmo
Al ser
ciego, mentirse a sí mismo
Excluido
de responsabilidad, ser
Las
noticias siempre en negativo
Poder
a mano de dotes privadas
Obrando
erosión a las instituciones
Veía
por doquier corruptela sin freno
Sistémico,
estando esparcido el mal
A
pesar de ser joven todo era igual
Daba
un pesimismo histórico, leer,
Vivir
todo ignorando le era mejor
Dado
cuenta que no lo podía evitar
El
suicidio como remedio avizorar
Este mundo no se puede cambiar
La
vida dragaba y más hacía sufrir
Solidarizaba
sí a los que carecían
con
cada régimen peor los miraba
¡Eran
tantos los que necesitaban!
¡Y un
profeta del cambio no nacía!
Quería
participar en una revuelta
por
una bala en la refriega caer
considerado
así mártir de lucha
cuando,
era debilidad de su corazón
Así,
solo, en la obra, al caer la noche
Seguía
la negrura en su pensar
copiosamente
el alma le laceraba
y al
no poder más llorando vertía
Solo
el ladrido de su perro albinegro
Intuyendo
que algo malo iba pasar
Le
despertaba de ir a eterna noche
A
infesta charca lleno de culebras
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Autor jrosual / julio2017
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