Vacaciones sin vacacionar pasé
Soportar la decisión de mis padres
Aceptar sin chistar y ya no
jugar al fulbito con los Aparicio
en el terral al pie de mi cerro Dino
Permanecer alrededor de mamá
que vendía frutas en un mercado
por el centro de Lima, escarmiento
que no asimilaba del todo porque
me salía en explorar alrededor
Vicisitudes que obvio decir porque
el propósito de este encargo fue
extraer las voces de la memoria
del colegio San Vicente de Paul
circunscribirme a esa ocurrencia
Y así pasaron los días y los meses
Hasta que llegó el día que de nuevo
tenía puesto mi uniforme vicentico
y enfilaba de nuevo al colegio donde
mis compañeros estaban en espera
Ora iba junto con mi hermanita
que iba a empezar a lidiar las letras
que le serviría para encumbrarla
desde su inicial página blanca
hasta saber corporizar
la palabra
Y le iba mostrando los lugares
donde jugaba con mis
amigos
nombres de las calles, de los huertos
e íbamos a corridas por la vereda
mientras papá atrás nos frenaba
Pero aquel día había de acaecer
dos infaustos aconteceres a saber
No le aceptaron a mi hermana
por la edad y por más insistencia
la directora no se dejó convencer
Y la vi regresar a mi hermanita
por la explanada de gravilla
restregando a pena sus ojitos
viendo su aula que
ya creía suya
sin poder papá su sollozo calmar
El otro acaecer: volverme a sentar
en la banca pequeña de los pauliches
mientras mis amigos colgaban los altos
y viéndome abajo
burlaban mi suerte
Recién comprendí lo que era ser jalado
***
Ante esto se aunó un aletazo de cuervo
que plegó su ala en el techo de mi casa
Mi hermana murió atropellada por un camión
exactamente un cuatro de abril
a pocos días de haber mi clase empezado
¿Cómo fue? ¿Qué pasó?
¿A quién importa?
Lo tengo bien grabado en el archivo de mi memoria
Solo diré que por estos hechos funestos tomé
conciencia en mi deber como estudiante
Y ya no me volverían a jalar ningún año.
FIN
autor Jrosual
enero 2017
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