viernes, 25 de noviembre de 2016

Gato seco es el nuevo alcalde I

De poemario la fiesta del Rosario

Gato seco es de nuevo alcalde

Ya no hay vergel,  lo que sí  cerros y piedras
Ruedan gravas por la trocha haciéndola  brusca
Las curvas son como grandes tirabuzones
Altísima muralla  en brevísimos espacios 
El chofer atento ambas manos al timón curva
A este desfiladero  llaman Garganta de diablo

Es otra ruta por la que no viajamos a Huañec
Nosotros  no pensábamos  volver por aquí
En parte  yo tengo la culpa ¡cuando no!
Día antes me comisionaron pagar los pasajes
Sorprendido por el costo menos al normal
No se me ocurrió preguntar que ruta iba tomar

Los osados choferes prefieren esta abrupta ruta
Son casi dos horas menos a la otra ruta normal
Ahorran nafta además dan más tiempo al descanso
Para volver al pueblo a evacuar más visitantes

Les es imprescindible mantener nervio de acero
porque una mala maniobra o un caro desperfecto
No hay vía auxiliar ni arboleda que nos detenga
Nos vamos ¡en caída libre! al fondo del abismo

Los pasajeros en silencio rezan o se silencian
Otros prevenidos pastillas para dormir tragan

 *

Por hacer menos penosa la travesía, dijo Cheto:
Lástima que Gato seco (1) sea de mi promoción 
¿Por qué el encono al alcalde?, pregunto
Es que él es del bando contrarío (2) –del ST-
Su gente se apropió nuestro estadio en Lima (3)
Tienen los mejores potreros y pastos en las alturas
Que les sirve de forraje a  sus reses y borregos             
A nosotros nos dejaron los bajíos pero ora
                                         lo vamos a remontar

¿Ves esas colgaduras de la quebrada?

Yo no veía nada, más bien,  paredones
Casi verticales, estériles  secas y mudas
Sobre la senda, moteados los cactus
En la sima fluía el río pero no veía nada

(La carretera no ha mucho prolongada
Se retorcía, suplicante sobre una pared
Para no desplomarse y vaciarse al vacío)

¡Mira hacia ese lado tras el recodo!, dijo

Pequeños tableros levemente inclinados
Verdeaba puñado de prematuras plantas
En hileras y contornos bien señalados

Nosotros, de la comunidad San Antonio (4)
Pensamos plantar mil plantones de palta
Si lo hacemos el próximo año –aseguró-
En cuatro  más  botará su primera cosecha

Impresionado por no ver  canal de regadío,
Sí, sedientos los cerros y el río inaccesible
Pregunté ¿El agua de dónde vendría?

¿De dónde vendría? Cochas ya lo trae
en mangueras desde el puquio de Huajla
para su granja experimental en Cascas

Recién calé que ella como sierpe negra
Acompaña  la vía por el lado que da al cerro

Nosotros sembraremos en este paño paltos
Si dios quiere tal vez rinda y de buen resultado
      

Veo en tu faz -digo- repentina iluminación 
Que pude percibir a tus paisanos al versar
algún sueño de mejora para su pueblo
Como la que mi abuelo quería, logrado, esta vía

No lo llegó a ver, el arcano le quitó ese gusto;
Y así a muchas generaciones les impedirá ver
Diferentes tipos de afanes hacia sus deseos
Como  ver frugalizado este inhóspito lugar

Perdona mi pesimismo pero suerte al tuyo
Y no quepa La corva lapide vuestro anhelo
Y se ría de ello con su boca hueca y oscura

Más de las veces no hay un consuelo al morir
Tal que ninguna crónica nos van a recordar
Por no dar al pueblo una empresa de arraigo
¿Es así? ¡Ni como afán personal lo logramos!

¡Menos será a nuestra comunidad pueblerina!
Tantas generaciones, el pueblo está como ayer
Está casi igual –lo vi- como  ha cincuenta años
contadas excepciones físicas ¡claro que lo hay!
Aunque en la sementera, no me dejaras mentir
No se iguala a la producción que antes redituaba

Pasan sueños, desencantan y más sucedáneos
Como nubes que cruzan la corona de los cerros

Cada guijarro que salta del cerro a la trocha
es el silbido de un alma en pena que trabajó
este atajo con afán de engrandecer su cuna
Quiere testimoniar: ¡aquí encalleció mi mano!
Pero como veo poco o nada, ello revertió


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