De poemario La virgen del Rosario
Confesión de parte
Yo tengo mi
manera de doblegarme
-Empiezo hacerme
victima del amor-
Si disertamos de
mujeres como ahora
¿Cuál será su
nombre? Me pregunto
Cuando empiezo
interesarme por una
A pesar que
ansío saberlo inminente
Antes que ella
misma me lo diga
Prefiero la
espera sea viva y colorida
Hago
aplazamientos por saberlo
Soterramiento
que gozo en silencio;
Siendo fácil
preguntarle a su amiga
O, simplemente, merodear cerca a ella
Y oír cómo la
llaman a la distancia,
Me
martirizo, no lo quiero saber aun
Juego con mis
sentimientos endebles
Doy pie al basto de posibilidades
Se llamará María
como la de Jorge Isaac?
Catalina, que
desafío la ira del emperador?
Cecilia, la
dulce cantora de la vieja Roma?
Ester, la bella
reina de Persia? ¿O, tal vez,
Julieta, hija
única de Capuleto? ¿O, quizá
Carlota, de las
cuitas del joven Werther?
O será su nombre
fashion, extranjerizante:
Priscilia Jennifer
Sheyla Betsy Alexia…
¿Cómo será su
nombre?, me regodeo feliz:
¿Analí de Belén
Analí de Pascua
Analí de Carnaval?
Por ahí empieza
a lastimar los recuerdos,
Amigo Cheto, yo
también te quiero revelar
Un secreto
guardado un millón de años
En este
viaje quería encontrarla en la fiesta
Llevarla al río
para oír más cerca el rumor
comparar si su
voz era igual al salto del agua
o llevarla
arriba, al mirador, y a golpe de vista
Observar el
vuelo del halcón peregrino;
Andar por el camino real a paso lento
Como quién
arranca de bordes pircados
Espigas de amor seco, chiplique, llucllos rojos
El zapatito (florecilla parecido a un zapato)
Arrancando de
paso mutuos recuerdos
Sobre todo,
esos, donde interactuamos
Aquella lejana
juventud bliss de tórtolos
Do ella saliendo
de este vergel de flores
La recibía en la
urbe con el ato de mis brazos
ignorando su terruño que repetidas veces
El fulgor de sus
leyendas lugares canciones
El piar del
zorzal, la copla de la chiquia
El canto de azulinos y alegres chivillos
Pedía que me
contara imaginando ver
el alto remueve de
vistosos papagayos
El triscar de
las vacas en los pajonales…
Quería llevarla
Al estanque como
lámina de feldespato
Asomar juntos y
ver nuestros retratos
Cerciorar si en
él, el color de sus ojos
asemejaba su
iris al mineral de galena
Cotejar si aun
perduraban los deletreos
Cuando a
quisquilla profería mi nombre
Oír lo que
tanto, antes, me gustaba
...
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