Cuando aún Daniel Mordzinski era un niño de ocho años, asiste junto con
su padre a una función donde se rifa una cámara fotográfica. Al ingresar les
dan dos números. Cuando llega la hora de la rifa, el payaso que anima la fiesta
anunció que el número ganador era el 7. Buscan el número, pero su padre solo encuentra
el 6, el otro se había perdido. El niño alega que el premio es suyo, porque
nadie lo reclama. Pero el payaso se lo niega y vuelve a sortearlo. Así ve que
otro niño se lleva lo que él creía su derecho…
(Este hecho fortuito generó en el niño querer a toda costa una cámara tener
y, por ende, sin saber, amar ese arte después)
Dice
Un día –ya fotógrafo profesional- estaba en Medellín haciendo una foto
de un escritor y pasé por delante de un circo y vi que tenía un cartel:
CERRADO POR FALTA DE PÚBLICO
Ahí le hice la foto. Ese letrero me estaba pidiendo a gritos que haga
una foto allí. Hay que estar atento, podemos decir casualidad, pero igual. Hay que
ayudar a esa casualidad.
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