Hace cien años no supo, el amor mío,
el desvelo que la noche de su partida me causaba
Un viaje le apartaba de mis
brazos… ¡meses!
La noche más negra que nunca me
mecía
Mis ojos indefinidos de ver
otra orilla nacía
empapando lágrimas la almohada
cuya funda había labrado con dos
corazones y una flecha
y nuestras iniciales en cada núcleo
No quise dormir, no pude dormir
demoraba varias horas el
recogimiento
cuando la batida del viento del
amanecer
enfriaba el calor de mis sienes
Pero volvió
Volvió al lugar qué,
forzosamente,
teníamos que compartir y disimular
Ella supo porque
Fue aquella tarde de un viernes
lejano
mirada suya me garabateaba
signos:
"Afuera, en la esquina, te
espero"
Acepté feliz
Bastaba unas señas
imperceptibles
qué, los que nos rodeaban
clientes y proveedores
no lo percibirían nunca
Aceptaba feliz porque el resto de noche
el vapor de amor de nuestro aliento
el vidrio de la ventana humedecería
Gastaba páginas enteras hermosear
su cabello,
definir, si podía, el color de sus ojos
descifrar el mohin de su sonrisa
revestir toda su belleza con
los mejores tonos
de mis palabras...
Páginas y páginas no
me cansaba escribir
remolinaba vivencias el licuo que tenía
Decía, aquella pieza de mujer
que dios debió estar buscando el molde original
para hacer otra, no recordaba que cayó a mi lado
Tendidos esa noche de costado
Mi mano izquierda por su
espalda
por afuera de su camisa de
dormir, orillaría
a su breve cintura descendería
y escalaría, en reverso , por
dentro
la hojita de laurel de niña
crecida
Centímetro a centímetro,
la despertaría nuevamente
a los mejores saldos salaces
que recuerdo hoy día
Cuando llegaba a su terso
hombro
con mi otra mano su cabello a un lado apartaría
para darle un ósculo a su albo cuello
y sorber gotitas de angostura
Por su hombro, a ojitos entreabiertos,
labios secos ansiosos
enésima entrega la noche
renovaría
Y nos daríamos a cada cual
beso más intenso que el
otro
hasta soltar la comunión de los
cuerpos
-dique de paredes
enjalbegadas-
Mientras, leñas centellantes
La niña mía, porcelana china
tendida al cobertor …a dormir volvería
fragor de lucha repondría
Mientras al lado, cansado también
fuerza solo para mirarla tendría
atalayaba desnuda su bello
cuerpo
como sol de crepúsculo
que no se ve
pero el incendio fulguraba sus cortes
Cien años después
Todo, todo lo ha mancillado el tiempo
la mala vibra, la impaciencia,
los vasos in comunicantes
por ambos lados
Está jodido todo
que me parece otra mujer
y yo, otro espécimen.
Hoy, Día de los enamorados
¡Me vale madre!
Tampoco intento escudriñar más
Si el corazón sabría pensar no me hubiese pasado esto
ahora bordo recuerdos solo para distraerme
Si me hablan de este día no tengo seguridad de nada
como si no hubiese vivido
Yo podría acabar de otra forma esta entrada
Pero no me quiero mentir
El amor me fue un pan difícil de hornear
A veces pienso que los que no piensan son los únicos felices
Nuestra vida una nave es
que sale de un puerto que no conocimos
Y vamos a otro que tampoco sabremos cómo es
Pero tenemos que navegar o tirarnos al mar
En la nave puede estar ella
y sería feliz el viaje si cupiera armonía
Pero si no, no hay que botarla al mar
Sino tener otro valor que
sondear
Otra actividad u oficio:
Oficial radiotelegrafista
Contramaestre, Capataz de cubierta
Oficial de máquina, u otro
Que algo pueda mitigar la carencia.
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