miércoles, 2 de septiembre de 2020

ALANIA PANDEMIA m 2

 


LA CAJA




Quería ver su carita bonita

Debe estar igualita

Al menos este virus

la piel no mella


Abrir la urna, tratar espantar

la mueca de su tristeza 


En vez de voltear a la izquierda

siguió de frente, La panamericana,

hasta Los pantanos de villa

Se metió al humedal no cercado

Donde los juncos iban crecidos


Esto me protegerá de la vista, dijo


Cuadró y apagó el carro


Su deseo inicial saltar al contenedor

Apoyar su brazo en la caja

y llorar la aprensión que tenía

que no pudo en la versa con Evelio


Pero al ver la caja de herramientas

porfió quitar la masilla que pegaba la tapa

con un desarmador plano

Estaba fresco la cola

Cedió fácil

Luego con desarmador en cruz

destornilló los orificios 


La bisagra de piano abrió

parte pechera del ataúd


Por la cara de cristal,

Sorprendida, como si hiciera un oh

Alania reclamara:


¡Qué haces…!

¡Tú, cuando no,

Nunca me dejas en paz!


Por un momento creyó verla sonreír

y quería decirle Hola

como cuando se vieron en la marcha


Se apostó a la luna y largo clamó:


Dame tu mano quiero tranquilizarme

Solo en los tuyos puedo cobijar

A pesar este embate viral pueda separarnos

Yo no quiero para nada cuidarme


Ungido a mi rala historia

Inmóvil en hondo misterio, dime

Si no fue tu último pronunciar

Repetir mi nombre varias veces


Yo no sabía amor mío

Yo no sabía

¿Por qué no me dijiste que estabas mal?


Mirando su pintado cabello

Dorados rayitos a su piel trigueña:


¿Por qué te pintabas tanto el pelo?

¿Por las canas sin melanina?


Sedoso negro y largo lo tenías 

cuando te conocí 

reverencié esa dilección 

porque era mi pasión


Luego los años malos que te di

Maltrataron tu raíz

Te nacieron canas dispersas

que no querías dejarte ver


Entonces te pintabas cada vez

Por no dejar ver el blanco disperso


Rayitos rubios, rayitos miel, 

rayitos dorados te gustaban


Aspecto sofisticada te daba

tu imagen  integral resaltaba

te hacía más hermosa


Un cumplido tal vez esperabas 

¡Miércoles conmigo, no te la daba!


Perdóname amor mío, perdóname


Se encaramó como si la quisiera follar

y llorando  sobre ella agregó:


No hay besos más sabrosos

que los que me diste

Dame amor mío

Da un ósculo a tu oso.

_

autor jrosual


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