Cuando llegué a la tienda
Sobre una mesa cubierta, Lana,
con una frazada Santa catalina
Abrigada, inicial noche al arcano
Tras beber el trago del abandono
Dos tigres mirándose uno a uno
Estampado en el cobertor de lana
No sabía si la llevaban a su selva
O querían protegerla del marido
En el cuarto le corté sus prendas
La vi desnuda sus líneas perfectas
A pesar de tener tantos hijos
solo la ajaban las estrías
Cómo no reconocerla, Lanita,
Degradado cónico único
derrier que a mi gusto veía
sin ligas que la molestaran
Tan perfecta de frente o perfil
Tan perfecta de espalda
tan perfecta brazos en jarras
cuando se enconaba con otras
-trapecio equilátero invertido
convergía a un solo punto:
espina iliaca postero superior-
de donde se abría, sobria,
pomposamente ¡posa mente!
formando un cuenco simétrico
que quitaba el aire a cualquiera-
Por más que me haga mueca
era la única persona atrevida
a vestir la mortaja frambuesa
que trajo su hija Cris Morena
Parecía dormida pero adusta
No fue difícil meterla a la caja
La cerré herméticamente
Luego quemé el mandilón
Llamé a Phil y Friz para sacarla
Afuera los otros, y unos vecinos,
qué, se habían enterado;
-conservando la distancia social-
Daban aplausos a la vecina guía
como dirigente había hecho mucho
No era posible esta peste inaudita
se lleve así no más una de nuestras
fundadoras, lamentó un vecino
Sobre una mesa, un par de velas
Un cuadro grande de ella
con sus ojos turbados por la partida
Perfecta barbilla, más en su mirada
un gesto de perenne infelicidad
El portón del auto antes de cerrar
le rezaron padrenuestro avemaría
y el llanto de toda la familia conmovía
pero no querían tocar la caja siquiera
El auto berlina negro elegante, sobrio
aumentado considerablemente
el volumen trasero, zona de carga,
listo estaba para partir, dije:
Solo una persona puede acompañarme
Sabía, era el hijo mayor Friz
El resto lanzando pétalos la despedía
Flaqueándo piernas, de rodillas
cabizbajos, levantaban sus brazos
Entró de copiloto el mayor
y estábamos a punto de partir
Cuando llegó jadeante un hombre
que había bajado de un taxi
que se parqueó adelante
El hijo no quería cederle la butaca
intervino Cris Morena y vecinos
a favor que asistiera el padre
Friz, a regañadientes dio el asiento
Hablar sobre su esposo fue ...
Pero para que mejor lo conozcan
en el trayecto al cementerio
le hice varias preguntas
y por sus respuestas os conoceréis.
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(1) Alania
(2) públicas
(3) en cualquier cementerio
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autor jrosual
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