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Así como sacaba lo más bello
Sacaba lo más odioso de mí
Era una mujer muy seria
Al menos para mí
No sabía, una sonrisa vale mucho
que no cuesta nada
que no se necesita un hada
Muy apegada a su deber
Y su deber significaba cumplir
Y cumplir acarreaba tener
Y como no había suficiente
Reclamaba entonces
Su faz asemejaba a reclamo
Pero algunas veces, pocas,
Cuando reía se iluminaba toda
No se detenía
Era linda oírla reír
Recuerdo cierta vez
Queriéndola oír hice una chiquillada
Remedé a una sorda muda
Que se avecindó a nuestra mesa vendiendo caramelo
En un restaurante del centro
Pero no me burlaba
Por medio del lenguaje de manos
-que algo había aprendido-
entre ambos, algo, nos entendíamos
Mi hija y mi mujer se reían al vernos gesticular
Se desternillaban de risa
¿Dónde había aprendido papá?
preguntaba Cris Morena
Seguro su antigua amor era así
Respondía Alí, y más se reía.
Quien necesita amor necesita primero hacerla reír
Dije, de refilón, sin saber decía una gran verdad.
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