viernes, 7 de abril de 2017

ZELI (Poemario) XLVIII



XLVIII

Te comprendo ahora
¿Qué sería de vosotros
los observadores micos
si no tuvieran esa manía
de interpretar cosas confusas
de extraviarse en el espacio
-darse al quicio de la puerta-
en fin, volverse un poco ajenos

Ahora que vengo del arcano
Te veo escribir con denuedo

Te acomodas a la poltrona
cuando otros se rinden al sueño

Pero me doy cuenta
(no lo sabía antes)  era yo
ratoncita de tu laboratorio
que cogiste con tu trampa
con palabritas engrampa
y me ganabas la confianza

Me propinabas  quesillo pan
-Café Del puente a la alameda-
Y con sutiles perspicaces  preguntas
Sonsacabas rasa  mi interior
Hechos que  yo creí olvidadas
Y que  creí ingenuamente
Era  terapia para el corazón

Pero lo que buscabas era temas
para escribir a mi costa y divulgar

¡Malaya suerte haberte consentido
Hoy en el insondable me vuelvo a morir
la vergüenza develada de mi intimidad
Los rayos de sol escrutando
Inundando mi caverna de Orión


XLIX

¡Qué de ti… qué de ella!
Feliz por hallar en tus escritos
descarga a tu alivio emocional
feliz, porque no hay  huracán
que te impida explorar                                                                    
orugas y lombrices

Pero ¡Qué de ella…tu esposa!
Ella no sabe escribir
Atiborra su cabeza en pena
que fácil  convierte en
pensamientos perversos
Y yo le doy la razón,
parece una chirimoya madura
a punto de reventar

¿Sabes acaso, hay noches que no duerme
una lágrima, de las miles, le rueda
gotas de aceite caliente le invade
la falda interna de su alma?

Voltea a la derecha, a la izquierda
y no tiene quién la contenga

Llama adelante llama hacia atrás
y no hay quién le responda

¡Y qué de ti…Feliz  encontrar tu derrotero!
En tu claustro de dolce far niente(1)
libre de tiempo, de pensamiento
con libros y autores conviviendo
que empodera tu hueco ensueño
en un vano de humo encopetado

¿Te preocupa acaso que despierta
- piso de abajo- cuando se levanta
 nadie despacito le dice al oído:
Qué bonita hoy has amanecido,
Qué lozanía  mantiene tus teces
O llamarla en diminutivo su nombre
en seña del cariño que se le guarda?

¿Sabes, acaso, no tiene
Con quien consultar
El vestido que se pondrá hoy?

Yo de aquí la veo descuidada
No hay nadie quién la motive
Ni el slap slap de sus sandalias
propician a que la vean en la calle

Sus arrugas  se incrementan como
Arremangas de su oficio casero
Aunado por la grieta ondulante
Que de su párpado  le  cuelga
Por sus noches largas de insomnio

¡Qué de ti…que de ella!
Ahora que recibes aplausos
y te llueven seguidores
y vislumbras, locamente,
desde una llanura de flores
con el nombre tuyo
el nombre de una calle
y te haga merecedor
loador  para el alma ajena
cuando la tuya da mucha pena

Pero ¡Qué de ella…!
Huérfana de amor, de acogida
Que para esconder sus llagas
Vocifera insulta y hasta agrede
-Es que de alguna forma
Tiene que liberar ese volcán
dormido de inicuos gases-

No es dura como sueles decir:
Ni un caníbal quiere su carne
Sino, no es de dar brazo a torcer:
No es por que ella lo quiera
es porque la has herido baza a baza(2)

Ahora su piel no es tersa
ni apetecibles sus naranjos
ni una flor le pende su eje medio
ni tiene ya el vientre plano
Ni se forma el sesgo en su seno,
menos,  alguien quién le pida,
como antes, una sesión de fotografía
Más que envejecer por los años
la ha mellado tu pérfido proceder

¿Te preocupa acaso saber
Cuando tocan la puerta temprano
sale ansiosa pensado  eres tú
trayendo un ramo de rosas
y que la invites cenar afuera
porque  un sábado de noche
hace tiempo que no se repite?

Pero tú la ignoras  ¡maldito seas!
Vas por el boulevard con la Solina
después de recibir los aplausos
y se quedan en bonitos lugares
en compañía  de obstinados snobs

¡Te odio mil veces Cara de palo
Te odio  con toda mi fuerza sincera
No me ha matado mi enfermedad
Tu forma de ser sumido en veleidad

¡Nos has arruinado la vida a las dos!
Antes ella era mi rival de amores,
ahora, en  el otro sitio  la esperaré
-sin duda no será mucho tiempo-
Donde eximiremos nuestros rencores.
__
(1) del italiano: placer de no hacer nada; se pronuncia dulce farniente
(2) mucho

ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017

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