EPILOGO
LI
Amator fue esa víspera noche
a los suyos a dejarlos a la estación
despedirlos hasta nueva ocasión
Pena que no terminaba acostumbrar
Cuando antes juntos a casa era llegar
Todos, único rumbo a encaminar
Quedo solo por las calles del centro
Noche blanda
triste fría de otoño
Calles longevas
de Wilson y Tacna
iguales como las dejamos antaño
Excepto el canal del Metropolitano
Una que otra tienda por departamento
Pasos repasan aledañas calles del ayer
Qué, en un futuro cercano, piensa,
ya no le tenga paciencia contemplar
porque sus pasos ya no podrá aligerar
(Imagina caminar con un bastón
donde antes, de esas aulas
-que dan al jirón Cañete-
salía a baladrón de la universidad
con sus compañeros de sección)
Entonces me recuerda
¿Acaso no sabe que voy incrustada
En su mente como un reflejo
de mi corazón y no cejaré hasta llevarle?
¿Acaso no sabe henchida mi vela
El corazón de una muerta
Sigue siendo corazón?
Haber recorrido juntos estas calles
Salido de la cerca Iglesia Inmaculada
que por simple curiosidad entramos
Una boda con aroma alhelí topamos
-albur que dio a nuestro primer paseo
Imaginación que nunca se cristalizó-
Amator era aun soltero
Estudiaba en la vecina universidad
entramos
a su facultad
y en un rincón del cafetín
dos tacitas de
café tomamos
Hace figurillas de papel con su memoria
Desfavorecida en vida, ora muerta
le soy más recordada y añorada
Un estar ontológico más estimado
Me prefería
porque le gustaba hablar
Le ponía mucha atención a lo que decía
Hacía esmeros tratar comprenderlo
cualquier proyecto que se le ocurría
Cubríame esa noche impermeable rojo
que me llenaba mi escuálido cuerpo
Pringaba mi faz quemada por el frío
del país de hielo de donde provenía
La particularidad de sorprenderme:
A veces
me plantaba en la vereda
para dar crédito a lo que proponía
pero era dueña de no contrariarle
Mis labios extremo rectos descarnados
(Opuesto
al brote acorazonado de Solina)
Menudo mi mentón como de una criatura
Nerviosa reía dando pequeños gorjeos
Ponía en autos que no iba a ser su esposa
Me lo dijo sin ambages muchísimas veces
Para que no hubiera un errado entender
Aun así, luego, nos fue difícil
separarnos
Pasé a ser de su cohorte
un consuelo
callada, soportaba su menosprecio
No soportaba casarse con una mujer
por más buena y sacrificada que sea
Querer
a alguien por compasión
Le significaba
no quererla de verdad (1)
Pero él tenía terroristas del amor
que se sofreían con poca pólvora
Eran tiempo de los coches bombas
So pretexto recogerse temprano
descalabraba pubis de alta tensión
Sentada prefería mojarme en la lluvia
antes de vengarme con otro la afrenta
Recuerdo que
entramos al cine Tacna,
Allá de alfombra y butaca tornasolada
Éramos dos jóvenes sin el equipaje
De la responsabilidad y como tales
El cuerpo nos parecía tan liviano
que hacíamos cosas sin premeditar
Nos deleitaba las cosas imprevistas
Como que entramos a esa boda
Sin ser invitados, O como después
A un salón de baile de Rufino Torrico -
Sabía que no me iba poner coto
si proponía algo nuevo que hacer
Así entramos a una casa fotográfica
Nos retrataron quietos abrazaditos
escasas fotos in perpetua que llevé
en mi mesa de noche hasta el final
¿Qué hacen con las cosas del finado?
¿Lo habrán entregado a mi madre?
O lo habrán botado al detrito
Designo consensuado a mi dolor
Consunción inserto en su alma sensible
(¿Acaso no sabe que voy incrustada
En su mente como un reflejo
de mi corazón y no cejaré hasta
llevarle?)
Varios años nuestra intermitencia
La mitad de ellos por mis ausencias
La otra mitad de éstos muy intensa
En una relación de dos peces raros
Pero ora contrito lo oía murmurar
Como un corazón a queso rallado:
Materia
suspendida en aguas negras
Nave golpeada por aletas de bazofia
Soy descomunal basura en el espacio
Ni Dios desperdiciaría conmigo milagro…
¡Lo tengo merecido, lo tengo merecido!
Zeli por no
haberte correspondido
__
(1)Milan Kindera
*
De
todas las chicas que llegué a tener
Fue
Zeli La menos afortunada:
flaca
desgarbada, nada de nada
Tal
vez por un resquicio podía
ingresar
al cielo ¡por ser tan flaca!
-no debería decirlo, ya está muerta-
¡Qué
se creía, Montoncito de huesos!
Ondulaba
como bandera pirata
La
mitad de su cuerpo estaba con ella
la
otra, ni ella sabía donde hallarla
Parecía escoba con un vestido largo
Sujetada el ojal de atrás con un broche
Hoy, no me fijaría sus precariedades
Tomados del brazo como antes iríamos
Desde La colmena hasta el Santa Rosa
Parlando riéndonos ante mi ocurrencia
Si
ella estuviera en estos momentos
La
noche no me sería noche cerrazón
La
ciudad no me sería soledad grande
Vivir
sin amigos no sería cuestionable
Tal
vez ni tendría necesidad de escribir
sería mi receptáculo de cosas tristes
Versando
expiaba orugas y lombrices
Reiría
con las palabras volvería a vivir
Ora
comprendo que harto me quería
que
si me inclinaba , ella no se moría.
ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017
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