XL
Después de su siesta reparadora de esta tarde
Le acudió la jitanjáfora de esta manera, y cuenta:
La noche irrumpió ya sin que haya visto
su tránsito
La pequeña radio al costado de mi almohada
Emisora que no ha tenido siesta, desgañita
Despierto, hermosa balada da por inicio
Al sueño que se ha ido engancha mi ensueño
Estoy por ingresar a un set de televisión
Después de
dos postulantes mi turno llega
Oportunidad esperada: ganar el concurso de canto
Soy un joven de veintitantos años
Camisa negra saco beige, sin corbata;
Alto delgado cabello esponjoso
Casi, como cuando nos vimos la primera vez
-Símil acorde a los trinos de la canción
radial-
Tras el preludio se detiene y el pianista me apura
Me da permiso para empezar a cantar
La cámara poncha, el director me
hace seña
para que empiece a cantar
No lo hago, tieso estoy como bate de béisbol
No es nerviosismo ni pedantería
Me siento dueño y concentrado
Quiero crear expectativa
Entonces empiezo a cantar suave
con buena impostación de voz
Solo mis labios fuerzan al canto
Solo la mirada lo que canto luce
Dos minutos largos -pantomima facial-
El resto de cuerpo granito de cuarzo
Sorpresivamente
al mediar estrofas
brinco como felino al centro de escena
y quedo de nuevo tieso como la cantería
Ora abro brazos piernas en desconcierto
Y empiezo a cantar la segunda estrofa
-una balada de amor que te gustaba-
Y poco a poco, lentamente,
conforme avanza la canción
-recogiendo brazos y piernas-
quedo como al comienzo, quieto
Termino, algarabía hay en la platea
Las muchachas tratan agarrarme
seguridad les regresa a sus asientos
Y murmuran ¿De dónde salió éste?
¡Qué buen cantante es! ¡Bravísimo!
(Ensueño: improbabilidad sea real
Quimera: cada quién lo hinca más irreal)
Me despido y tras el telón, Zeli,
Me topo contigo y me das un beso
Con tus labios demasiado estirados
Tus dientes pequeños de
pececillos
Y tus ojos grandes como de
Barbie.
XLI
Seguía enamorado de sus palabras
a pesar de haber cruzado estelares
mares de cielo y ondas imantadas
Esta actitud cerril de oírle no cambiaba
No tiene fronteras el amor desigual
Contumacia: signarle hombre bueno
cuando era macho perdido en faldas
Pertinacia corrosiva -me durará siglos-
(Me contó otro sueño
en su mundo de apariencia)
Abierto la puerta de un avión al salto
puesto los lentes
listo la correa, mochila, arnés,
en posición básica de cuerpo inclinado
Dice que le pregunto
¿Y si no se abre?
Dice que me responde
¿Acaso no eres amante de emociones?
¿Acaso no saltas del arcano a mis noches?
Es tarde para volvernos atrás, bien lo sabes
¡Salta!
Y saltamos al tándem ¡Adrenalina pura!
¡Treinta segundos de caída libre!
Miramos al frente, abrimos los brazos
Aunque teníamos puesto overoles especiales
la temperatura baja
nos enfría las narices
Dice que me pregunta:
¿Acaso no querías estar libre de ataduras?
Dice que tartamudee
Quise decir algo pero por el viento no podía
Mientras
¡Libera el ancla! Se abre el paracaídas
La lona actúa como una ala inmensa
Que nos hace sentir
pájaros felices
¡Eureka, estamos volando por el aire!
Nos da la sensación ser los únicos
Tramontábamos los cerros blancos
Y abajo se veía el piso verde
Jala de la manija del lado izquierdo
y el paracaídas se va para ese lado
Jala el derecho y se va al opuesto
Jala los dos, se detiene, desciende
Por el cielo azul maniobramos
¡Largos minutos de placer único!
Teniéndome adelante, abrasándome,
¡Momento señero, indescriptible!
Ícaro de cielo que a la tierra desafía
Menos mal – recuerda a Dédalo:-
La espuma de mar no podrá mojarnos
ni el sol, por estar alto, quemarnos
Soñé saltar de un avión contigo, repite
Sueño que en vigilia
no alcanzamos
Sueño que se sueña con alguien será realidad,
Promete despertarnos un día
en la almohada del silencio.
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