lunes, 3 de abril de 2017

ZELI (Poemario) XL



XL

Después de su siesta reparadora de esta tarde
Le acudió la jitanjáfora de esta manera,  y cuenta:

La noche irrumpió ya sin que haya visto su tránsito
La pequeña radio al costado de mi almohada
Emisora que no ha tenido siesta, desgañita

Despierto,  hermosa balada da por inicio
Al sueño que se ha ido  engancha mi ensueño

Estoy por ingresar a un set de televisión
Después  de dos postulantes mi turno llega

Oportunidad esperada: ganar el concurso de canto
Soy un joven de veintitantos años
Camisa negra saco beige, sin corbata;
Alto delgado cabello  esponjoso
Casi, como cuando nos vimos la primera vez

-Símil acorde a los  trinos de la canción radial-
Tras el preludio se detiene y el pianista  me apura
Me da permiso para empezar a cantar

La cámara  poncha, el director me hace seña
para que empiece a cantar
No lo hago, tieso estoy como  bate de béisbol

No es nerviosismo ni pedantería
Me siento dueño y concentrado
Quiero crear expectativa
Entonces empiezo a cantar suave
con buena impostación de voz
Solo mis labios  fuerzan al canto
Solo la mirada lo que canto luce

Dos minutos largos  -pantomima facial-
El resto de cuerpo  granito de cuarzo

Sorpresivamente  al  mediar estrofas
brinco como felino al centro de escena
y quedo de nuevo tieso como la cantería

Ora abro brazos  piernas en desconcierto
Y empiezo a cantar la segunda estrofa
-una balada de amor que te gustaba-
Y poco a poco, lentamente,
conforme avanza la canción
-recogiendo brazos y piernas-
quedo como al comienzo, quieto

Termino, algarabía hay en la platea
Las muchachas tratan  agarrarme
seguridad les regresa a sus asientos

Y murmuran ¿De dónde salió éste?
¡Qué buen cantante es! ¡Bravísimo!

(Ensueño: improbabilidad  sea real
Quimera: cada quién lo hinca más irreal)

Me despido y tras el telón, Zeli,
Me topo contigo y me das un beso
Con tus labios demasiado estirados
Tus dientes pequeños de pececillos
Y tus ojos grandes como de Barbie.



XLI

Seguía enamorado de sus palabras
a pesar de haber cruzado estelares
mares de cielo y ondas imantadas
Esta actitud cerril de oírle no cambiaba
No tiene fronteras el amor desigual
Contumacia: signarle hombre bueno
cuando era macho perdido en faldas
Pertinacia corrosiva -me durará siglos-

(Me contó  otro sueño
en su mundo de apariencia)

Abierto la puerta de un avión al salto
puesto los lentes
listo la correa, mochila, arnés,
en posición básica de cuerpo inclinado
                                  
Dice que le pregunto
¿Y si no se abre?

Dice que me responde
¿Acaso no eres amante de emociones?
¿Acaso no saltas del arcano a mis noches?
Es tarde para volvernos atrás, bien lo sabes
¡Salta!

Y saltamos al tándem  ¡Adrenalina pura!
¡Treinta segundos de caída libre!
Miramos al frente, abrimos los brazos
Aunque teníamos puesto  overoles especiales
la temperatura  baja nos enfría las narices

Dice que me pregunta:
¿Acaso no querías estar libre de ataduras?

Dice que tartamudee
Quise decir algo pero por el viento no podía

Mientras
¡Libera el ancla! Se abre el paracaídas
La lona actúa como una ala inmensa
Que nos hace sentir  pájaros felices

¡Eureka, estamos volando por el aire!
Nos da la sensación  ser los únicos
Tramontábamos los cerros blancos
Y abajo se veía el piso verde

Jala de la manija del lado izquierdo
y el paracaídas se va para ese lado
Jala  el derecho y se va al opuesto
Jala los dos, se detiene,  desciende

Por el cielo azul maniobramos
¡Largos minutos de placer único!
Teniéndome adelante, abrasándome,
¡Momento señero, indescriptible!

Ícaro de cielo que a la tierra desafía
Menos mal – recuerda a Dédalo:-
La espuma de mar no podrá mojarnos
ni el sol, por estar alto, quemarnos

Soñé saltar de un avión contigo, repite
Sueño que en  vigilia no alcanzamos
Sueño que se sueña con alguien será realidad,
Promete despertarnos un día
en la almohada del silencio.


 _-
ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017

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