jueves, 6 de abril de 2017

ZELI (Poemario) XLV

                  
XLV


Me pregunta el quid divino
La ansiedad de saber
De generaciones idas y perdidas en él
Le respondo:

No existe la mesa, el árbol, la riqueza
No existe nada de lo que nos rodea
Todo está en la mente
y esta mente está enchufado
a una computadora general: 
a una realidad de mundo virtual

Llegara un cambio universal
cuando un nuevo Dios
escape de él



XLVI


Entonces
Le recordé una presentación evangélica
que se dio en el Estadio nacional
De las pocas que me tocó escoger
Porque casi siempre Amator
me llevaba donde él quería

*

El Espíritu de Muerte y el Tiempo de Tiniebla pronto
llegará porque la saeta ha sido soltada por el Hacedor
Y los parabienes -luego del juicio final- próximo estarán

Una lámpara no se pone debajo de la mesa sino encima
que lumbre más, y a más gente, eso es lo que hacemos
Por eso estamos aquí - esta noche- yo y mi fiel esposo

Decía Yuri después de su primera canción aplaudida
Exclamaba:¡Jesucristo, Jesucristo, aquí estoy!
Bajo su vientre recogía sus brazos  y  sinceraba:  

Era feliz en apariencia cuando estaba en el mundo
Pero para el Cristo que lee ojos del alma, sufría,
Mis padres separados y alcohólicos mis hermanos

Mi vida harta promiscua, ¡Ni  cobraba a los hombres!
Ni siquiera salía premiada en  rifa ¡Me regalaba!
-Vestida a rojo drapeado, testificaba la ex farandulera-

Hasta  que llegó el Señor a mí, entonces comprendí
El cambio no es de afuera adentro sino al contrario
Comprendí que  la pena del pecado es la muerte...

Agradecí a Dios por cuidarme en la etapa más dura, 
No contagiarme de sida a pesar del abuso que hacía
Cada puerto un amor y los puertos se estaban vaciando…

El presentador, su esposo, se le acercó  abrazó y besó
su castaño cabello inclinado que parecía cascada de oro
Y sus ministros extasiaban  al lado  ¡Aleluya, aleluya!

Ningún acólito en el césped  ¡Parecía  mesa de billar!
Dos pantallas gigantes, luces neón,  hielo seco a gas
Avivaban la fiesta esa noche, entonces dijo su esposo:

Estaba llevando Dios por el cielo un canasto de flores
Tropezó un almohadón caído del baldaquín de oro
y al trastabille se el escapó una flor que cayó a  tierra

Cayó en mí; y Él atisbó por entre las nubes y me dijo:
¡Cuídala, es la rosa más hermosa! Y yo le prometí
Llevarla tatuada a mi alma como tintura de alheña

*

Esa noche –viéndote- parecía que ibas a cambiar

Pregunta  pero no me mira, mira la desnuda calle:

¿Qué será de Yuri?  Y yo me desavengo con ella
¡Ay, si te dijera cómo son las cosas, no me creerías!
Le digo con  incierta verdad buscando asidero.



XLVII

¿Por qué El Hijo  no opinó del clima benévolo
de la España Bética?
¿Por qué no admiró algún templo dórico dedicado
al mar?
¿Por qué no encomió las Pirámides que se niegan
a desaparecer?
¡Por que no se refirió y toleró el arte humano
Si, El buscaba-en el hombre- su realización,
acaso, La Palabra está peleado con el  arte?

Preguntaba con honda punzada
Que me tomó  desprevenida
                  
¿Por qué en La Palabra no  ensalza a un chino
un indio, un negro, como paradigma a imitar?

¿Por qué, sí nos impone como gracia un cielo
tiene éste más de fábula artística que de realidad?

Y agregaba muy seguro y soberbio:

Ni una religión católica o evangélica
Frenará  lo que hago: cuestionar, escudriñar
Incluso a mi mismo Soy terapeuta de mi negrura
Y si mi acercaría a una iglesia yo se que
Me frenarían, me citarían  proverbios 3:5
 Confía en el corazón del señor
 y no en tu propia inteligencia

Y agregaba muy seguro y soberbio

Si Dios hizo el universo ¿con que fin?
¿Para qué  miles de constelaciones,
millones de estrellas,
solamente para el hombre 
que de su arrogancia no sale
y está perdido en un punto medio?
¿Y para quién es el resto?
¡Qué gran desperdicio!

*

Observo  malgastas tu tiempo
Deberías estar empleándola  
En algo pecuniario que te suba
Que afiance tu caído resguardo

Comprender dudas eternas                                         
sobre todo, esos que tanto dista
a nada conducente lleva
Es pintar el aire con acuarela

Dando revuelta Dios te perdona
pero no el Tiempo cruel perdido

Entonces responde mi Amator:
¡Zeli, no pensé juzgaras mi sed
¿Quieres  menoscabe mi oficio?
¿No sabes por él a ti me acerco?

Entonces callo, le consiento
Qué, ante la nada de la nada
Inclinarme a mi smut soberbio
No más me queda ser
Su sibilino partenaire


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 ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017

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