Historias mínimas
Solo quiero la verdad
¡Mira! A mi no me
importa
Lo que haya pasado
entre ustedes
Además, yo estoy casi ciego
¿Qué pretensión debo
tener?
No tengo ni la fuerza
Para reivindicar mi
honor
¡Nada!
¡Lo pasado, pasado
está!
Lo que quiero -te va
sorprender-
es que la saques a
pasear
A gozar de la vida
Como antes ustedes lo
hacían
Yo no puedo
Yo no le he dado nada
¡Diviértete con ella!
Tienes mi consentimiento
Trabajé como un
esclavo
Pensando, después,
Llevarla a un crucero
Pero desbarrancaron
mis dos camiones
Solo me quedó la
deuda
Y así he pasado mi
vida endeudado
-esto como un ejemplo,
nada más-
Ella ya me lo contó hace
tiempo
Al comienzo como que
me chocaba
Pero ¿sabes? Cuando
ella me cuenta
Cuando le encendiste sus
hebras íntimas
Como que la vibración
me hace arrobamiento
Y con el tiempo ella
se dio cuenta
que me gusta esa plática
y exagera a propósito
Y sabe ella que no va
encontrar otro marido
-si no lo sabes, ya
hizo el intento una vez-
No hallará otro que le
perdone sus infidelidades
¿Nos entendemos?
Si es así vamos por
la misma senda
Solo quiero saber de
tus labios una cosa
¿La fornicaste?
Orazio, como que
dudaba al comienzo reconocer
Pero viéndole ciego, con gafas oscuras
Viejo, sosteniéndose
en el nudo del bastón
sentado al borde de
la cama roída
y , Efemia, con la
mirada caída
oyendo todo,
asintiendo todo, reconoció
¡Así es!
Entonces Efemia vino hacia
él
le tomó de la mano suavemente
dieron media vuelta
como para salir del
cuarto
Pero ella dijo
¡espera, despídete!
Y rápido salió ella del
cuarto
Orazio, dubitativo
miró al marido
El ciego tenía un
arma en la mano
Y al intentar
quitarle
recibió una bala en la
cruz del corazón.
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