lunes, 7 de septiembre de 2015

Solo quiero la verdad

Historias mínimas
Solo quiero la verdad

¡Mira! A mi no me importa
Lo que haya pasado entre ustedes
Además, yo estoy  casi ciego
¿Qué pretensión debo tener?
No tengo ni la fuerza
Para reivindicar mi honor
¡Nada!
¡Lo pasado, pasado está!

Lo que quiero -te va sorprender-
es que la saques a pasear
A gozar de la vida
Como antes ustedes lo hacían

Yo no puedo
Yo no le he dado nada
¡Diviértete con ella!
Tienes mi consentimiento

Trabajé como un esclavo
Pensando, después,
Llevarla a un crucero

Pero desbarrancaron mis dos camiones
Solo me quedó la deuda
Y así he pasado mi vida endeudado
-esto como un ejemplo, nada más-

Ella ya me lo contó hace tiempo
Al comienzo como que me chocaba
Pero ¿sabes? Cuando ella me cuenta
Cuando le encendiste sus hebras íntimas
Como que la vibración me hace arrobamiento
Y con el tiempo ella se dio cuenta
que me gusta esa plática y exagera a propósito

Y sabe ella que no va encontrar otro marido
-si no lo sabes, ya hizo el intento una vez-
No hallará otro que le perdone sus infidelidades

¿Nos entendemos?
Si es así vamos por la misma senda

Solo quiero saber de tus labios una cosa
¿La fornicaste?

Orazio, como que dudaba al comienzo reconocer
Pero  viéndole ciego, con gafas oscuras
Viejo, sosteniéndose en el nudo del bastón
sentado al borde de la cama roída
y , Efemia, con la mirada caída
oyendo todo, asintiendo todo, reconoció

¡Así es!

Entonces Efemia vino hacia él
le tomó de la mano suavemente
dieron media vuelta
como para salir del cuarto
Pero ella dijo ¡espera, despídete!
Y rápido salió ella del cuarto
Orazio, dubitativo miró al marido
El ciego tenía un arma en la mano
Y al intentar quitarle
recibió una bala en la cruz del corazón.


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