Esta vez estamos en una tienda por departamentos
Ella en un módulo de ventas de celulares
Yo en otro –frente a ella- en un stand de colchones
Entonces se allega
Mi mira como si el colchón le transportara
A esa faena de prendas caídas
Y prendados alzados
Mi amor mi cielo mi tesoro, me dice
Y sus labios rojos se inflaman
Como en el outlet lo que sobra son colchones
Estando sentados en uno
Ella se cuelga a mi cuello
Y me inclina en el
jergón
Y me devora a besos
Que mer, que nos expulsen, dice
Que mer, repito, para lo que pagan
Me dejo estar, me besa como ella quiere
Me engulle me muerde me come
Sin duda que no la conozco aun
Es una muñeca rusa -una matrioska-
que dentro esconde
otra y otra
Pienso: mujer que no es brava en el amor no es mujer
Eso me pasa por buscar una con un lunar cerca a la boca
Si la llevo a casa, seguro, todos los cuartos lo prostituye
Ahora empieza por el lugar de trabajo
Que mer, que nos expulsen, dice
Que mer, repito, para lo que pagan
Y eso, que cuando la conocí me dijo:
Yo no tengo tiempo para besar a sapos
Siento que su cáliz espurrea un colágeno vespertino
Pero lo extraño de todo esto es que
la gente que sale de la vermú del cine por la escalera
eléctrica
no le importa lo que hacemos, nada dice
lo que me hace inferir que debe ser un sueño
Me pellico y efectivamente me despierto.
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