DISCURSO
Buenas noches don Nicanor
Se que estás presente
tal vez a través del señor de Cachuy a quién
tanto le rendías pleitesía. A
través de sus ojos tal vez nos estás
mirando [tenemos un replica en un urna en el patio tras una mampara que da al
comedor]
Debes estar contento que estén aquí [señalo invitados y de
paso darle las gracias por su asistencia]
Desde que te fuiste nada ha sido fácil. Has dejado un vacío
imposible de llenar, particularmente me doy cuenta cuánta falta haces para
serenar las aguas, para amansar las miradas que no hablan pero dicen montañas de disgustos. La silla que era
tuya y yo ocupo cuánta destreza me falta para armonizar el temporal, reconozco.
Fuiste en vida una voz que me guiaba, que me hacía andar por
el camino correcto. Ahora me quedan tus recuerdos, tus palabras de aliento
retumbando en mi cabeza.
Aun cuando tu muerte te haya arrebatado de este mundo y de
nuestro lado, puedo sentir que sigues cuidando de nosotros desde el cielo porque tu amor de Padre es tan
grande que ha podido superar las barreras de la estratosfera y el espectro del arco iris.
Aunque la muerte forma parte de la vida y es un proceso
completamente normal, muy pocas veces pensamos en ella y es solamente cuando
uno de nuestros seres queridos fallece que empezamos a reflexionar. Perder a uno
de nuestros Padres –por ejemplo- es una de las experiencias más dolorosas
Que nos toca afrontar. Qué es la muerte, qué hay más allá,
por qué tanto encono en vida, por qué tanto atesoro, por qué tanta alevosía, si el camino remata en lo mismo y al cabo de
un tiempo muchas veces ni de ti ni de mi
se recuerdan.
Hoy, a cinco años de su partida, tengo que recordarlo con alegría, la tristeza
ya pasó, recordar sus palabras ocurrentes,
su alegría imprevista, sus cuentos…si bien es cierto mi padre no era literato
ni mucho menos, si bien es cierto no escribía
ni leía libros de novelas y poesía enrevesadas –aparte de sí, su
infaltable periódico- hablaba bastante, mucho,
era un parlanchín en la mesa dominguera y gesticulaba para afianzar sus ideas
que muchas veces teníamos que rogarle bajara los brazos para que agarrara la
cuchara porque la sopa se estaba enfriando.
Y esto era de familia porque su padre también era igual.
Recuerdo una queja de cuando él era un mozo en su pueblo:
¡Hijo ¿estás despierto?! Mi padre me preguntaba, él echado sobre la
única tarima de la casa y yo debajo de él sobre
un pellejo de borrega muriéndome de sueño ¡Hijo ¿estás despierto?! No me
estarás haciendo contar por gusto porque
te voy a preguntar, ah -y yo con la
modorra tenía que escucharlo.
Momento feliz que se mostraba en esta misma mesa departiendo
con sus hijos y con la persona que más amaba, su esposa, mi madre que hoy –y
desde que murió- no deja de pensar en él y que ha mandado hacer un misa, ha
invitado algunos parientes cercanos, y me ha ordenado comprar carne de res pejerrey para hacer un
asado sabroso como le gustaba a papá.
Quiere que esta fecha 31 de diciembre sea siempre preservada
como día de la fraternidad entre hermanos primos tíos y pariente políticos.
-Madre, pero ese día es difícil que vengan porque es víspera
de año nuevo…
-Bueno, si quieren que vengan si no la comida quedará para
los días siguientes
Tanto insistir hemos adelantado un día antes para no
interferir.
Convencido que está en una mejor vida, en el cielo donde no existe dolor, no hay temblor ni entran
ladrones en la propiedad porque ahí no hay propiedad; y esa vida mejor en el prado verde regando
las flores para que más tarde ponerlo al pie del Señor en jarrones dorados – en
el cielo también celebran el año nuevo en vez de pirotécnicos fulguran las estrellas-, esa vida mejor, repito, se la merece porque ha
sido un hombre cristiano.
Consiente que esta separación es momentánea y aunque no nos demos cuenta nos estamos
acercando a estar con él porque también
estamos envejeciendo me he preguntado por qué eligió morir un 31 de diciembre y
pienso porque él era un hombre muy reservado, de bajo perfil, no le gustaba la ostentación,
él eligió un último día del año porque
supongo mientras todas las familias brindaban con champan, reventaban cohete o
bailaban en fiestas escogidas él pasaría
desapercibido sin molestar a sus paisanos y parientes que tenían sobrados
motivos para no venir a su velorio.
O también para darnos un subliminal mensaje a nosotros sus
hijos porque el fin de año supone el
termino de un ciclo del movimiento de la tierra y el inicio de otro, quebrante
donde uno crea nuevos objetivos, nuevas metas, que lo viejo ya fue y se debe dar
impulso a un nuevo afán…
Pero Papá tu memoria no caerá en el olvido.
Tus nietos que llevan tu apellido en esos momentos están labrando un mejor futuro para la familia.
Que Dios te guarde allá en su reino, papá.