La peste Negra en Europa
Muerte negra: la peste que asoló a Europa en la Edad
Media
A mediados del siglo XIV, la humanidad soportó una de
las más grandes catástrofes demográficas de su historia. Una gran epidemia que
desde 1347 a 1350 azotó a casi todo el continente europeo, se trató de una
epidemia de Peste Bubónica.
Durante la Edad Media, las enfermedades se propagaban
con mucha rapidez dado que no se contaba con los avances en el campo médico que
tenemos en la sociedad actual. El ser humano solamente podía confiar en su
sistema inmunológico para defenderse del ataque de virus y bacterias.
Lógicamente es esta época las epidemias se propagaban con mucha rapidez ya que
además las medidas de higiene en las incipientes y hacinadas ciudades eran
precarias y la alimentación solía ser bastante deficiente. La concentración de
personas en ciudades pestilentes, la contaminación de los pozos, la falta de
organización sanitaria, las calles pobladas de cerdos y ratas, la invasión de
pulgas, fueron una suma de factores que contribuyó a extender los casos de
tifus, disentería y gripe.
Pero de entre todas
las epidemias que oscurecieron la Edad Media, fue la de la Peste
Bubónica, conocida como “Peste Negra” la que entre 1348 y 1400 asoló a la
población europea.
Época de epidemias
La información sobre mortalidad varía ampliamente
entre las fuentes, pero se estima que alrededor de un tercio de la población de
Europa murió desde el comienzo del brote a mitad del siglo XIV. Durante ese
período fallecieron entre un cuarto y la
mitad de la población europea, desgraciadamente fue una enfermedad letal,
contra la que los europeos del siglo XIV carecían completamente de defensas.
Explicación sobrenatural
Ante el terror inmenso que provocó este mal
desconocido, se buscó la explicación en lo sobrenatural. La peste se consideró
un castigo divino por los pecados de los mortales. En plena desesperación, se
buscaron culpables y víctimas que calmaran la ira divina. Se dijo que los
judíos y los leprosos habían envenenado los pozos y se desencadenó una ola de violencia
contra ellos.
Los hombres de esos tiempos estaban convencidos de que
la podredumbre del alma se reflejaba en el cuerpo, y por eso los leprosos, por
su mero aspecto corporal, se consideraban pecadores. También se desconfió de
todos los extranjeros y de los peregrinos. Las ciudades y aldeas cerraron sus
murallas para protegerse de la enfermedad.
El miedo a los “otros” (llámense judíos, extranjeros o
leprosos) se propagó, y fue tan dañino como la peste porque causó persecuciones
y muertes injustas que dificultaban aún más la resistencia de los debilitados
pobladores. La ciencia médica de la época tenía creencias acerca de cómo se
contaminaban los enfermos de peste, pero sin duda desconocían los mecanismos de
transmisión: de esta manera la explicación de un Dios vengador, que castigaba a
los pecadores, dominó las conciencias de los europeos medievales.
La peste bubónica;
la peste más común
La enfermedad se producía cuando una pulga infectada
picaba a una persona o cuando ésta se infecta con materiales contaminados que
entran por algún corte en la piel. A los pacientes se le hinchaban y dolían los
ganglios (llamados bubones), tienen fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y se
sienten débiles. Lo de “muerte negra” se debió a que lo síntomas venían acompañados
de manchas ocuras en la piel que delataban a quien empezaba a padecer la
enfermedad.
Propagación de
la Epidemia de la Peste Negra
No está enteramente claro dónde comenzó la mayor
epidemia del siglo XIV, quizá en algún lugar por el norte de la India, pero más
probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste
por los ejércitos mongoles. La peste fue traída a Europa por la ruta de Crimea,
donde la colonia genovesa de Kaffa (Feodosiya) fue asediada por los mongoles.
La Historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres
infectados dentro de la ciudad. Los refugiados de Kaffa llevaron después la
peste a Messina, Génova y Venecia, alrededor de 1347/1348. Algunos barcos no
llevaban a nadie vivo cuando alcanzaron puerto. Desde Italia la peste se
extendió por Europa afectando a Francia, España, Inglaterra (en Junio de 1348)
y Bretaña, Alemania, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia alrededor
de 1351.
Se pensaba entonces que los monjes mendicantes, los
peregrinos, los soldados que regresaban a sus casas eran el vehículo para la
introducción de las grandes epidemias de un país a otro.
Esto pudo ser en parte cierto, pero sin duda el
comercio fue más peligroso ya que los barcos llegaban a puerto y descargaban junto
con las mercancías las ratas infectadas procedentes de países donde la
enfermedad era endémica. Este fue sin duda el medio mayor de difusión.
Descenso demográfico brutal
“Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto
Viviente que decía: “Ven”. Miré entonces y había un caballo verdoso; el que lo
montaba se llamaba Muerte, y el Hades le seguía”. (Apocalipsis 6, 8).
Según las fuentes se hablan de una mortandad de
incluso 3/4 partes de la población a consecuencia de la peste y es que se
estima murieron más de 25 millones de personas solo en Europa, junto a muchas
otras en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas con
los pocos supervivientes huyendo y expandiendo a enfermedad aún más lejos. El
descenso demográfico fue en algunas zonas realmente terrorífico. En China y en
la India por ejemplo, la peste produjo entre los enfermos que la contrajeron
una mortandad que iba del 60 al 90%, los índices de la pulmonar fueron
prácticamente del 100%, de ahí que los cronistas de la época nos hablen de que
desapareció una cuarta parte, la mitad, o incluso nueve décimas partes de la
población.
La gran pérdida de población trajo cambios económicos
basados en el incremento de la movilidad social según la despoblación
erosionaba las obligaciones de los campesinos (ya debilitadas) a permanecer en
sus tierras tradicionales. La repentina escasez de mano de obra barata
proporcionó un incentivo para la innovación que rompió el estancamiento de las
épocas oscuras y, algunos argumentan, causó el Renacimiento, a pesar de que el
Renacimiento ocurriera en algunas zonas (tales como Italia) antes que en otras.
A causa de la despoblación, sin embargo, los europeos supervivientes llegaron a
ser los mayores consumidores de carne para una civilización anterior a la
agricultura industrial.
Teorías contradictorias sobre la Enfermedad
La peste volvió repetidamente y fue considerada como
la misma enfermedad a través de los sucesivos siglos hasta los tiempos modernos
cuando fue identificada la bacteria Yersinia pestis como la causante de la enfermedad.
Hasta hace poco
se ha creído que la peste negra fue producida por esa bacteria Yersinia
pestis que se contagia por las pulgas con la ayuda de la rata negra (Rattus
rattus) – que podríamos llamar hoy la rata de cloaca.
La evidencia definitiva a favor de esta teoría de la
Yersinia pestis, fué a raíz del análisis de tejido de pulpa dental tomado de un
cementerio en Montpellier de la epidemia del siglo XIV, que contenía DNA de
Yersinia pestis, pero lo cierto es que nunca fue confirmado en ningún otro
cementerio.
En Septiembre de 2003, un equipo de investigadores de
la Universidad de Oxford reveló los sorprendentes resultados de pruebas hechas
sobre 121 dientes de 66 esqueletos encontrados en fosas comunes del siglo XIV.
Los restos no mostraron traza genética alguna de Yersinia pestis, y los investigadores
sugieren que el estudio de Montpellier podría haber sido defectuoso.
Recientemente, los científicos Susan Scott y
Christopher Duncan de la Universidad de Liverpool han propuesto la teoría de
que la peste negra pudo haber sido causada por un virus similar al del Ébola, y
no una bacteria. Argumentan que esta plaga se extendió mucho más deprisa y el
periodo de incubación fue más largo que en el caso de las plagas causadas por
Yersinia pestis. (Un periodo de incubación más largo permite que los portadores
de la enfermedad puedan viajar más lejos e infectar a más personas que un
periodo de incubación más corto.
Los estudios realizados a partir de los documentos en
iglesias inglesas indican un largo periodo de incubación, de más de 30 días, y
que pudo haber contribuido a la rápida propagación de la enfermedad, de hasta 5
km al día. La peste negra se propagó por zonas donde no hay ratas, como
Islandia, fue transmitida entre personas (lo que ocurre raramente con Yersinia
pestis) y algunos genes que determinan la inmunidad a virus parecidos al Ébola
están mucho más extendidos en Europa que en otras partes del mundo.
El descubrimiento de esporas de ántrax en un
cementerio de víctimas de la Peste Negra en Escocia y el hecho de que se sabe
que se vendió carne de ganado infectado en muchas áreas rurales de Inglaterra
poco antes del comienzo de la peste, han llevado a pensar al historiador Norman
F. Cantor, en su libro In the Wake of the Plague (En el despertar de la peste,
2001), que la Peste Negra pudo haber sido una combinación de pandemias entre
las que se podría encontrar una forma de ántrax. Cita, entre otras cosas,
informes sobre los síntomas de la enfermedad que no concuerdan con los efectos
conocidos de las pestes bubónica o neumónica.
Fuentes consultadas:escalofrío.com/sepiensa.org
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