JOSÉ DE RIBAS, EL ESPAÑOL QUE FUNDÓ ODESA
Una de las calles más importantes de la
ciudad ucraniana de Odesa
tiene por nombre “Deribasovskaya” en honor
de su fundador, el militar
español José Pascual Domingo de Ribas y
Boyons, más conocido en la
Rusia del siglo XVIII como Ósip
Mijáilovitch Deribás, nacido en el Reino
de Nápoles (vinculado dinásticamente a
España) en 1749.
El padre de José de Ribas fue un catalán de
Barcelona enviado a
Nápoles como Cónsul de España y nombrado
allí Director del Ministerio
de Fuerzas Navales y Armadas napolitanas.
Fue allí donde José de Ribas
inició su carrera militar a los 16 años,
alcanzandp a los 20 el grado de
Mayor del ejército napolitano. En esa época
conoció a la persona que
habría de cambiar su vida.: el ruso Aleksey
Orlov, hermano del amante
de Catalina la Grande, que se encontraba en
Italia para encabezar una
expedición naval contra los otomanos. Orlov
quedó impresionado por
los conocimientos y múltiples facetas del
joven y lo tomó como
ayudante e intérprete. Ribas viajó en la
expedición rusa que hundiría la
flota turca en la batalla naval de Chesme y
fue posteriormente enviado
a Rusia para instruir al sobrino de Orlov,
el conde Bobrinski, hijo
ilegítimo de Catalina la Grande con su
amante, Gregori Orlov.
A su llegada a San Peterburgo ingresó como
capitán en el Cuerpo de
Cadetes de Tierra, trabando amistad con
Iván Ivanovich Betskoi,
ministro de construcción de la zarina, y
con su hija ilegítima, Anastasia
Ivanova Sokolovaya, una mujer mayor que él
con la que se casaría a los
23 años lo que le abrió las puertas del
palacio de la zarina al ser
Anastasia una de sus damas de compañía.
Potemkin y Crimea
Pero José de Ribas, que era un hombre de
acción, pronto reparó en que
la Corte no era lo suyo y en 1783, después
de nueve años en San
Petersburgo, consiguió entrar al servicio
del nuevo favorito de la zarina,
el principe Grigori Potemkin, con el que
viajaría al sur de Ucrania. En
poco tiempo Ribas, sería ascendido a
coronel y posteriormente, a
brigadier. Ayudaría a Potemkin a anexionar
Crimea a Rusia , y a
construir una nueva flota del Mar Negro y
el puerto de Sebastopol, que
será su base.
Los sucesivos éxitos militares en la zona
del Mar Negro pusieron pronto
de manifiesto las dotes militares de José
de Ribas al que, tras una gran
actuación en la batalla naval del estuario
de Dniéper, le fue entregado el
mando de la nueva flotilla de remos del Mar
Negro, cuyos efectivos eran
en su gran mayoría cosacos. José de Ribas
los instruyó y convirtió en
una temible fuerza de choque para
operaciones de desembarco,
consiguiendo con ellos la toma de la
fortaleza de Ochakov, en la
estratégica isla de Berezán, que le valió
el ascenso a general.
En1789, José de Ribas consolidó su
reputación tomando la estratégica
población de Hadjibei durante la noche, con
su fortaleza costera de
Yeni Dunai, protegida por una amplia
escuadra turca que ni siquiera
reparó en el paso de la flotilla rusa. A
José de Ribas aquel lugar le
pareció que era ideal para la construcción
de un gran puerto militar y
comercial, y sería precisamente allí donde
levantaría más tarde la
ciudad de Odesa.
El sitio de Ismail
Pero Ribas hubo de esperar hasta el año
siguiente para cosechar su
mayor victoria. En aquel momento los generales
rusos no podían
avanzar hacia Estambul al encontrarse
taponados ante los muros de la
fortaleza de Ismail, a orillas del Danubio,
pero José de Ribas logró
conducir a su flota a través de la
desembocadura del Danubio y
remontó el río hasta la Ismail, cercándola
desde la parte sur tras
destruir un centenar de naves turcas. Días
después, Ismail cayó en las
manos rusas después de enviar nueve
columnas para asaltar la
fortaleza según el plan diseñado por Ribas.
Fue una de las mayores
masacres de la época y una victoria
legendaria para los rusos, que aún
hoy en día conmemoran en cada aniversario.
Por esta victoria, Ribas
recibió una espada de oro cubierta de
diamantes y propiedades en
Bielorrusia con más de 800 siervos. De esta
forma, José de Ribas entró
a formar parte del círculo de las águilas
de Catalina, formada por
capitanes victoriosos. Una año más tarde el
imperio otomano se vería
empujado a pedir la paz. El Tratado de
Jassy, con la firma de Ribas en
1792 como uno de los tres plenipotenciarios
nombrados por Potemkin
para negociar, supuso la cesión a Rusia de
toda la orilla norte del Mar
Negro.
La fundación de Odesa
Ribas, que fue nombrado contraalmirante y
más tarde vicealmirante, se
puso manos a la obra para lograr unos de
los sueños de Potemkin, una
San Petersburgo del sur, al igual que hizo
Pedro el grande con su
capital del Báltico. Ribas luchó con ahínco
para conseguir la aprobación
de la Bahía de Hadjibei como lugar de
ubicación para la nueva ciudad,
ya que existían proyectos rivales para
construirla en otros lugares.
Finalmente, con un decreto personal,
Catalina le encomendó la
construcción de lo que sería la ciudad de
Odesa. En sólo dos años, la
costa del Mar Negro vio nacer una nueva
ciudad y un puerto visitado
por barcos mercantes de toda Europa,
llegando a ser en el siglo XIX, la
tercera ciudad del imperio, después de San
Petersburgo y Moscú.
La conspiración contra el Zar
José de Ribas en esos momentos estaba en su
mejor momento; era
dueño de extensas propiedades y de un
pequeño imperio en el que
podía manejarse con absoluta libertad, pero
tras la muerte de Catalina
en 1796 y la llegada al trono de su
discutido hijo Pablo, éste llamó a
José de Ribas a San Petersburgo para
abrirle un proceso por supuesta
malversación en la construcción de Odessa.
Tal acusación parecía suponer el final de
la carrera de José de Ribas,
pero éste se las arregló para revertir la
situación y tras un juicio
absolutorio le fueron devueltos todos sus
cargos, aunque se le ordenó
permanecer en Petersburgo sin que nunca más
volviera a la ciudad que
fundó. El zar Pablo se aproximó a Bonaparte
con la intención de
castigar a los ingleses y austríacos por
traidores, pero la perspectiva de
una guerra con Inglaterra no era bien vista
ni deseada por la nobleza y
dirigentes rusos. Ribas era almirante, pero
un contubernio realizado por
opositores, le hizo caer en desgracia y
Pablo lo apartó de sus cargos en
marzo de 1800. De esta forma, Ribas,
contactó con los descontentos e
inició la conspiración contra Pablo I. Sin
embargo, no pudo ejecutar el
magnicidio planeado al verse afectado por
unas fiebres crónicas
durante una de sus campañas, falleciendo el
2 de diciembre de 1800.
Algunas fuentes comentan que parte de los
conspiradores envenenaron
a su cómplice por temor a que en su delirio
pudiera delatarlos.
Independientemente, Pablo I fue asesinado
el 11 de marzo de 1801 por
un grupo de oficiales que irrumpió de noche
en el castillo de San
Miguel.
El cuerpo de José de Ribas se encuentra
enterrado en el cementerio
católico Smolenskoye en San Petersburgo,
mientras que en lo alto de la
larguísima escalinata de la ciudad de Odesa
en que Serguei Einsestein
rodó la celebérrima escena de su película
“Acorazado Potemkin” se
encuentra una estatua de José de Ribas,
pero no provista de armas
propias del gran militar que fue, sino de
planos y herramientas propias
de un constructor, del español que fundó
Odesa, con una sola “s”, que
es como se escribe tanto en ucraniano como
en español.
Autor: Ignacio del Pozo Gutiérrez para
revistadehistoria.es
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