sábado, 9 de abril de 2016

Confesiones de Montesinos

Confesiones de Montesinos (ex asesor del ex presidente Fujimori)     

Una noche me llama el señor Fujimori y me dice: Vengase usted. Llego yo a Palacio y me dice el edecán: El presidente lo espera en la residencia. Subo a la residencia y cuando ingreso estaba  en uno de los ambientes el señor presidente con la señora Susana (Su ex esposa )y había una señora que acompañaba a la señora Susana. Ingresé, saludé y Fujimori me dijo:

--Bueno, como usted es abogado lo hemos llamado acá porque hay un problemita.
-¿Cuál es el problemita?,  le dije, señor presidente. Fujimori me explicó:

-Cuando yo inicié mi campaña en el año 90 la señora me hizo un préstamo de dinero a mí y ese  préstamo me sirvió para que yo pudiera hacer la campaña como Cambio 90. La señora ahora me está reclamando la devolución del dinero más los intereses y hemos acordado de que yo me voy a comprometer en un documento a hacer esa devolución de dinero con los intereses respectivos. Y como usted es abogado quisiera que en este momento usted me redactara un documento con estas características. Yo le digo:

- ¿Y cuánto es el monto de la deuda?
-El monto de la deuda es tanto, los intereses es tanto, me dijo.

Y se hace un cronograma en donde el ingeniero Fujimori  se obligaba, en los términos pertinentes, a pagar la deuda contraída. Entonces me dice:

-¡Vámonos a las instalaciones del Servicio de Inteligencia. Tengo ganas de dormir: El dormía en las instalaciones del SIN. Entonces la señora Susana no quiso ir en el carro con él y se fue por su cuenta con la señora que la acompañaba. Me fui con el presidente en el carro. Cuando llegamos al SIN me dijo:

-Usted converse con la señora, redacte el documento y cuando está listo me despierta.

Esa noche yo redacté el documento con la señora Susana y nos hemos amanecido porque la señora es muy meticulosa y me corregía la coma, y a las seis de la mañana el documento recién estuvo listo (…) A las seis de la mañana se ha sacado cuatro juegos, desperté al presidente, ha salido él en pijama al ambiente donde nos encontrábamos, leyó el documento, me pregunto:

-¿Estás de acuerdo tú?
-Si, estoy de acuerdo, le dije

Y ambos firmaron los cuatro documentos y pusieron la huella digital en cada documento. Dos ejemplares se quedó la señora y dos ejemplares se quedó el presidente, el que me los entregó a mí. Me dijo:

-Me los guardas.

La señora Susana, en ese momento, con sus dos ejemplares, se retiró de las instalaciones del SIN.
Como a los tres o cuatro días, una noche de repente suena ee teléfono y el edecán  me dice: El presidente dice que se presente usted inmediatamente en la suite, el SIN. Fui, cuando ingreso me dice:

-Siéntese.

Y agarra y saca los dos documentos  que le había entregado  a la señora Susana. Yo me sorprendí  porque no me podía imaginar como tenía él los dos ejemplares de la señora Susana. Le digo:

-Presidente, pero usted me dio los ejemplares, y él me dijo:
-No, no. ¿Usted tiene los ejemplares que le di? Yo le digo:
-Si, si, los tengo. Medio que me desconcertó. Yo le dije, voy a traerlos. Entonces fui a mi oficina, abrí la caja fuerte y efectivamente tenia los dos ejemplares. Regreso, y estaba con los otros dos ejemplares y le digo:

-¿Esos son de la señora Susana?
Si –me dice-, mi hermano Santiago, con uno de los edecanes de la Fuerza Aérea  ha entrado a los ambientes de la señora y le ha sustraído los dos documentos. Ahora eso pasa a la trituradora. Le entregué los dos documentos . Y los cuatro  pasaron por la trituradora. Y era tan desconfiado que me hizo sacar de la trituradora las trizas y me dijo:

-Ahora vamos al patio a ponerle  fósforo


Un buen día la señora Susana, que había sacado una fotocopia –felizmente ella  tenía una copia de sus originales- presentó una acción judicial para el reconocimiento de contenido y firma en el Poder Judicial. Entonces es citado al Poder Judicial el señor Fujimori para que reconozca (los documentos) y él niega  que sea su firma y dice que esos documentos era montaje. A pesar de que era una fotocopia del original él negó e impugnó el tema. Con Santiago Fujimori y Jaime Yoshiyama manejaron el tema, con Victo Raúl Castillo, para que no prosperara ese proceso, se fue hasta  la corte suprema y la señora  Susana perdió el proceso.

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De Hildebrandt en sus trece Nº293         

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