miércoles, 18 de enero de 2012

Silvia

< Una tarde, recuerdo, cuando pasaba por tu casa,
junto con mis  hermanas, sin que te dieras cuenta
te escuchamos cantar, mejor dicho, gritar:
   ta ta ta taaa
   ube ube ube ..eeh
   ta ta ta taaa
   ube ube ube..eeh
Nos subimos al murete donde solíamos sentarnos .
y por  huecos del enladrillado, de tu balcón,  vimos:
Agarrabas una escoba a manera de guitarra, y seguías:
   ta ta ta taaa
   ube ube ube..eeh
   ta ta ta taaa
   ube ube ube..eeh
Nosotras, nos reímos como nunca,
tanto, que nos escuchaste y saliste
te avergonzaste y  te metiste  adentro y cerraste la puerta
¡Que tal risa! hasta las lágrimas nos brotaron;
de eso, no me he olvidado nunca >

Yo me había olvidado tal chasco
Pero no, Silvia, mi ex vecina, de la casa del cerro
 Al rememorar aquellos años
después de larguísimos años, ahora,
 dejaba escapar una  risita decente Estaba frente a mi
Coincidimos en el portal del Seguro por casualidad
Le di la noticia  y me dio el pésame
Al salir, juntos, después de nuestra atenciones
-Yo solicitaba algo de desembolso por la sepultura
y ella cobertura de viudez para su madre-
Le invité un jugo en una juguería cercana
" Mi padre ha muerto hace seis meses"- dijo,
 Yo no sabia que el tuyo también
Porqué no me avisaste? "protestó,
 al notar mi turbamiento, continuó
hablándome de sus pesares
 de su no  buena situación.
 Raer de recuerdos, contra la pared de mi corazón
Noté,  los años no le pasaron en balde
los pliegues de sus ojos  marchitos
su cabello entre cano, ropa pobre sin alhajas que la resalten
(el mejor espejo de uno es encontrar una amiga vieja)
Me cuenta : Su hija menor se ha diplomado hace poco
y saca de su bolso desteñido  una foto a color y me lo enseña
Ahí están sus dos hijos mas , ella y su esposo
Esbelta a pesar de los años, algo conserva la grácil figura
 que tenía cuando joven. Recuerdo:
Un fotograma promoviendo una película
"Matrimonio a la italiana"
 con Sofía Loren y Marcelo Mastroniani
donde Sofía en jubón y corpiño
hace  ademán como para desnudarse:
levanta el muslo, mostrando  tronada pierna en  panty negra,
mientras, en la cama, Marcelo, tendido,  espera ansioso
Silvia, para mi, tenía  parecido idéntico a Sofía,
Labios largos,  ojos grandes y vivarachos
Bonito cuerpo que adoraba en silencio
Cierto,  siempre salia con sus hermanas, eran tres,
a eso de las cinco de la tarde,
a  sentarse en un muro bajo mi balcón
en una esquina de donde ella miraba la pampa
La Capilla, las dos  escaleras de subida/bajada
Llamaba  a sus amigas y  todas se ponían a charlar
De edad, dos años menor que yo pero  avispada
Buscaba  galán  mucho mas consolidado
A pesar de sus quince años quería  uno de mas experiencia
Tímido yo, no me atreví a lanzar  piropo siquiera
Solo la amaba en silencio
 Muchas veces por entre la cortina de plástico de mi ventana
la solía mirar, cómo se reía, la frescura de su voz me bañaba
En mis noches soñaba son Sofia, perdón con Silvia
en  los mismos detalles del fotograma del periódico

¿Podria faltarle -hoy- respeto revelando que la amaba antes?
No, mil veces no Ni una palabra alusiva
Ser maduro es  ser prudente con las palabras
Faltaría a una de la calle que recién conociera
pero a una que  creció con mi  pubertad, no.
Nos despedimos y finalmente dijo en confianza:
 - ¡Que gusto fue verte Escobillón!
 y se rió un poco
Compartí esa  intimidad -me llamaba así
por mi pelo  rebelde se paraba como púas-
 Y nos despedimos
con la promesa de visitarla en el cerro
cosa  no creo  posible porque
tengo gran aprensión subir a mi casa vieja


De regreso a casa quedé aun propenso a recordarla
Había llegado a su vida un joven galán, cabello rubio 
 tez blanca, no era del barrio,
simpático, parecía ascendencia italiana
ante quien yo
 bregando  en la calle con el fin de tener en mi haber
las primeras mujeres y alardear ante  amigos
sobre todo a Silvia mostrarle lo que sabía en la materia
quedé deslucido, su novio parecía  adonis griego
En la charla que tuvimos no le pregunte por él
 no hacía mucho al tal adonis
le había visto vendiendo en los buses estuches para celulares
No me reconoció al saludarle, o tal vez, pero no me respondió
pero era uno mas de los que la entraña del cerro
como cepo arraiga y no lo suelta.
Silvia fue el amor platónico de mi pubertad
amor de silencio que nunca salió de mis labios por timidez
pero yo no estoy en ella ni ella, en mi vida real
pero si está en mi recuerdo
y cuando yo me vaya  al Arcano no quedará nada
a no ser esta página, al no ser usada, lo esfumará la web

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