- Ya hijita, gracias por tu visita
aunque quisiera te quedaras para tomar el tè
y, también, subieras al velatorio de la azotea
porque, hoy, se lo llevan al cementerio
- Qué voy a ir a ver esa chusma!
Esa gente ha invadido la azotea
Dios perdone lo que voy a decir:
son delicuentes, mujeres de malvivir
Ahora, no hay terraza para nosotros
ellos han invadido todo
Usted sabe
Han hecho cubículos de estera y tripley
Cualquier día habrá un incendio
que ponga en peligro el edificio
Y, además, roban energía eléctrica
de los departamentos desocupados
Que voy a ir a ver esa chusma!
Y usted tiene la culpa, por ser buena, mamá,
diste un sitio al zapatero remendón de la puerta
Ananías, creo, se llamaba
para que instalara un cuarto para vivir
y ¡fijate! trajo a otro, y el otro a otro
¿Te acuerdas, mamá, antes, la terraza libre
servía para que tus hijos jugaran
o, una actividad social de los vecinos
Me hubiese quedado a vivir aquí
con mi marido y mis hijos
Hubiese comprado un departamento
Aquí pasé mi niñes y adolescencia
pero no lo hice por el lumpen que llegó
¿No te das cuenta, mamá, familias decentes
abandonaron el edificio?
Y, hoy, ofertan , departamentos debajo de su precio ?
¿Quienes son los nuevos vecinos que lo compran?
Gente chulupaca, de poca monta, sin cultura
que utilizan sus casas como depósitos de cerveza,
almacén de baratijas o cartones para reciclar
¿Porqué no te vienes a vivir conmigo mamá?
- ¿Hija, sabes quienes han muerto?
- Un par de delicuentes, seguro, no me interesa
- Han sido, precisamente, el zapatero Ananías y su hijo.
Como hace mucho calor se fueron a la playa
Ananías no sabia nadar pero el hijo si
Se habían ido a una playa semidesierta del sur
Sabes, las playas cercanas a Lima están contaminadas
El hijo después de estar una hora nadando
en la ultima zambullida quedó privado al golpear algo
Al ver Ananías este incidente pidió ayuda
pero no haba nadie cerca
entonces, se metió al mar y..
- Bueno, mamá no me sigas contando
Esas cosas me deprimen Me voy Se me hace tarde
-Ya hijita Tu siempre igual Gracias por la visita
Saluda a tu esposo
La hija salió al balcón Llamó a su su hijo
que jugaba en el patio interior -rectangular- del edificio
Se recostó en el parapeto de cemento para ubicarlo
Dio la vuelta el corredor para bajar por la otra escalera
-por la mas cercana ya bajaban los dolientes-
Bajó al primer piso, al portón donde esperaba a su hijo
En eso, sonó un golpe seco contra el patio,
parecía proyectil que remeció el piso
Era el féretro de Ananías, al voltear la escalera
había patinado de los cargadores y caído al vacío
El ataúd cayó de pie Se abrió y Ananías por un segundo,
se vio frente a frente a la joven mujer
Por un segundo ella creyó ver a Ananías
llevar en su regazo el zapato de charol
que solìa llevarle para remendar
y ,Ananias, extendía brazos para entregarle
La mujer gritó como nunca se había escuchado
que, las lunas de las ventanas vibraron
Cuando bajaron los vecinos observaron a Ananías
encima de la mujer joven , cruzados.
La mujer no se recuperó bien
Fue llevada a un sanatorio mental
Abandonada por su marido, luego,
y recogida por su madre de vuelta al edificio
No sale de su cuarto, solo en noches de luna
baja al portón y y se le oye reír horriblemente.
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