A quién habré salido? me pregunto
Quièn me proveyó esta manía de escribir,
que me ata a las teclas de la máquina
estampando recuerdos agridulces?
Mi padre no necesitaba escribir
para extirpar lombrices del alma
mi madre, tampoco, otra forma purgaban:
Salían temprano de casa, volvían tarde
el trabajo era su redención
Que sepa, mis abuelos tampoco escribían
conocí de cuatro a tres, en la provincia
A pesar del perfume que emanaba de sus huertos
a pesar que tenían la naturaleza azul alrededor
no empeñaron en trazos limpios su puño y letra.
Cuando en la sierra lejana
alguien tendía afianzar algo
sacaba la varilla del fogón
y en la tierra dura apuntaban
Ni mis hijos, jóvenes profesionales
les gusta escribir ocurrencias de vida
Prefieren liberarse del ajetreo de labor
saliendo de noche al boulevard
y no quedarse en su cuarto
buscando la soledad coexistencial
que ancle en su persona viva expresión
A través del sonido de la palabra
y estilo acorde a su propio ser
podrían apasionarse por la vida.
A quién habré salido? me pregunto
Quién me proveyó esta manía de escribir,
que me ata a las teclas de la máquina
estampando recuerdos agridulces?
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