El campamento de refugiados de Al Hol, en el noreste de Siria, donde huyeron familias y combatientes del último bastión del grupo Estado Islámico, alberga a unas 35.000 personas de nacionalidad siria, entre 35.000 y 40.000 iraquíes y 10.000 personas de entre 30 y 40 nacionalidades, según Cruz Roja.
El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, cifró entre 80.000 y 100.000 el número total de desplazados que viven en el campamento, donde "el CICR y las autoridades (kurdas) se encuentran sobrepasadas" para atender las necesidades básicas.
"Nuestra prioridad es que la gente (en su gran mayoría mujeres y niños) sobreviva y esto está siendo extremadamente desafiante en la actualidad", subrayó el responsable de Cruz Roja a un grupo de periodistas en la sede de CICR en Nueva York.
Asimismo, Maurer, que no dio detalles sobre las distintas nacionalidades, declaró que la "respuesta de los países está siendo extremadamente desigual".
Dentro de las dificultades de la situación, indicó que su organización está intentando registrar y contrastar la identidad de las personas y que la prioridad actual es localizar a niños que no están acompañados para que las autoridades de sus países localicen a familiares que puedan hacerse cargo de ellos.
Asimismo, su segunda prioridad es atender las solicitudes de las mujeres que quieren regresar con sus hijos a sus lugares de origen, pero, según Maurer, la respuesta de las autoridades está siendo muy diferente.
Si bien, apuntó, hay un consenso sobre la importancia de cubrir las necesidades urgentes e inmediatas, "nadie está particularmente interesado" en resolver las situaciones de estas personas, debido a que se trata de una cuestión "de seguridad y política muy sensible".
En este sentido, aseguró que se está reuniendo con responsables políticos de estos países reticentes a repatriar a sus nacionales, para que "aborden esta cuestión".
Países como el Reino Unido han retirado la nacionalidad británica a varias jóvenes que se encuentran en campamentos de refugiados para evitar repatriarlas y otros como Francia ha relajado levemente sus posturas intransigentes y han aceptado repatriar a varios huérfanos.
El campo de Al Hol se ubica en la provincia septentrional siria de Al Hasaka, que se encuentra a más de 300 kilómetros de Al Baguz, la última localidad habitada que estuvo controlada por los yihadistas en Siria y que fue conquistada el pasado 23 de marzo por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza de milicias mayoritariamente kurdas.
Mauren explicó también que dos tercios de los refugiados y desplazados en Al Hol son niños y el otro tercio mujeres y especificó que la gran mayoría de los menores tienen menos de 12 años, ya que los que tenían una edad superior eran combatientes y las autoridades kurdas los tienen con el resto de yihadistas en campos de detención.
Además, apuntó que otro de los retos es localizar e identificar a las víctimas que también viajaron con los combatientes y sus familias.
En este sentido, puso el ejemplo de una joven de la minoría yazidi, que había sido raptada y forzada a la esclavitud y que fue localizada en el campamento.
ACTUALMENTE
Naciones Unidas ha mostrado este viernes su preocupación por el "riesgo significativo" de un brote de coronavirus en el campo de refugiados de Al Hol, situado en la frontera entre Siria e Irak, donde, hasta la fecha se han detectado cuatro casos de la enfermedad.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, se ha hecho eco de la preocupación de los trabajadores humanitarios sobre el terreno y ha afirmado, que la capacidad de detección es "relativamente limitada" y que la institución junto a sus socios están dando asistencia pero que esta no puede sustituir a "soluciones duraderas".
Inseguridad y violencia
Según ha asegurado la directora ejecutiva de Unicef, Heretta Fore, en un comunicado difundido por la ONU, las restricciones de movimiento y la cuarentena están convirtiendo "una situación crítica en algo incluso peor", ya que debido al coronavirus algunos servicios sanitarios y educativos se han detenido y hay menos trabajadores.
En el campo de Al Hol hay -actualmente- alrededor de 64.000 personas, de las cuales el 94 por ciento son mujeres y niños, que vivieron en el territorio que antes gobernó el Estado Islámico. Dujarric ha trasladado que los trabajadores humanitarios han alertado de un "deterioro" en la seguridad y un aumento de los incidentes violentos en el campo de refugiados.
Condiciones inhumanas
Un informe de septiembre de la ONU ya calificaba de "inhumanas" las condiciones del lugar y llamaba a la comunidad internacional a realizar acciones para buscar una solución, ya que varios Estados mostraban "poca voluntad" de repatriar a los habitantes del campo por temor a que tuvieran vínculos con ideas extremistas.
Dujarric ha asegurado que en los últimos dos meses, más de 1.000 personas han abandonado el campo y ha destacado que se están realizando trabajos para que más refugiados vuelvan a sus hogares en Siria, pero ha incidido en que todas las marchas de Al Hol deben ser "voluntarias".
Además, el portavoz de la ONU ha instado a Turquía a llevar a cabo una investigación independiente "de los abusos cometidos" en el norte, noroeste y noreste de Siria que están bajo el control de sus fuerzas o grupos armados aliados.
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