martes, 31 de marzo de 2020

¿Se está devolviendo el botín de Abacha?


El "botín de Abacha", la millonaria fortuna que Suiza devolverá a Nigeria dos décadas después
RedacciónBBC Mundo
·         8 diciembre 2017
ado de haber malversado unos US$2.200 millones del banco central del país africano.
Es solo una fracción de los miles de millones de dólares que supuestamente malversó el férreo expresidente de Nigeria, Sani Abacha.
El gobierno suizo anunció esta semana que devolverá US$321 millones del dinero que Abacha está acusado de haber robado durante su gobierno militar, entre 1993 y 1998.
La suma, depositada originalmente en Luxemburgo, desapareció a mediados de la década de 1990 y fue confiscada en 2014 por una corte suiza en un proceso judicial contra Abba Abacha, hijo del ex gobernante.
El ex general Sani Abacha llegó al poder en 1993 luego de que el ejército anulara las elecciones presidenciales. Gobernó con mano dura hasta su muerte a los 54 años de edad en 1998.
Después de su fallecimiento, Nigeria solicitó ayuda a las autoridades suizas para recuperar más de US$2.200 millones que habían sido depositados en bancos europeos por miembros de su familia.
Devolución multimillonaria
La recuperación del llamado "botín de Abacha", como se le conoce ahora, ha sido un punto de orgullo del gobierno del actual presidente Muhammadu Buhari, señaló la corresponsal de la BBC en Lagos, Stephanie Hegarty.

"El mandatario nigeriano hizo de la recuperación de los bienes robados una importante promesa de campaña y esta será una de sus mayores promesas cumplidas", dijo.
Pero repatriar miles de millones de dólares de un país al otro ha supuesto no pocas trabas.
Aunque se firmó un acuerdo en marzo para devolver el dinero, el Ministerio de Justicia nigeriano, el Banco Mundial y abogados en Suiza y Estados Unidos tuvieron que lidiar con las complicaciones legales para devolverlo.
El gobierno suizo finalmente anunció esta semana que la batalla terminó y que el dinero será repatriado en los próximos dos a tres años, según señaló a la BBC el embajador Roberto Balzaretti, jefe de la delegación suiza a cargo de la negociación.
"El dinero se utilizará para financiar proyectos que fortalecerán la seguridad social para la población más pobre de Nigeria", precisó.
Suiza ha pagado unos US$700 millones del "botín de Abacha" al gobierno de Nigeria durante los últimos 10 años.
Nigeria bajo el régimen militar de Sani Abacha
§  El general tomó el poder en 1993 luego de que el ejército anulara las elecciones presidenciales.
§  Consolidó firmemente su control del poder con purgas del ejército y restricciones a la actividad política.
§  Después de la ejecución en 1995 de nueve activistas opositores, y con el presunto ganador de las elecciones de 1993, Moshood Abiola, todavía en la cárcel, Nigeria fue suspendida de la Commonwealth y quedó aislada diplomáticamente.
§  Sin embargo, Nigeria fue clave en la intervención militar que restauró el gobierno civil en Sierra Leona en marzo de 1998.
§  Los miembros del gobierno retrataron al general Abacha como el único hombre que podía unir a una nación tan diversa.
§  Pero sus oponentes lo veían como parte de una élite militar desesperada por mantenerse en el poder.
¿Cuáles son las condiciones del acuerdo?

El dinero se pagará en cuotas y en pequeñas cantidades, específicamente para financiar proyectos de la Red Nacional de Seguridad Social, administrada por el gobierno de Nigeria y bajo supervisión del Banco Mundial.

II durante una visita a Nigeria en marzo de 1993.
Si la primera cuota no se utiliza adecuadamente, se interrumpirá el pago posterior. Esto es para evitar que los fondos sean robados de nuevo, dijo Balzaretti.
"Es la primera vez que tenemos este tipo de acuerdo trilateral y confiamos en que funcionará; además lo firmamos con el espíritu de confianza de que se hará un buen uso del dinero", subrayó.


lunes, 30 de marzo de 2020

Noticias: despertó después de 27 años



RedacciónBBC News Mundo
23 abril 2019

Munira Abdulla: la mujer que despertó del coma 27 años después de sufrir un accidente de tránsito en el que salvó a su hijo
 La mujer "puede comunicarse de una manera muy razonable, especialmente en situaciones familiares".
"Por años soñé con este momento. La primera palabra que dijo fue mi nombre".
Así contó Omar Webair, un hombre de Emiratos Árabes Unidos de 31 años que cuando tenía 4 cuando fue víctima junto a su madre de un accidente de tránsito.
Ocurrió en 1991 y desde entonces Munira Abdulla, su madre, estuvo en coma.
Pero 27 años después, en una aparente recuperación milagrosa, la mujer despertó y lo primero que dijo fue el nombre de su hijo: Omar.

En el accidente de tránsito, Munira Abdulla sufrió una lesión cerebral grave cuando el auto en que viajaba chocó con un autobús después de recoger a su hijo de la escuela.
Omar Webair estaba sentado en la parte trasera del vehículo con ella, pero terminó ileso porque su madre lo protegió en sus brazos justo antes del impacto.
La mujer, que en ese entonces tenía 32 años, quedó gravemente herida, pero tras años de tratamiento, el año pasado recuperó el conocimiento en un hospital alemán.
"Nunca la abandoné porque siempre tuve la sensación de que algún día se despertaría", dijo el lunes Omar Webair al diario The National de Emiratos Árabes Unidos.
"La razón por la que compartí su historia es para decirle a la gente que no pierda la esperanza en sus seres queridos. No los consideren muertos cuando están en ese estado", agregó.
"Mi madre estaba sentada conmigo en el asiento trasero. Cuando vio venir el choque, me abrazó para protegerme del golpe".
Él solo sufrió un hematoma en la cabeza, pero su madre no recibió asistencia durante horas.
Munira Abdulla estuvo internada durante un tiempo en la ciudad donde vivía Al Ain, en Emiratos Árabes Unidos.
Finalmente, Abdulla fue llevada al hospital en la ciudad de Al Ain, en Emiratos Árabes Unidos, en la frontera con Omán, y luego trasladada a Londres.
Allí, se declaró que estaba en un estado vegetativo, que no respondía a estímulos, pero que podía sentir el dolor, según informó el periódico.
Entonces la mujer fue enviada de regreso a Al Ain, donde vivía, y pasó por varias instituciones médicas de acuerdo con los requisitos del seguro.
Allí permaneció por algunos años, alimentada a través de un tubo mientras la mantenían con vida.
La mujer recibió tratamiento de fisioterapia para asegurarse de que sus músculos no se debilitaran por falta de movimiento.
En 2017, la Corte del Príncipe Heredero, un organismo gubernamental en Abu Dabi, ofreció una subvención a la familia para que Abdulla fuera trasladada a Alemania.
Allí, se sometió a una serie de cirugías para estimular los músculos de los brazos y las piernas, y se le administraron medicamentos para mejorar su estado.

La pérdida de la conciencia por un período prolongado generalmente es causada ​​por una lesión cerebral repentina.
Un año más tarde, Omar Webair se vio envuelto en una discusión en la habitación del hospital donde estaba internada su madre. Ese episodio pareció incitar a su madre a moverse.
"Hubo un malentendido en la habitación del hospital y ella sintió que yo estaba en riesgo, lo que le causó una conmoción", describió Omar Webair.
"Ella estaba haciendo sonidos extraños y yo llamé a los médicos para que la examinaran, pero me dijeron que todo era normal", agregó.
"Tres días después, me desperté con la voz de alguien que gritaba mi nombre", recordó.
"¡Era ella! Ella llamaba mi nombre. Yo saltaba de alegría. Durante años soñé con este momento, la primera palabra que dijo fue mi nombre".


Desde entonces, la mujer empezó a responder a varios estímulos. Ahora puede sentir dolor y tener algunas conversaciones.
Regresó a Abu Dhabi, donde recibe fisioterapia y rehabilitación adicional, principalmente para mejorar su postura al sentarse y evitar que los músculos se contraigan, contó el hijo.
Un informe del mes pasado del hospital Mafraq, donde se encuentra internada, dice que la mujer "actualmente puede comunicarse de una manera muy razonable, especialmente en situaciones familiares".





domingo, 29 de marzo de 2020

CRIMA 200101


1. Esta demás que escriba sobre mí mismo : el resultado es lo mismo
2. Barba hirsuta, sonrisa difícil
3. Si estoy vivo, si estoy aun flotando como una madera muerta es porque algún estúpido cancerbero no se digna
4. ángel de la guarda/ dulce compañía/ no me desampares/ni de noche ni de día/ porque sin ti yo me perdería (A.)
5. es mejor no tener a nadie, que tener gente falsa
6. Hay una grieta en todo; así es como entra la luz.
7. Mi vida como padecer un espolón calcáreo
8. es como si el sistema  bombeara sangre para que siga viviendo pero va al vacío (perforado) de la carretera
9. soy como el zorro de la sierra vive y muere en soledad (Atahualpa Yupanqui
10. Puya de Raimondi, vive 80 años, florece una vez en su vida y el año que florece muere
11. mi alma no suele estar a la defensiva  prefiero pecar por quedo que por advertido
12. yo tengo un amigo que no puede dejar de meter la mano al bolsillo. Por qué lo haces, le pregunté/ -es que tengo allí un juego de llaves, tengo que tintinearlo, me hace ver que estoy vivo (presentador de un evento)
13. lloro porque comprendo
14. la muerte desoja al hombre de su alma. En vida un hombre y su cuerpo son sinónimos, en la muerte una cosa es el hombre y otro es su alma…uno le estrecha la mano a él. La muerte lo cambia todo (Auster)
15.  “memento mori”, que traduce ‘recuerda’ que morirás, cuyo objetivo es despertar la conciencia de la finitud de la existencia y de la naturaleza mortal del hombre.
16. cuando muera una autopsia no confío de ella
17. más vale una tumba en Colombia que una cárcel en EE.UU. (Escobar)
18. sobra de cotillón
19. silogismo de la amargura
20. mi existencia solo fue accidente
21. los lúcidos y los ignorantes reciben la misma prisión, la sepultura.
22. soy profesional de los malos augurios.
23. la impersonalidad le paraliza la espontaneidad
24. el suicidio puede ayudar una vez en la vida. (E. Ciorán)
25. militancia a favor de la desilusión (E. Ciorán)
26. la nada intrínseca y periférica. (E. Ciorán)
27. las visiones postulaban al aburrimiento como punto de arranque. (E. Ciorán)
28. el peso de los años encorva.
29. yo sin ti, un residuo (Mazeyra)
30. en qué lado de la cama se echa el ángel de la guarda


Jorge González Bastías


El poema de las tierras pobres, de Jorge González Bastías

Una poesía social situada en una actualidad permanente
por Carlos Henrickson

Sin embargo, en las Elegías sencillas, incluidas en la selección de 1917, vemos claramente el camino que conducirá a El poema de las tierras pobres. No es sólo que el ritmo se hace más natural, en el sentido de ajustado a la musicalidad oral, sino que además se aprecia ya el abandono de la dependencia de las formas españolas clásicas, propiamente enmarcado en el mejor concepto del mundonovismo -el adelantado por Francisco Contreras. Además, ya aparecen ahí rasgos fundamentales de El poema de las tierras pobres: el campesino anciano, el lento son del barquero (que será nombrado con el término menos universal, guanay, desde su Vera rústica, de 1933) que recorre el ambiente nocturno como el alarido sin voz que se oirá en los breñales de las tierras pobres. Y es que González Bastías no sólo estaba de vuelta en Infiernillo, sino que iniciaba sus responsabilidades públicas en el plano de la política local, donde, sea en el campo o en la ciudad, son escasos el desinterés y los ideales, y se tiene siempre de frente, sin posibilidad de disimulo, la injusticia cotidiana que, más que anomalía, es un rasgo esencial de nuestras pequeñas sociedades amarradas al capital y la ganancia fáciles.
Y es quizás esto lo que más llama la atención a quien toma en sus manos El poema de las tierras pobres con la falsa expectativa de leer a otro poeta mundonovista de provincia de principios del siglo XX: el corazón mismo del texto remite a injusticias concretas, en que el poeta toma esa voz que le falta al alarido doliente, sintiendo que los dolores de otros hombres se recogen en él. Y cuando toma esa voz, no hace la compleja labor de traducción que el modernismo le tendría que imponer, para hacer digna de belleza la queja. Escuchemos:

- Ochenta y cuatro años
viví en estos bosques,
y no ha sido el tiempo
lo que tiene torpes
mis brazos... mis brazos,
sierpes de los robles!

Negro, negro día.
El rostro de bronce
del juez me seguía.
Día como noche.

Tanto crimen, tantas
mezquinas pasiones;
tanta, tanta pena
sin que nadie llore!

En un calabozo
húmedo tendióme
de modo que siempre
estuviera inmóvil.

Sufría en la tierra
mi costado inmóvil
-más que por los hierros
por estar inmóvil.
Se llagó mi carne
inmóvil, inmóvil.
Perdí la conciencia
y fui sombra inmóvil...

Pasa el viento, pasan
pájaros y flores.
(p. 16-17)

Sería largo nombrar cuántas convenciones de la época rompe en este trozo el poeta: baste con decir que en el intento por acercarse a la oralidad, el poeta es capaz de romper cualquier estrictez del esquema métrico y rítmico, la elección de las palabras ocupadas alterna entre la total sencillez expresiva y el recurso poético ocupado en la medida justa para acabar concentrando todo el texto en ese inmóvil, que emparenta en una síntesis escalofriante la forzada cesantía, el pasmo de la miseria, el castigo de la ley y la muerte en un solo concepto. González Bastías cierra el trozo con un leitmotiv que, acelerando el ritmo del verso anclando el peso en el pasar, nos da a través de elementos tradicionalmente vinculados a la belleza de la vida natural (el canto y el color) tan sólo la experiencia del tiempo, que desplaza toda posibilidad de permanencia de lo bello y lo natural. Pero no es que todo acá sea fugaz e indefinible: escuchemos el comienzo del trozo, en que define el paisaje que permanece:

Pasa el viento, pasa.
Lleva los rumores
del árbol y el pájaro...

Nuestra tierra pobre
no ofrece alegría
para unas canciones.
Sólo ofrece un brillo
de agresivos cobres
tal la empuñadura
de un puñal deforme.

Pasa el viento, pasan
pájaros y flores.
(p. 15-16)  

Cabe recordar que los cobres aludían hasta hace poco a la moneda de baja ley. El tema, entonces, se impone con un eco absolutamente actual (pensemos en los valles cordilleranos bajo la sombra de la minería, en la zona austral tras la caída del negocio del salmón, en la salud de comunas enteras sacrificadas para que en ellas la producción de energía pueda desarrollarse, como en la provincia de Puchuncaví): se trata de la ruina ecológica de los modos de vida vinculados a la naturaleza realizada por obra y gracia del capitalismo. En un momento en que la poesía latinoamericana está recién empezando a descubrir, bajo el viento de la vanguardia europea y rusa, el arsenal de procedimientos con los que abrir camino a una crítica social auténticamente directa y combativa, González Bastías da un salto sobre el vacío, dejándonos un libro cuya potencia crítica no disminuye en nada su profunda verdad poética. Cuando Neruda, casi treinta años después, trabaja en verso libre, de manera análoga, el testimonio del sufrimiento popular en el Canto General, en la sección La tierra se llama Juan, nos es inevitable sentir un eco de Brecht, en años en que la posibilidad de tocar el tema social desde la voz del mismo sujeto se convierte en problemática urgente; en González Bastías tales procedimientos nos suenan con una frescura absolutamente distinta, y si quizá a algo nos llevan es a una zona olvidada y poco leída: el carácter manifiestamente popular y de crítica social de las comedias del Siglo de Oro español dedicadas a los abusos contra aldeanos y campesinos por parte de nobles y agentes de la Corona. Las analogías son numerosísimas, y quizás, terminemos -más allá de un estudio puramente literario- reconociendo gestos que en nuestra cultura civilizada son trágicamente recurrentes.  
Sin entregarse a gestos vanguardistas fáciles (si bien su conciencia del verso puede considerarse efectivamente revolucionaria), sin dar la nota fácil que supondría utilizar el canto popular (si bien deja ver mucho de su naturalidad expresiva), González Bastías descubre en cada ocasión su propio modo de resolver los problemas que le impone un tema inédito en su época: la miseria campesina; y no es otro el modo en que la poesía de verdad grande alcanza su misión de aparecer y hacer aparecer de forma siempre nueva, más allá de la máscara de aquello que el mundo cree ver todo el tiempo frente a sus ojos.
Este libro nos sugiere, entonces, una tarea fundamental: el deber de revisar nuevamente la historia de la literatura social chilena, más allá del forzoso e inevitable orden esquemático producido tras la hegemonía cultural planteada y alcanzada por el Frente Popular desde 1938. Una visión justa de obras como El poema de las tierras pobres no nos señala, sólo, una obligación de eruditos: nos planteará horizontes más amplios para pensar en la posibilidad de una literatura social que esté a la altura de nuevos desafíos en los tiempos difíciles que nos tocan. Quien lea a González Bastías, descubrirá una poesía que puede mirar y dar luz hacia nuestro futuro.



El poema de las tierras pobres, de Jorge González Bastías

Una poesía social situada en una actualidad permanente
por Carlos Henrickson

Sin embargo, en las Elegías sencillas, incluidas en la selección de 1917, vemos claramente el camino que conducirá a El poema de las tierras pobres. No es sólo que el ritmo se hace más natural, en el sentido de ajustado a la musicalidad oral, sino que además se aprecia ya el abandono de la dependencia de las formas españolas clásicas, propiamente enmarcado en el mejor concepto del mundonovismo -el adelantado por Francisco Contreras. Además, ya aparecen ahí rasgos fundamentales de El poema de las tierras pobres: el campesino anciano, el lento son del barquero (que será nombrado con el término menos universal, guanay, desde su Vera rústica, de 1933) que recorre el ambiente nocturno como el alarido sin voz que se oirá en los breñales de las tierras pobres. Y es que González Bastías no sólo estaba de vuelta en Infiernillo, sino que iniciaba sus responsabilidades públicas en el plano de la política local, donde, sea en el campo o en la ciudad, son escasos el desinterés y los ideales, y se tiene siempre de frente, sin posibilidad de disimulo, la injusticia cotidiana que, más que anomalía, es un rasgo esencial de nuestras pequeñas sociedades amarradas al capital y la ganancia fáciles.
Y es quizás esto lo que más llama la atención a quien toma en sus manos El poema de las tierras pobres con la falsa expectativa de leer a otro poeta mundonovista de provincia de principios del siglo XX: el corazón mismo del texto remite a injusticias concretas, en que el poeta toma esa voz que le falta al alarido doliente, sintiendo que los dolores de otros hombres se recogen en él. Y cuando toma esa voz, no hace la compleja labor de traducción que el modernismo le tendría que imponer, para hacer digna de belleza la queja. Escuchemos:

- Ochenta y cuatro años
viví en estos bosques,
y no ha sido el tiempo
lo que tiene torpes
mis brazos... mis brazos,
sierpes de los robles!

Negro, negro día.
El rostro de bronce
del juez me seguía.
Día como noche.

Tanto crimen, tantas
mezquinas pasiones;
tanta, tanta pena
sin que nadie llore!

En un calabozo
húmedo tendióme
de modo que siempre
estuviera inmóvil.

Sufría en la tierra
mi costado inmóvil
-más que por los hierros
por estar inmóvil.
Se llagó mi carne
inmóvil, inmóvil.
Perdí la conciencia
y fui sombra inmóvil...

Pasa el viento, pasan
pájaros y flores.
(p. 16-17)

Sería largo nombrar cuántas convenciones de la época rompe en este trozo el poeta: baste con decir que en el intento por acercarse a la oralidad, el poeta es capaz de romper cualquier estrictez del esquema métrico y rítmico, la elección de las palabras ocupadas alterna entre la total sencillez expresiva y el recurso poético ocupado en la medida justa para acabar concentrando todo el texto en ese inmóvil, que emparenta en una síntesis escalofriante la forzada cesantía, el pasmo de la miseria, el castigo de la ley y la muerte en un solo concepto. González Bastías cierra el trozo con un leitmotiv que, acelerando el ritmo del verso anclando el peso en el pasar, nos da a través de elementos tradicionalmente vinculados a la belleza de la vida natural (el canto y el color) tan sólo la experiencia del tiempo, que desplaza toda posibilidad de permanencia de lo bello y lo natural. Pero no es que todo acá sea fugaz e indefinible: escuchemos el comienzo del trozo, en que define el paisaje que permanece:

Pasa el viento, pasa.
Lleva los rumores
del árbol y el pájaro...

Nuestra tierra pobre
no ofrece alegría
para unas canciones.
Sólo ofrece un brillo
de agresivos cobres
tal la empuñadura
de un puñal deforme.

Pasa el viento, pasan
pájaros y flores.
(p. 15-16)  

Cabe recordar que los cobres aludían hasta hace poco a la moneda de baja ley. El tema, entonces, se impone con un eco absolutamente actual (pensemos en los valles cordilleranos bajo la sombra de la minería, en la zona austral tras la caída del negocio del salmón, en la salud de comunas enteras sacrificadas para que en ellas la producción de energía pueda desarrollarse, como en la provincia de Puchuncaví): se trata de la ruina ecológica de los modos de vida vinculados a la naturaleza realizada por obra y gracia del capitalismo. En un momento en que la poesía latinoamericana está recién empezando a descubrir, bajo el viento de la vanguardia europea y rusa, el arsenal de procedimientos con los que abrir camino a una crítica social auténticamente directa y combativa, González Bastías da un salto sobre el vacío, dejándonos un libro cuya potencia crítica no disminuye en nada su profunda verdad poética. Cuando Neruda, casi treinta años después, trabaja en verso libre, de manera análoga, el testimonio del sufrimiento popular en el Canto General, en la sección La tierra se llama Juan, nos es inevitable sentir un eco de Brecht, en años en que la posibilidad de tocar el tema social desde la voz del mismo sujeto se convierte en problemática urgente; en González Bastías tales procedimientos nos suenan con una frescura absolutamente distinta, y si quizá a algo nos llevan es a una zona olvidada y poco leída: el carácter manifiestamente popular y de crítica social de las comedias del Siglo de Oro español dedicadas a los abusos contra aldeanos y campesinos por parte de nobles y agentes de la Corona. Las analogías son numerosísimas, y quizás, terminemos -más allá de un estudio puramente literario- reconociendo gestos que en nuestra cultura civilizada son trágicamente recurrentes.  
Sin entregarse a gestos vanguardistas fáciles (si bien su conciencia del verso puede considerarse efectivamente revolucionaria), sin dar la nota fácil que supondría utilizar el canto popular (si bien deja ver mucho de su naturalidad expresiva), González Bastías descubre en cada ocasión su propio modo de resolver los problemas que le impone un tema inédito en su época: la miseria campesina; y no es otro el modo en que la poesía de verdad grande alcanza su misión de aparecer y hacer aparecer de forma siempre nueva, más allá de la máscara de aquello que el mundo cree ver todo el tiempo frente a sus ojos.
Este libro nos sugiere, entonces, una tarea fundamental: el deber de revisar nuevamente la historia de la literatura social chilena, más allá del forzoso e inevitable orden esquemático producido tras la hegemonía cultural planteada y alcanzada por el Frente Popular desde 1938. Una visión justa de obras como El poema de las tierras pobres no nos señala, sólo, una obligación de eruditos: nos planteará horizontes más amplios para pensar en la posibilidad de una literatura social que esté a la altura de nuevos desafíos en los tiempos difíciles que nos tocan. Quien lea a González Bastías, descubrirá una poesía que puede mirar y dar luz hacia nuestro futuro.



HUMOR NEFANDO 190329


viernes, 27 de marzo de 2020

Poemario Las Palabras


COLOFON

YO NO SOY POETA,
(Respuesta a Banshee)
                                            
Yo no soy poeta
Tampoco novelista
¿Narrador de cuentos?
Tal vez si, tal vez no

No uso el punto seguido
Las comas lo menos posible
Tampoco las comillas
Y muchas cosas gramaticales

Soy irreverente con ellas
Soy como soy,  escribo como quiero
Desembucho en pocas  líneas
como nace y muere un suspiro

Las cosas sean dichas, quiero,
lo más breve posible
Aunque a veces salga extenso
Es que a veces mucho pienso

No espero me publiquen
Escribo para sacar del alma
Banshees y sus bramidos
y con ello me soy complacido

Solo aspiro un día, libro mío,
Alivie a muchos  la lectura
hebra hecha en forma sincera
-al viajero- halle en su mesa

Yo no soy poeta ni escritor
soy un calamar lleno de tinta.




Sé, ya no hay trabajo a mis años viejos
Sé, mal relacioné con  mi pareja
Sé, no pude dar lo que querían mis hijos
Sé, un mal día se unieron y me confinaron
y no es óbice a que les siga queriendo
y dándoles lo que  pueda

Sé, donde afinco me acogen frunciendo el ceño
Sé, es compasión, deber de familia, o algo así

Sé, no pude cristalizar lo que hube planeado
Se, planté un derrotero que quedó soslayado

Pues ahora
Sé, a diario imagino llegar a mi tienda
Sé, ora mi labor, escribir varias horas
Sé, nadie podrá limitar mi faena
Sé, nadie impedirá usar mi sobre tiempo
Sé, todos imaginan tras mi puerta hay un paria
Sé, tengo que ser fuerte, soportar  asperezas

Sé, después de todo la esperanza queda
Así no llegara mi dios, habré cumplido

Sé, ceder significa matar mi sueño
Sé, mi oficio es ingrato más persistiré ser:
Constructor de sueños, cantor desde la piedra

Sé que cruzaré un barranco sin palabra,
Pasado, descubriré los colores ocultos
de la turbación

Sé , guerrearé a las palabras
por leer mente mía, y del andante
Tratar bien mi blog, hacerle un guiño
eso haré el resto de mi vida
Así finaré,
Sé.




FIN


 autor jrosual / enero 2020


jueves, 26 de marzo de 2020

Las palabras


GARZA O CUERVO


¿Para quién te estarás guardando?
No sales No apuestas
No bebes No barruntas(1)
Ni gastas Ni fumas

Fiel a tu fidelidad
Pero ¿a quién eres leal?
No lo sabes ni te importa

¿Esperas vuelva Rosa Rosalía
La que se meneaba en tu rodilla
Y como virgen la postrabas;

A quien amabas cantando:
La muchacha de Ipanema;
o, una veneca advenediza,
para enseñarle afinar
las cuerdas del alma?

Tal vez no sea garza sino cuerva
que te aguarde para llevarte,
Ataviado, depilado, bañado,

Nuevamente casto, esencia nueva,
desvanecerte en el cielo –piensas-
Al extravío de los vientos
Ja, doblemente ja, es Banshee.
_
 (1) En el Perú usada como barrio, transitar en común



 jrosual

miércoles, 25 de marzo de 2020

Poemario Las Palabras



VENGANZA DE BANSHEE *

A veces faltan líneas finar
Interrumpe, Zzz, la cabeceada:
Sueño y verso no pueden ligar

Como si en otro mundo estuviera
su modorra son como diez ojivas
Que tratan colapsar su esperanza

Remecido, moho, menos vivaz
Cabimiento queda a la torpeza
Quiere acabar a como dé lugar

Empezar  más tarde, o mañana
-otra entrada al blog que aguarda-
Es error seguir pero no entiende

Como un borracho confundido
Cabecea los postes de luz
antes de llegar a su domicilio

Y Banshee cuervo aletea de la rama
Del árbol frente a su ventana.
_
*proviene V3_ (título original) MODORRA






DOÑA DESAJINA


Mis libros llevar de aquí, allá,
De allá, acá en mis mudanzas
¡Cuántas cajas embalaje emplee!

Desempolvarlas  varias veces
Mandarlas refilar a la guillotina
Pegar con cinta las contra tapas

Cuando ausente y nadie las vea,
¿Qué será de mis libros viejos
Que ora me miran con tristeza?

Cuando falte pan para los días
 Desajina, ¿no los venderá al peso
 a oportunistas librovejeros? 

Así vendió mi gabán, elepés           
la terma y la cocina eléctrica
So pretexto, alto costo de luz

Lo que loamos, Vida ingrata,
Nos hiende  donde más queremos
Sobre todo cuando no estamos

¿Quién  verá de los comejenes?
¿lo dará  Banshee a otra gente?
¿Tocará mis libros millennials?

Dueños provisionales, somos,
De escritos desafortunados,
Como carpinteros animados

Hacemos puertas y ventanas
donde huirán los personajes
y lo recojan tal vez otros barcos

Mis ojos como si dos estrellas,
Desde alto, impávido, los viera
Ay, la realidad copia las tristezas.





autor jrosual / enero 2020