lunes, 17 de septiembre de 2018

EPILOGO


EPILOGO

Aquella tarde fueron a nadar a un costado del espigón
donde el agua aquietaba
Tila, su hija y Elías
Tila había mejorado su cuerpo
Sabía nadar porque, dijo,
Había aprendido en los cuencos de los ríos
Aunque su estilo era ordinario y primario
Entonces Elías  osó enseñarle las brazadas limpias
Para lo cual sus brazos se alienaron
Y a veces  los brazos de él, la llenaba
Y un contacto de caras se juntaba

Ya no era la esmirriada que había conocido
Sus huesos se habían  llenado
A pesar de sus 34 años parecía menor
O sería porque Elías le doblaba en edad

Aunque varias veces habían ido a la playa
Primera vez le veía en bikini
y sus bondades –pensaba- no estaba mal
Pero se contuvo  en examinarla más
No me vaya enamorar –dijo para si-
Ya no quería llenar la vasija de tofis y caramelos

Elías, después de llegar se asentó para la cena
En la trastienda
Conversando los sucesos del paseo
Cenaron y cada uno se fue a su cuarto
Lupita se durmió de inmediato

Y, luego, subió a su piso  a descansar
No tenía ganas cambiar vestidos a sus poemas
- sin embargo,  en pensar sí-

Muchas noches había reparado en Ipsytila
en la posibilidad dar abrigo al sentimiento
Siempre en cuando ella lo permitiera
Pero al punto daba marcha atrás, tenía miedo
Todas sus relaciones con mujeres mal habían acabado
Cuando caía al influjo carnal, ellas,
Se creían con derecho a controlarle
Las salidas las llegadas
E incluso sobre lo que escribía
Ahora recordaba a su ex esposa,
que le preguntó cierta vez
¿A quién mierda escribes todas las noches?
Y otra vez encontró su cuadernillo
De recopilaciones, roto

Sentenció pues,
Si es que tengo sed de mujer como hembra
La bebo en la calle, un rato, pero  no en mi casa
Ya no quiero más problemas

No iba con él –al menos eso lo tenía claro –
No armonizaba el grito de su viento con una que teme el frío

Incluso en Pueblo Mar había tenido un flirt
En su exposición oratoria
Había quedado prendada una
A pesar de ser señora y con familia
Pero a lo más que había aventurado
Era invitarle un café y una versa larga, y punto
Pueblo mar era pequeño y todo se sabía
Además para qué
Después de la infusión vendría la desazón
La vida ermita de un pájaro, roto las alas
y viejo, no era para llamar la atención

               v    

A eso de la media noche tocaron la puerta
Abrió, era Tila en una bata
No había encendido la luz del cuarto
Solo la luz del farol  alcanzaba
para el aposento a media luz

Tila se impulsó  al pecho de él
Esperando ser cubierta firme
Pero el abrazo de él fue apático
Como, suave, su voz, qué pasa, dijo

Tila levantó la mirada para dejar ver
En sus ojos el fuego que le consumía
Y ver en de él pero no le descubrió
A pesar, le dijo, Ven quiero hablarte
y le llevó a sentarse al borde de la cama

Necesito un hombre, dijo, necesito amor
Necesito ser amada ¿no te has dado cuenta?
Hace tiempo que me fijo en ti
Y hoy en la playa
estoy segura,  tú también sientes por mi
¿No notas el tono amoroso de mi voz,
la ternura que emana mis ojos, verte?
¿O es que soy fea,
o no estoy a la altura de tu corazón?
Se mucho de tu historia
Hemos conversado bastante
Y te acepto como eres
Y todos los riesgos que hubiese
Estoy aquí para apoyarte
¿Por qué no dejas  libere tus penas?
¿Por qué no quieres me hoye a tus pies?
¿O es que soy fea?, repitió

Entonces mostró algo impensado
Se paró frente a él que seguía sentado
Se soltó la bata
Y quedo totalmente desnuda

¿No te gusto? Volvió a preguntar
Ahora con fundamento –mostrándose -
Y se dio la vuelta entera como una veleta
Aunque a cámara lenta, sobre su eje
Se sentó sobre un muslo de Elías y le abrazó por el cuello
Y le exigía que él respondiera

-Yo tengo mujer, aclaró Elías
-Esa…, esa mujer que te echó de tu casa
-Puedo ser tu padre
-No, no estás tan viejito
O, ya no te funciona, dijo mordazmente
-Sí, ya no me funciona, aprobó Elías
Aunque el hermano decía lo contrario
Entonces se levantó haciéndola a un lado
Recogió la bata y la cubrió
Y le dijo, Vete por favor
Y Tila cambió de humor
Se ajustó con fuerza el cinto de tela
Volteó enérgica la cabeza
Iba soltar una palabrota pero apretó los dientes
Enfiló tres pasos a la puerta, salió y la tiró


No hay comentarios:

Publicar un comentario