EPILOGO
Aquella
tarde fueron a nadar a un costado del espigón
donde
el agua aquietaba
Tila,
su hija y Elías
Tila
había mejorado su cuerpo
Sabía
nadar porque, dijo,
Había
aprendido en los cuencos de los ríos
Aunque
su estilo era ordinario y primario
Entonces
Elías osó enseñarle las brazadas limpias
Para
lo cual sus brazos se alienaron
Y
a veces los brazos de él, la llenaba
Y
un contacto de caras se juntaba
Ya
no era la esmirriada que había conocido
Sus
huesos se habían llenado
A
pesar de sus 34 años parecía menor
O
sería porque Elías le doblaba en edad
Aunque
varias veces habían ido a la playa
Primera
vez le veía en bikini
y
sus bondades –pensaba- no estaba mal
Pero
se contuvo en examinarla más
No
me vaya enamorar –dijo para si-
Ya
no quería llenar la vasija de tofis y caramelos
Elías,
después de llegar se asentó para la cena
En
la trastienda
Conversando
los sucesos del paseo
Cenaron
y cada uno se fue a su cuarto
Lupita
se durmió de inmediato
Y,
luego, subió a su piso a descansar
No
tenía ganas cambiar vestidos a sus poemas
-
sin embargo, en pensar sí-
Muchas
noches había reparado en Ipsytila
en
la posibilidad dar abrigo al sentimiento
Siempre
en cuando ella lo permitiera
Pero
al punto daba marcha atrás, tenía miedo
Todas
sus relaciones con mujeres mal habían acabado
Cuando
caía al influjo carnal, ellas,
Se
creían con derecho a controlarle
Las
salidas las llegadas
E
incluso sobre lo que escribía
Ahora
recordaba a su ex esposa,
que
le preguntó cierta vez
¿A
quién mierda escribes todas las noches?
Y
otra vez encontró su cuadernillo
De
recopilaciones, roto
Sentenció
pues,
Si
es que tengo sed de mujer como hembra
La
bebo en la calle, un rato, pero no en mi
casa
Ya
no quiero más problemas
No
iba con él –al menos eso lo tenía claro –
No
armonizaba el grito de su viento con una que teme el frío
Incluso
en Pueblo Mar había tenido un flirt
En
su exposición oratoria
Había
quedado prendada una
A
pesar de ser señora y con familia
Pero
a lo más que había aventurado
Era
invitarle un café y una versa larga, y punto
Pueblo
mar era pequeño y todo se sabía
Además
para qué
Después
de la infusión vendría la desazón
La
vida ermita de un pájaro, roto las alas
y
viejo, no era para llamar la atención
v
A
eso de la media noche tocaron la puerta
Abrió,
era Tila en una bata
No
había encendido la luz del cuarto
Solo
la luz del farol alcanzaba
para
el aposento a media luz
Tila
se impulsó al pecho de él
Esperando
ser cubierta firme
Pero
el abrazo de él fue apático
Como,
suave, su voz, qué pasa, dijo
Tila
levantó la mirada para dejar ver
En
sus ojos el fuego que le consumía
Y
ver en de él pero no le descubrió
A
pesar, le dijo, Ven quiero hablarte
y
le llevó a sentarse al borde de la cama
Necesito
un hombre, dijo, necesito amor
Necesito
ser amada ¿no te has dado cuenta?
Hace
tiempo que me fijo en ti
Y
hoy en la playa
estoy
segura, tú también sientes por mi
¿No
notas el tono amoroso de mi voz,
la
ternura que emana mis ojos, verte?
¿O
es que soy fea,
o
no estoy a la altura de tu corazón?
Se
mucho de tu historia
Hemos
conversado bastante
Y
te acepto como eres
Y
todos los riesgos que hubiese
Estoy
aquí para apoyarte
¿Por
qué no dejas libere tus penas?
¿Por
qué no quieres me hoye a tus pies?
¿O
es que soy fea?, repitió
Entonces
mostró algo impensado
Se
paró frente a él que seguía sentado
Se
soltó la bata
Y
quedo totalmente desnuda
¿No
te gusto? Volvió a preguntar
Ahora
con fundamento –mostrándose -
Y
se dio la vuelta entera como una veleta
Aunque
a cámara lenta, sobre su eje
Se
sentó sobre un muslo de Elías y le abrazó por el cuello
Y
le exigía que él respondiera
-Yo
tengo mujer, aclaró Elías
-Esa…,
esa mujer que te echó de tu casa
-Puedo
ser tu padre
-No,
no estás tan viejito
O,
ya no te funciona, dijo mordazmente
-Sí,
ya no me funciona, aprobó Elías
Aunque
el hermano decía lo contrario
Entonces
se levantó haciéndola a un lado
Recogió
la bata y la cubrió
Y
le dijo, Vete por favor
Y
Tila cambió de humor
Se
ajustó con fuerza el cinto de tela
Volteó
enérgica la cabeza
Iba
soltar una palabrota pero apretó los dientes
Enfiló
tres pasos a la puerta, salió y la tiró
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