El agua se hace música en la gruta marina
formación rocosa ¡oh, inmensa catedral ¡
Coloridas columnas hexágonales de basalto
sostienen su entrada pétrea
formando un arco parabólico
Es la Hija del mar, la Gruta de Fingal (1)
enseñorea la pequeña Isla de las Hébridas
percute con golpes de agua
las paredes de piedra
componiendo canciones bellas
en el vientre de la caverna
Formando un eco idílico que arroba
a todos cuantos la visitan
E .incluso, al gran músico Mendelssohn
que antaño al visitar quedó asombrado.
(1) La gruta de Fingal (en inglés: Fingal's Cave) es una cueva marina de Escocia situada en el islote de Staffa, en el archipiélago de las Hébridas interiores.
viernes, 26 de agosto de 2011
Gorgona
Quisiera volverme loco, hacer disparates
Salir a los parques municipales a media tarde
provisto de un tablero, cartulinas y plumones
Dibujar las aventuras de Dragon Ball
reseñar el héroe que fascina a los niños
viajando por mares y tierras lejanas
luchando contra gorgona, onuh y elfos
por alcanzar el país de los sueños.
Salir a los parques municipales a media tarde
provisto de un tablero, cartulinas y plumones
Dibujar las aventuras de Dragon Ball
reseñar el héroe que fascina a los niños
viajando por mares y tierras lejanas
luchando contra gorgona, onuh y elfos
por alcanzar el país de los sueños.
Kilómetro cero
Si un adolecente lava su ropa bajo el puente del río Locumba(1),
luego, sube al puente de hormigón esperando oree sus camisas
sobre la colcha de hojas lobuladas de pequeñas plantas
y recibiendo el sol de la tarde en esos días indecisos,
hastiado de ver la vereda verde, los cerros grises, el cielo azul...
tal vez, repare en un hito de cemento, sentado en él:
la inscripción ¡kilometro mil docientos cincuenta¡
Luego, reflexivo, se pregunte ¿Dónde será el kilómetro cero?
colegirá: Debe ser en la capital del país -y preguntará:-
¿Habrá otro río cruzando bajo el puente del kilómetro cero?
¿O, habrá con cuatro puntos cardinales una plaza inmensa?
¿O, un tajo perpendicular al mar de hermosa ensenada?
El zagal mientras orea sus prendas, ora echado, ensoñará
cruzado los brazos tras la nuca sobre el arrebolado declive
hastiado de ver la vereda verde, los cerros grises, el cielo azul..
Pronosticará: Si algún día al kilómetro cero llegase
sentarse sobre la mocha del hito recompensará ese anhelo
*
Todos los días bajo del bus llegando del cono norte al puente (2)
entrecruce de una vía troncal que evita entrar al centro
y otra que penetra, que llega de los andes y de más allá.
Todo el complejo vial es cemento con ocho carriles por vía
Obreros, alumnos, comerciantes suben y bajan escalinatas
Vianderas, golosineras, mendigos, lustrabotas, canillitas
ocupan cualquier espacio permisible, incluso, ladronzuelos
Todos los días bajo ahí y es la misma rutina que cansa ver
Apeado del bus que me trajo, desciendo la rampa a desnivel
donde, luego, espero la combi que me llevará al centro;
pasan llenos, atestados de gente, y mientras espero
pido un jugo de naranja y una porción de keke
Al sentarme reparo en un mojón de piedra roma
decifro la inscripción encenizada por el smog que reza:
¡Kilometro cero!
Mientras aplaco mi sed pienso, por decir cualquier número:
¿Dónde será el kilómetro mil doscientos cincuenta?
¡Qué bonito sería vivir lejos de esta apretura de cemento y humo!
gozoso de ver la vereda verde, los cerros grises, el cielo azul..
(1)Panamericana sur, Moquegua
(1) Puente Santa Anita, Lima
luego, sube al puente de hormigón esperando oree sus camisas
sobre la colcha de hojas lobuladas de pequeñas plantas
y recibiendo el sol de la tarde en esos días indecisos,
hastiado de ver la vereda verde, los cerros grises, el cielo azul...
tal vez, repare en un hito de cemento, sentado en él:
la inscripción ¡kilometro mil docientos cincuenta¡
Luego, reflexivo, se pregunte ¿Dónde será el kilómetro cero?
colegirá: Debe ser en la capital del país -y preguntará:-
¿Habrá otro río cruzando bajo el puente del kilómetro cero?
¿O, habrá con cuatro puntos cardinales una plaza inmensa?
¿O, un tajo perpendicular al mar de hermosa ensenada?
El zagal mientras orea sus prendas, ora echado, ensoñará
cruzado los brazos tras la nuca sobre el arrebolado declive
hastiado de ver la vereda verde, los cerros grises, el cielo azul..
Pronosticará: Si algún día al kilómetro cero llegase
sentarse sobre la mocha del hito recompensará ese anhelo
*
Todos los días bajo del bus llegando del cono norte al puente (2)
entrecruce de una vía troncal que evita entrar al centro
y otra que penetra, que llega de los andes y de más allá.
Todo el complejo vial es cemento con ocho carriles por vía
Obreros, alumnos, comerciantes suben y bajan escalinatas
Vianderas, golosineras, mendigos, lustrabotas, canillitas
ocupan cualquier espacio permisible, incluso, ladronzuelos
Todos los días bajo ahí y es la misma rutina que cansa ver
Apeado del bus que me trajo, desciendo la rampa a desnivel
donde, luego, espero la combi que me llevará al centro;
pasan llenos, atestados de gente, y mientras espero
pido un jugo de naranja y una porción de keke
Al sentarme reparo en un mojón de piedra roma
decifro la inscripción encenizada por el smog que reza:
¡Kilometro cero!
Mientras aplaco mi sed pienso, por decir cualquier número:
¿Dónde será el kilómetro mil doscientos cincuenta?
¡Qué bonito sería vivir lejos de esta apretura de cemento y humo!
gozoso de ver la vereda verde, los cerros grises, el cielo azul..
(1)Panamericana sur, Moquegua
(1) Puente Santa Anita, Lima
jueves, 25 de agosto de 2011
Ya no soy dueño de mi tiempo
Ya no soy dueño de mi tiempo, ya no;
recuerdo que solía salir de mi casa,
sin apuro, despreocupado, un domingo
haciendo tiempo en el paradero
con las manos en los bolsillos,
apoyado al poste de alumbrado
con un cigarro en los labios
tanteando donde ir, què, casi siempre,
empezaba por el centro de Lima.
En una plaza acogedora
sentado en un banco de madera
compraba un diario que leía sin apuro
buscando donde entretener la tarde.
Pero antes, buscaba un restaurante
pedía a la carta, mientras sorbía una cola
repasando la sección literaria
Ya no soy dueño de mi tiempo, ya no;
hasta el cuerpo se cansa sin hacer nada
la presión que la noche no alcanza sosegar
inacabables las cuentas por pagar
mi salud precaria y la de mis padres
además, requerimientos de los míos
me recriminan no hacer lo suficiente.
Ya no soy dueño de mi tiempo, ya no
hasta el cuerpo se cansa sin hacer nada
que salir como antes, presto, me desgana.
recuerdo que solía salir de mi casa,
sin apuro, despreocupado, un domingo
haciendo tiempo en el paradero
con las manos en los bolsillos,
apoyado al poste de alumbrado
con un cigarro en los labios
tanteando donde ir, què, casi siempre,
empezaba por el centro de Lima.
En una plaza acogedora
sentado en un banco de madera
compraba un diario que leía sin apuro
buscando donde entretener la tarde.
Pero antes, buscaba un restaurante
pedía a la carta, mientras sorbía una cola
repasando la sección literaria
Ya no soy dueño de mi tiempo, ya no;
hasta el cuerpo se cansa sin hacer nada
la presión que la noche no alcanza sosegar
inacabables las cuentas por pagar
mi salud precaria y la de mis padres
además, requerimientos de los míos
me recriminan no hacer lo suficiente.
Ya no soy dueño de mi tiempo, ya no
hasta el cuerpo se cansa sin hacer nada
que salir como antes, presto, me desgana.
viernes, 19 de agosto de 2011
Mi perro Coki
¡Qué mierda será lo que tengo, carajo!
Creo que voy a morir antes que mi padre
al rebujo de mi niñez mucho rebusco
Hoy le tocó el turno a mi perro Coki
De los tantos perros que he tenido
mi recuerdo está en uno sólo, Coki:
Un chusco parecido a un fox terrier:
orejas negras, hocico blanco, albinegro,
ni grande ni pequeño, pelo blando y corto
Vivíamos en la ladera de un cerro, a saber,
la fachada un murete que de balcón fungía
metro y medio sobre el nivel de la calle
Sentado sobre ese muro Coki avistaba La pampa
que, yo, cruzaba antes de ascender
luego de salir de la escuela amarilla(1), subía
por la escalera de piedra roma y dispareja
Viéndome, Coki agitaba su corta cola y saltaba,
zizagueando, camino abajo a darme alcance
y armaba tal alboroto revoloteando alrededor
Luego de la algarada subíamos, él, pedante
se creía el más altanero de los perrunos,
los otros, lo conocían , le ladraban de lejos.
Por esos años, urbanizaron San Cayetano
más allá de la pampa, más alla del colegio
cruzando la primeras calles de Riva Aguero
Habilitado veredas y calles en cemento
postes de luz reverberaban hasta el cerro
la venta de lotes demoró un buen tiempo
los vecinos no tenían mucho dinero,
o preferían, como nos, seguir en el cerro
Champi, Gallinazo, Aybar, Jhony ,entrañable ,
gozando la abudancia de luz y la loza firme
jugábamos largas horas de la noche;
olvidándo el tiempo atento al juego estaba
Jhony, a destiempo, me decía: ¡tu mamä¡
tarde, un látigo blandeaba mis piernas
y mi perro Coki que seguía a mamá
se interponía y mordisqueaba la falda de ella
que desasía mis brazos
y , libre, yo, corría a buscar a papá
y el partido se acababa
Yo la compremdí a mamá hace mucho tiempo
no deberia decirlo pero lo digo
pero mucho me pegaba
tampoco yo, de tranquilito no tenía nada
éramos mucho más necesitados que ahora:
el zócalo alto al camino a humedad carcomido
la puerta de nuestra habitación un latón
la de la calle, un triplay, se trancaba con un palo
para que los patos no se escaparan
Cuando mi chompa de lana no me quedaba
mamá deshilaba y combinaba a otra y alargarla
Ella, pues, odiaba todo eso.
En su pueblo era profesora
por titularse vino a Lima, y halló un hombre
vino un hijo, yo, y sin recursos,
con hambre, sin abrigo recalaron en el cerro:
ladera de sudor y lágrimas
"Un tiempito provisional" pensaban ambos
pero se quedaron muchos años
liaba a papá atado al conformismo
(papá hacia más cuartos pensando
que sus hijos ahi vivirian siempre)
por eso, discutían mucho
entonces salia con rabieta y chicote
a buscarme cuando no hacia caso a su llamado
*
Hoy, anciana, en su casa grande de varios pisos
barrio semi residencial conversamos mucho,
al borde de la cama cuando le visito, sentados,
mi padre que no habla, no ve (2) , tal vez, oye
En su balance de vida no le parece bien a mamá
que su esposo habiendo trabajado tanto
no tenga una vejez digna y tranquila
"Nos olvidamos de vivir la vida",
reconoce con tristeza: "la vida nos fue sufrida"
Giro, yo. la plática y le pregunto por su perro Coki
y, ella, haciendo memoria me mira, asiente y dice:
"¡Claro, como no, te quería tanto ese perro coki"!
Y apostrofa:
Dicen que nuestros animalitos en la puerta del cielo
nos esperan para que entremos juntos con ellos".
(1) escuela mixta 581
(2) con aacidente cerebro vascular
Creo que voy a morir antes que mi padre
al rebujo de mi niñez mucho rebusco
Hoy le tocó el turno a mi perro Coki
De los tantos perros que he tenido
mi recuerdo está en uno sólo, Coki:
Un chusco parecido a un fox terrier:
orejas negras, hocico blanco, albinegro,
ni grande ni pequeño, pelo blando y corto
Vivíamos en la ladera de un cerro, a saber,
la fachada un murete que de balcón fungía
metro y medio sobre el nivel de la calle
Sentado sobre ese muro Coki avistaba La pampa
que, yo, cruzaba antes de ascender
luego de salir de la escuela amarilla(1), subía
por la escalera de piedra roma y dispareja
Viéndome, Coki agitaba su corta cola y saltaba,
zizagueando, camino abajo a darme alcance
y armaba tal alboroto revoloteando alrededor
Luego de la algarada subíamos, él, pedante
se creía el más altanero de los perrunos,
los otros, lo conocían , le ladraban de lejos.
Por esos años, urbanizaron San Cayetano
más allá de la pampa, más alla del colegio
cruzando la primeras calles de Riva Aguero
Habilitado veredas y calles en cemento
postes de luz reverberaban hasta el cerro
la venta de lotes demoró un buen tiempo
los vecinos no tenían mucho dinero,
o preferían, como nos, seguir en el cerro
Champi, Gallinazo, Aybar, Jhony ,entrañable ,
gozando la abudancia de luz y la loza firme
jugábamos largas horas de la noche;
olvidándo el tiempo atento al juego estaba
Jhony, a destiempo, me decía: ¡tu mamä¡
tarde, un látigo blandeaba mis piernas
y mi perro Coki que seguía a mamá
se interponía y mordisqueaba la falda de ella
que desasía mis brazos
y , libre, yo, corría a buscar a papá
y el partido se acababa
Yo la compremdí a mamá hace mucho tiempo
no deberia decirlo pero lo digo
pero mucho me pegaba
tampoco yo, de tranquilito no tenía nada
éramos mucho más necesitados que ahora:
el zócalo alto al camino a humedad carcomido
la puerta de nuestra habitación un latón
la de la calle, un triplay, se trancaba con un palo
para que los patos no se escaparan
Cuando mi chompa de lana no me quedaba
mamá deshilaba y combinaba a otra y alargarla
Ella, pues, odiaba todo eso.
En su pueblo era profesora
por titularse vino a Lima, y halló un hombre
vino un hijo, yo, y sin recursos,
con hambre, sin abrigo recalaron en el cerro:
ladera de sudor y lágrimas
"Un tiempito provisional" pensaban ambos
pero se quedaron muchos años
liaba a papá atado al conformismo
(papá hacia más cuartos pensando
que sus hijos ahi vivirian siempre)
por eso, discutían mucho
entonces salia con rabieta y chicote
a buscarme cuando no hacia caso a su llamado
*
Hoy, anciana, en su casa grande de varios pisos
barrio semi residencial conversamos mucho,
al borde de la cama cuando le visito, sentados,
mi padre que no habla, no ve (2) , tal vez, oye
En su balance de vida no le parece bien a mamá
que su esposo habiendo trabajado tanto
no tenga una vejez digna y tranquila
"Nos olvidamos de vivir la vida",
reconoce con tristeza: "la vida nos fue sufrida"
Giro, yo. la plática y le pregunto por su perro Coki
y, ella, haciendo memoria me mira, asiente y dice:
"¡Claro, como no, te quería tanto ese perro coki"!
Y apostrofa:
Dicen que nuestros animalitos en la puerta del cielo
nos esperan para que entremos juntos con ellos".
(1) escuela mixta 581
(2) con aacidente cerebro vascular
sábado, 13 de agosto de 2011
Mirador
Si tuviera suficiente dinero iría al pueblo de mi padre
a poca distancia de él, camino a las alturas,
la senda delgada que linda al abrupto barranco
por donde han caído hombres y animales,
pero no por ello deja de tener magistral observancia
Repito: Si suficiente dinero yo tuviera
en un pequeño arriate a una curva,
asentaría al terral, piso con loseta veneciana,
de asiento, una plancha de mármol jaspeado
y de balaustrada madera fina labrada
adosado a un balcón con bocel y voluta
con plantas trepadoras, a éste, gateando
que llegaría al tejadillo de ocre teja;
tal que, el arriero o el caminante
por el mal paso en vez de santiguarse
hiciera un alto y apoyado a la baranda y observare:
El risco, cara petroglífica, a la otra banda
expulsando fumarolas blancas por rendijas
que se difuminaría por entre la cascada,
cabellera distendida formado la caída de agua,
aunque no mucha, despeñada , al río desaguadas(1)
El cielo azul arriba, jirones de ámbar al borde
sobre la fila de cerros del poniente
quedaría embelesado, digo yo, cualquier transeúnte.
(1) rumbo a la costa para formar el río Mala.
a poca distancia de él, camino a las alturas,
la senda delgada que linda al abrupto barranco
por donde han caído hombres y animales,
pero no por ello deja de tener magistral observancia
Repito: Si suficiente dinero yo tuviera
en un pequeño arriate a una curva,
asentaría al terral, piso con loseta veneciana,
de asiento, una plancha de mármol jaspeado
y de balaustrada madera fina labrada
adosado a un balcón con bocel y voluta
con plantas trepadoras, a éste, gateando
que llegaría al tejadillo de ocre teja;
tal que, el arriero o el caminante
por el mal paso en vez de santiguarse
hiciera un alto y apoyado a la baranda y observare:
El risco, cara petroglífica, a la otra banda
expulsando fumarolas blancas por rendijas
que se difuminaría por entre la cascada,
cabellera distendida formado la caída de agua,
aunque no mucha, despeñada , al río desaguadas(1)
El cielo azul arriba, jirones de ámbar al borde
sobre la fila de cerros del poniente
quedaría embelesado, digo yo, cualquier transeúnte.
(1) rumbo a la costa para formar el río Mala.
La dueña del sol
Una mujer española se declara dueña del sol
a través de un notario estipuló:
"Soy propietaria del sol, estrella de tipo espectral G2
que se se halla en el centro del sistema solar.."
Tras articular distancia y algunos dominios del astro rey continuó:
"Existe un convenio internacional por el cual ningún país
puede ser dueño de un planeta, luna o estrella,
pero no dijo nada sobre las personas; ante ese vacío,
a tantos miles de años sin que nadie lo reclame
me declaro ser dueña del sol".
a través de un notario estipuló:
"Soy propietaria del sol, estrella de tipo espectral G2
que se se halla en el centro del sistema solar.."
Tras articular distancia y algunos dominios del astro rey continuó:
"Existe un convenio internacional por el cual ningún país
puede ser dueño de un planeta, luna o estrella,
pero no dijo nada sobre las personas; ante ese vacío,
a tantos miles de años sin que nadie lo reclame
me declaro ser dueña del sol".
viernes, 12 de agosto de 2011
El loco y el pollo a la brasa
Hay en sus ojos tal avidez
que anubla su mente,
tal vez, se remonta tiempo atrás
cuando podía adquirirle
Segrega sus palatinos posteriores
sustancias químicas
esperando inútilmente
tragar ese pollo dorado crocante
qué exhibe la maroma de hierro
separando al postrado loco
un cristal grande panorámico
Hay en su rostro tal hambre
cuya saliva sola desciende
por el traqueo menbranoso
raspando paredes internas
preludio a úlceras gástricas
No le importa el corrimiento
de su patética traza:
saco deshilachado
barba crecida dispareja
sucio cabello hirsuto
legañosos ojos hundidos
descalzo y en invierno...
Pero él no tiene la culpa
su mente está destornillada;
la culpa lo tenemos nosotros
los que ganan por diez y no aportan
los que viajan en cruceros
los que tiene un apartamento
en la rivera francesa
o dentro de Manhatann;
nosotros también, los comunes
que pasamos indiferentes por el lugar
sin nada por él hacer
En nuestras protestas al gobierno
por el enfermo mental nadie aboga
que no falta en una calle, en una plaza.
El loco,ora, va al tacho de la esquina
a buscar un pan duro e imagina
que come un trozo de pollo a la brasa
de repente hoy era su cumpleaños
y recuerda haber estado con mujer e hijos.
que anubla su mente,
tal vez, se remonta tiempo atrás
cuando podía adquirirle
Segrega sus palatinos posteriores
sustancias químicas
esperando inútilmente
tragar ese pollo dorado crocante
qué exhibe la maroma de hierro
separando al postrado loco
un cristal grande panorámico
Hay en su rostro tal hambre
cuya saliva sola desciende
por el traqueo menbranoso
raspando paredes internas
preludio a úlceras gástricas
No le importa el corrimiento
de su patética traza:
saco deshilachado
barba crecida dispareja
sucio cabello hirsuto
legañosos ojos hundidos
descalzo y en invierno...
Pero él no tiene la culpa
su mente está destornillada;
la culpa lo tenemos nosotros
los que ganan por diez y no aportan
los que viajan en cruceros
los que tiene un apartamento
en la rivera francesa
o dentro de Manhatann;
nosotros también, los comunes
que pasamos indiferentes por el lugar
sin nada por él hacer
En nuestras protestas al gobierno
por el enfermo mental nadie aboga
que no falta en una calle, en una plaza.
El loco,ora, va al tacho de la esquina
a buscar un pan duro e imagina
que come un trozo de pollo a la brasa
de repente hoy era su cumpleaños
y recuerda haber estado con mujer e hijos.
Barquillo de helados
Una pelota me llega a medio vuelo
a botecitos va cayendo a mi pie derecho
presiono la zuela de mi zapato al piso
tal que, la bola siga rodando al empeine
hasta mi rodilla y con ayuda de éste
la levanto hasta mi pecho
y. luego, por gravedad va descendiendo,
y, sin ver, la choteo por donde vino
Segundos antes:
Una niña se apartaba de un grupete de niños
llevaba en la mano un barquillo de helados
con dos copos: pasión lúcuma , delirio durazno;
se le oyó desdeñar a un niño del grupo:
"¡No te voy a dar Andrés
porque no me invitaste la última vez¡"
Segundos después:
la pelota barre de sus manos
el barquillo de helados y se queda sin nada.
El que pinta letreros en la calle,
el llantero que cambia llantas,
el vendedor de keke
el exprimidor de naranjas,
el que vende dólares
el que finge de malabarista,
todos,al unísono, se ríen de buena gana
viendo apagada las ínfulas de la niña.
Yo, torpe, pegué la bola sin haberla visto
mi afán era solo devolver como vino
inútil busco un vendedor de helados
a todo pulmón llora la niña
enseñando la campanilla de su paladar
y yo no se qué hacer...
a botecitos va cayendo a mi pie derecho
presiono la zuela de mi zapato al piso
tal que, la bola siga rodando al empeine
hasta mi rodilla y con ayuda de éste
la levanto hasta mi pecho
y. luego, por gravedad va descendiendo,
y, sin ver, la choteo por donde vino
Segundos antes:
Una niña se apartaba de un grupete de niños
llevaba en la mano un barquillo de helados
con dos copos: pasión lúcuma , delirio durazno;
se le oyó desdeñar a un niño del grupo:
"¡No te voy a dar Andrés
porque no me invitaste la última vez¡"
Segundos después:
la pelota barre de sus manos
el barquillo de helados y se queda sin nada.
El que pinta letreros en la calle,
el llantero que cambia llantas,
el vendedor de keke
el exprimidor de naranjas,
el que vende dólares
el que finge de malabarista,
todos,al unísono, se ríen de buena gana
viendo apagada las ínfulas de la niña.
Yo, torpe, pegué la bola sin haberla visto
mi afán era solo devolver como vino
inútil busco un vendedor de helados
a todo pulmón llora la niña
enseñando la campanilla de su paladar
y yo no se qué hacer...
Recicladores
La mujer sentada atrás del marido
come mazamorra morada
en un vaso grande descartable
El, detiene el triciclo en una calle
que va al óvalo Arriola
baja y recoge botellas plásticas
diseminadas por veredas, jardines
y por donde haya
La mujer cuida el triciclo , sigue gustando
su dulcete y el trajín solidario que soporta
(Me imagino por un momento
si mi mujer así me consintiera
¡Claro que no! ¡Antes lejos o muerta!)
Algunos frascos tienen contenido
el hombre lo espurrea por la vereda
formando una lluvia menuda
Va calle arriba con su talega a espalda,
montículo de desecho ve dentro del óvalo
arrumado a una columna del tren eléctrico,
repara la mirada en su mujer si está segura
supongo piensa:"Hice bien en traerla,
cuida la merca y espanta a mis colegas borrachos"
Corre como chiquillo esquivando a los carros
ingresando al óvalo y estruja las bolsas buscando...
La mujer ha terminado de comer
Ahora escucha al oído una radio a pilas,
podría decir que está contenta con su vida.
come mazamorra morada
en un vaso grande descartable
El, detiene el triciclo en una calle
que va al óvalo Arriola
baja y recoge botellas plásticas
diseminadas por veredas, jardines
y por donde haya
La mujer cuida el triciclo , sigue gustando
su dulcete y el trajín solidario que soporta
(Me imagino por un momento
si mi mujer así me consintiera
¡Claro que no! ¡Antes lejos o muerta!)
Algunos frascos tienen contenido
el hombre lo espurrea por la vereda
formando una lluvia menuda
Va calle arriba con su talega a espalda,
montículo de desecho ve dentro del óvalo
arrumado a una columna del tren eléctrico,
repara la mirada en su mujer si está segura
supongo piensa:"Hice bien en traerla,
cuida la merca y espanta a mis colegas borrachos"
Corre como chiquillo esquivando a los carros
ingresando al óvalo y estruja las bolsas buscando...
La mujer ha terminado de comer
Ahora escucha al oído una radio a pilas,
podría decir que está contenta con su vida.
Doña tristeza
¡Buenos días doña Tristeza! ¿cómo hoy amaneció?
puntual despiertas siempre temprano,
¿qué tienes, a bien o mal hoy a prodigar?
Mal casi siempre me tienes en tu manto a envolver
lleno a desconsuelo, y así eres de mi querer
Pues,te cuento doña Tristeza
hoy ganas da vestirme de fiesta:
chaqueta blanca, camisa floreada
mocasines y medias blancas
y una gorrita a lo Charlie Sheen;
Una morena bajo el níveo lienzo va dormida
ella es del largo trajinar No lo tome a mal
¿No podemos alegrar esta mañana
un instante retozando bajo sábana blanca
sorbiendo un poquito de licencia obtusa?
Buenos días doña tristeza ¡cómo hoy amaneció?
no me vaya a dejar para siempre
Obviamente, sin tu abrigo, lo tengo en mente,
no podría escribir, ¡ay! mucho menos ser sensible
puntual despiertas siempre temprano,
¿qué tienes, a bien o mal hoy a prodigar?
Mal casi siempre me tienes en tu manto a envolver
lleno a desconsuelo, y así eres de mi querer
Pues,te cuento doña Tristeza
hoy ganas da vestirme de fiesta:
chaqueta blanca, camisa floreada
mocasines y medias blancas
y una gorrita a lo Charlie Sheen;
Una morena bajo el níveo lienzo va dormida
ella es del largo trajinar No lo tome a mal
¿No podemos alegrar esta mañana
un instante retozando bajo sábana blanca
sorbiendo un poquito de licencia obtusa?
Buenos días doña tristeza ¡cómo hoy amaneció?
no me vaya a dejar para siempre
Obviamente, sin tu abrigo, lo tengo en mente,
no podría escribir, ¡ay! mucho menos ser sensible
martes, 9 de agosto de 2011
Bulle bulle en mis tripas
¿Dónde estará esos tiempos, cansado de jugar,
el bulle bulle en mis tripas, en el entretiempo,
(jugaba con mis amigos en la parte alta del cerro:
en la carretera, donde los camiones aguateros
venía cada siete días y nos abastecía de agua)
Subrepticio, me deslizaba escalera abajo, torcido camino,
hasta la parte media del morro donde estaba mi casa,
palmoteando mis nalgas llegaba así gritando:
-¡Mamacita querida! ¿ya está la comida?
Con su rezondrón dulce más o menos respondía:
-¡Caramba con este chico, todo el día jugando¡
¡ Le voy a decir a tu padre¡¡Me estás acabando!
Y me servía -plato lleno- seco con arroz y fréjoles,
sopa de carne y verduras que era para dar oles
Eramos pobres, hoy veo claro lo que antes desconocía
pero núnca me faltó un plato de humeante comida.
el bulle bulle en mis tripas, en el entretiempo,
(jugaba con mis amigos en la parte alta del cerro:
en la carretera, donde los camiones aguateros
venía cada siete días y nos abastecía de agua)
Subrepticio, me deslizaba escalera abajo, torcido camino,
hasta la parte media del morro donde estaba mi casa,
palmoteando mis nalgas llegaba así gritando:
-¡Mamacita querida! ¿ya está la comida?
Con su rezondrón dulce más o menos respondía:
-¡Caramba con este chico, todo el día jugando¡
¡ Le voy a decir a tu padre¡¡Me estás acabando!
Y me servía -plato lleno- seco con arroz y fréjoles,
sopa de carne y verduras que era para dar oles
Eramos pobres, hoy veo claro lo que antes desconocía
pero núnca me faltó un plato de humeante comida.
miércoles, 3 de agosto de 2011
El crepúsculo de mi pueblo
La tarde ha llegado al pueblo clavado en los andes
prendido, aun al ojal, la escarapela de fiestas patrias
la fiesta de Santiago hace dos días ha terminado
Los amigos de mi sobrino Osías han vuelto a Lima
y por no recobrarse de la mona le han dejado
Levantado a media tarde se cura de la resaca
sentado al poyo, frente a casa de la tía Juvencia
los últimos haces languidecen sobre el techo de paja,
sobre el pueblo uniforme de adobe, sobre la plaza,
sobre la calle empedrada con canaletas al medio
En un tibio color ámbar.el sol orla al conjunto
El nieto de la tía Juvencia de mejillas chaposas
ovilla una guaraca a su trompo cerca a la puerta
La voz de la tía está llamando a tomar lonche
leche caliente remojada con pan de Lima y máchica
cancha tostada y moldecitos de queso acompañado
-¡Espera! responde Osías aún helado
¡Este rayo de sol aun no me abriga!
Sus piernas apoyadas sobre dos adobes
sobre la rodilla brazos sobre éstos su mentón
ve la calle empedrada vacía :con frustración
desnivelada calle como sierpe sube a la plaza
Silencio, las visitas se han ido,el pueblo vese triste
calle abajo el sitio en el cementerio que adquiriste
de los que duermen el sueño largo, en la esquina
recibiendo la brisa de la hoyada, el rumor del río
Antes, una pampa, un tablero de tierra apisonada.
La casa de Juvencia es la última del pueblo
o la primera entrando, si se quiere,
camposanto cuyo alero va borde del barranco
donde se alza orondo el eucalipto fragante
De a poco se va abrigando Osías, vase despabilando
El antepecho del cerro Mirador ahora observa
cerro padre que en su regazo carga al pueblo
Donde asciende el camino que llega a los alfalfares
y descienden de la mesa arrebolada y fértil, arriba,
qué, atrás del cerro Mirador se tienden en faldas
Este camino que ve es de piedra laja y canto rodado
pircados de piedrones a los lados como balaustrada
adornados cada cierto trecho con flores silvestres
vese en las junturas retamas con florecías amarillas
enarbolan , alegran, a los que suben o regresan:
foráneos, pastoras y chacreros alegría expresan
Precisamente, por ese camino arreando cabras
-felices animales balan al ver sus corrales.-
arrean dos muchachas con sombrero de pana
mantas labradas que les cubre hombros y espalda
engarzada , adelante, con imperdibles de plata
Los perros del séquito ladran mirando a Osías
el alma de éste vuelve a la intersección de sus huesos
y se enternece al ver a su pueblo vuelto a su rutina
y de a poco empieza a cantar:
Caminito que llegas de cumbre nevada
y recala en los collados de verdor, ora,
como este sol que me brilla sin dañar
así, de un breve ocaso se fue mi amor
Cuando pasa el cortejo pregunta a una de ellas:
chaposita con la sonrisa virginal a hermosura
-¿Qué llevas en tu atado vecina pastorcita?
-He pañado un poquito de papita morada
Y a su vez pregunta:-¿ Por qué su canto es triste?
debería ser de gozo ya que la fiesta transcurriste
-Tengo un corazón grande como una calabaza
hecho hueco como tambor por su ausencia
Y antes que le preguntaran por la causante
Osías alegró su canto con una fuga fascinante
Ay, lucero del atardecer
tú no mas sabes este sincero querer
y sólo en tus brazos
me habré de adormilar ...
Las pastoras detenidas en su marcha
le observan y se miran entre ellas,
ladeando sombreros se animan acompañar
se contagian con el canto y se ponen a cantar.
.
prendido, aun al ojal, la escarapela de fiestas patrias
la fiesta de Santiago hace dos días ha terminado
Los amigos de mi sobrino Osías han vuelto a Lima
y por no recobrarse de la mona le han dejado
Levantado a media tarde se cura de la resaca
sentado al poyo, frente a casa de la tía Juvencia
los últimos haces languidecen sobre el techo de paja,
sobre el pueblo uniforme de adobe, sobre la plaza,
sobre la calle empedrada con canaletas al medio
En un tibio color ámbar.el sol orla al conjunto
El nieto de la tía Juvencia de mejillas chaposas
ovilla una guaraca a su trompo cerca a la puerta
La voz de la tía está llamando a tomar lonche
leche caliente remojada con pan de Lima y máchica
cancha tostada y moldecitos de queso acompañado
-¡Espera! responde Osías aún helado
¡Este rayo de sol aun no me abriga!
Sus piernas apoyadas sobre dos adobes
sobre la rodilla brazos sobre éstos su mentón
ve la calle empedrada vacía :con frustración
desnivelada calle como sierpe sube a la plaza
Silencio, las visitas se han ido,el pueblo vese triste
calle abajo el sitio en el cementerio que adquiriste
de los que duermen el sueño largo, en la esquina
recibiendo la brisa de la hoyada, el rumor del río
Antes, una pampa, un tablero de tierra apisonada.
La casa de Juvencia es la última del pueblo
o la primera entrando, si se quiere,
camposanto cuyo alero va borde del barranco
donde se alza orondo el eucalipto fragante
De a poco se va abrigando Osías, vase despabilando
El antepecho del cerro Mirador ahora observa
cerro padre que en su regazo carga al pueblo
Donde asciende el camino que llega a los alfalfares
y descienden de la mesa arrebolada y fértil, arriba,
qué, atrás del cerro Mirador se tienden en faldas
Este camino que ve es de piedra laja y canto rodado
pircados de piedrones a los lados como balaustrada
adornados cada cierto trecho con flores silvestres
vese en las junturas retamas con florecías amarillas
enarbolan , alegran, a los que suben o regresan:
foráneos, pastoras y chacreros alegría expresan
Precisamente, por ese camino arreando cabras
-felices animales balan al ver sus corrales.-
arrean dos muchachas con sombrero de pana
mantas labradas que les cubre hombros y espalda
engarzada , adelante, con imperdibles de plata
Los perros del séquito ladran mirando a Osías
el alma de éste vuelve a la intersección de sus huesos
y se enternece al ver a su pueblo vuelto a su rutina
y de a poco empieza a cantar:
Caminito que llegas de cumbre nevada
y recala en los collados de verdor, ora,
como este sol que me brilla sin dañar
así, de un breve ocaso se fue mi amor
Cuando pasa el cortejo pregunta a una de ellas:
chaposita con la sonrisa virginal a hermosura
-¿Qué llevas en tu atado vecina pastorcita?
-He pañado un poquito de papita morada
Y a su vez pregunta:-¿ Por qué su canto es triste?
debería ser de gozo ya que la fiesta transcurriste
-Tengo un corazón grande como una calabaza
hecho hueco como tambor por su ausencia
Y antes que le preguntaran por la causante
Osías alegró su canto con una fuga fascinante
Ay, lucero del atardecer
tú no mas sabes este sincero querer
y sólo en tus brazos
me habré de adormilar ...
Las pastoras detenidas en su marcha
le observan y se miran entre ellas,
ladeando sombreros se animan acompañar
se contagian con el canto y se ponen a cantar.
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