martes, 1 de enero de 2019

AÑO QUE FUE AÑO QUE VIENE CAPITULO SIETE DE CAMINO A CASA


DE CAMINO A CASA


CÁBALA

De camino a casa de mi ex
Pasé por mi barrio antiguo
Orillé su avenida principal
No tengo valor apearme
y caminar  por sus calles
feliz como lo hacía antes

Las piernas no soportaría la emoción
y el corazón se  afligiría  

Además iba algo apurado
Viajaba en un bus de enlace

Edificio de dos plantas como antes
la antigua panadería
Aunque ahora cerrada
de apariencia descuidada

Recuerdo
Su dueño era un japonés 
franqueaba para atender
a cuatro de la madrugada
cuyo lumbre fuerte centellaba
hasta  la ventana de mi casa
en lo alto del cerro
Repujaba el cielo raso del cuarto
y servía a mi padre como reloj,
levantarse para ir a trabajar

Yo, más luego, en la primaria
-colegio amarillo frente a la tahona-
Algún compañero de aula me dijo
el japonés  entre la basura botaba
monedas de cinco centavos, hasta de diez

No lo podía creer hasta verificarlo con mis pies
que escarbaba y varias veces recogía

¿Era un descuido del japonés?
¿Lo hacía adrede para los niños del lugar?
¿O una cábala para su negocio?

Hasta que alguien me vio removiendo residuos
y se lo contó a mi madre
que muy molesta me llamó la atención.



EL TORNIQUETE

Voy a viajar de cabo a rabo
Para visitar mi familia
Antes paso la tarjeta
Para ver si hay saldo
¡Si hay, alcanza! ¡qué bien!
Entro al salón de ingreso
Como peones  los torniquetes
Que esperan inmutables

Echo el cuerpo sobre el brazo de aluminio
Y no me da pase
Pruebo otro y tampoco
-¿Qué pasa? digo al vigilante
-Tienes que pasar la tarjeta
-Pero si ya la pasé
-Tienes que cargarla
-Pero si está cargada
-Tienes que quejarte allá
Y me señala un cubículo de vidrio
Donde hay una muchacha mirándose las uñas

Entonces reparo
(Esto es lo que quería decir
Me estoy volviendo distraído)

En la consola solo había  hecho la consulta
En el torniquete había que volverlo a pasar
¡Que bruto soy!

Igual me pasó en el tren
Dentro, quiero salir del vagón
Por el lado que da a las vías
E insisto a uno que deje libre la puerta
-impasible recostado con su celular-
Hasta que me dice fastidiado:
Señor, no es por aquí, es por allá
¡Qué bochorno!




¿QUÉ ESTARÍA PENSANDO EL POETA?

Según las notas de la biografía
la obra suya que voy leyendo
-en el asiento rojo del metro-
la hizo el último año de su vida

A pocos meses de su partida
Exactamente a tres
Pero al leer su obra
Observo se preocupa embellecer su prosa
Jugar con el verbo en sus diversas formas
Prueba usar el adjetivo como nombre
Inventa prefijos y sufijos
Crea adverbios

Quiere dar a su obra
apariencia de movimiento

¿Qué estaría pensando el poeta?
¡Qué tiene la vida comprada¡
¿Por qué no escribió lo perentorio,
Sobre la muerte que  le venía?




HOPALANDAS

Hay dos chicas que van delante mío
Una en short y otra con volantes
La de short tiene bonitas piernas
Pero lo que me llama la atención
Es lo que esconde las hopalandas

El viento por la rampa de salida
descubrir sus piernas quería
que ella con sus manos protegía
haciendo pirueta a estilo Marilyn

-ese vestido blanco tipo cocktail
sobre las rejillas de la banqueta,
cuando el aire le levanta la falda-
Y eso es lo que más me atraía

Al final, sabiéndose observadas
No quisieron subir las escaleras
Optaron ir por el otro embarque
a pesar que pensaban ir de frente

Soy admirador  de la belleza
pero no tan loco como seguirlas

Consulté  internet sobre Marilyn
cuyo vestido llegaron a vender
en cinco millones de dólares;
yo por mi adlátere solo la mirada.




AÑO NUEVO OSCURO

uno

-¿Dónde está el pavo?
dice mi hija, la segunda, la turbada*
-Ya le di a tu mamá el dinero para que lo compre
-¡Mentira, mentira!

No me cree sin duda
a pesar que el pavo horneado
aderezado y majestuoso
aposenta sobre la mesa

Son veintidós kilómetros de distancia
Separado de ellas
No vine a dejar el pavo para la cena
No fui a comprar los líos y avíos como otros años
No, en muchas cosas
-daños colaterales de una separación-

Solo  envié  dinero por el banco
y ello su madre no le hizo presente

 ¿Dónde está el pavo? 
¿Por qué no lo has comprado?

Trato de explicarle
Pero no comprende, está airada

A pesar de las dos pastillas diarias
que la madre dice, ya ha tomado
_
*Es un tema que no quería tocar pero escribiré el año próximo

dos

Son tres de la mañana
La hija ha estado molestando la velada
Se la dio contra mi yerno
Asustando a sus dos niñas pequeñas

Nos vamos a descansar, dicen ellos y se van

Mi mujer dice, quédate
entonces  enmarco mis cejas y reparo
No tengo cuarto

Cuando se dio el punto de quiebre
Hace varios años
esta hija y sus hermanos
destrozaron mi habitáculo de madera en la azotea
donde, previamente, mi mujer me había desaforado

No, no puedo, digo, no hay donde dormir
Ella me ofrece el mueble

Qué tal si dormido –pienso-
mi hija me ataca con algo contundente

No lo digo pero tengo miedo
Miedo de mi propia hija

¿Cómo es la vida?, pienso
En vez que mis hijos busquen sus respectivas casas
Yo salgo en busca donde hospedarme

-No, me voy, repito.

Tres

Son 22 kilómetros para volver a casa
O sea mi casa ya no es mi casa,
mi casa –nueva- es donde de pena me abraso

Tal vez sean más de  22
Porque 22 es hasta el centro
Y yo voy a orillas antípodas de la gran ciudad

En días normales se toma dos carros
Pero esta noche primera del año
-horas primeras para ser exacto-
Los taxis cobran muy alto
Y tendré que tomar, en escalas, cuatro lechuceros

Y en cada escala que bajo y empalmo otra
voy mirando por las ventanas
Cómo la gente se divierte
Con Despacito  de Luis Fonsi
Mañana, de Carlos Vives
De Maluma, Shakira…

Con tal efervescencia bailan
Que vuela por la ventana
el corcho del champan
y me llega hasta la vereda

Serpentina Gorritos piñatas amarillas
Cotillón para los asistentes
Casi en todas las casas

Qué pasa con la mía, digo,
Cada fin de año es lo mismo
Quiero cambiar
Pero la cosa se jode más.

FIN



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AUTOR JROSUAL

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