DE CAMINO A
CASA
CÁBALA
De
camino a casa de mi ex
Pasé
por mi barrio antiguo
Orillé
su avenida principal
No
tengo valor apearme
y
caminar por sus calles
feliz
como lo hacía antes
Las
piernas no soportaría la emoción
y
el corazón se afligiría
Además
iba algo apurado
Viajaba
en un bus de enlace
Edificio
de dos plantas como antes
la
antigua panadería
Aunque
ahora cerrada
de
apariencia descuidada
Recuerdo
Su
dueño era un japonés
franqueaba
para atender
a
cuatro de la madrugada
cuyo
lumbre fuerte centellaba
hasta
la ventana de mi casa
en
lo alto del cerro
Repujaba
el cielo raso del cuarto
y
servía a mi padre como reloj,
levantarse
para ir a trabajar
Yo,
más luego, en la primaria
-colegio
amarillo frente a la tahona-
Algún
compañero de aula me dijo
el
japonés entre la basura botaba
monedas
de cinco centavos, hasta de diez
No
lo podía creer hasta verificarlo con mis pies
que
escarbaba y varias veces recogía
¿Era
un descuido del japonés?
¿Lo
hacía adrede para los niños del lugar?
¿O
una cábala para su negocio?
Hasta
que alguien me vio removiendo residuos
y
se lo contó a mi madre
que
muy molesta me llamó la atención.
EL
TORNIQUETE
Voy
a viajar de cabo a rabo
Para
visitar mi familia
Antes
paso la tarjeta
Para
ver si hay saldo
¡Si
hay, alcanza! ¡qué bien!
Entro
al salón de ingreso
Como
peones los torniquetes
Que
esperan inmutables
Echo
el cuerpo sobre el brazo de aluminio
Y no
me da pase
Pruebo
otro y tampoco
-¿Qué
pasa? digo al vigilante
-Tienes
que pasar la tarjeta
-Pero
si ya la pasé
-Tienes
que cargarla
-Pero
si está cargada
-Tienes
que quejarte allá
Y me
señala un cubículo de vidrio
Donde
hay una muchacha mirándose las uñas
Entonces
reparo
(Esto
es lo que quería decir
Me
estoy volviendo distraído)
En
la consola solo había hecho la consulta
En
el torniquete había que volverlo a pasar
¡Que
bruto soy!
Igual
me pasó en el tren
Dentro,
quiero salir del vagón
Por
el lado que da a las vías
E
insisto a uno que deje libre la puerta
-impasible
recostado con su celular-
Hasta
que me dice fastidiado:
Señor,
no es por aquí, es por allá
¡Qué
bochorno!
¿QUÉ ESTARÍA PENSANDO EL
POETA?
Según las notas de la
biografía
la obra suya que voy leyendo
-en el asiento rojo del metro-
la hizo el último año de su
vida
A pocos meses de su partida
Exactamente a tres
Pero al leer su obra
Observo se preocupa embellecer
su prosa
Jugar con el verbo en sus
diversas formas
Prueba usar el adjetivo como
nombre
Inventa prefijos y sufijos
Crea adverbios
Quiere dar a su obra
apariencia de movimiento
¿Qué estaría pensando el
poeta?
¡Qué tiene la vida comprada¡
¿Por qué no escribió lo
perentorio,
Sobre la muerte que le venía?
HOPALANDAS
Hay dos chicas que van delante
mío
Una en short y otra con
volantes
La de short tiene bonitas
piernas
Pero lo que me llama la
atención
Es lo que esconde las
hopalandas
El viento por la rampa de
salida
descubrir sus piernas quería
que ella con sus manos
protegía
haciendo pirueta a estilo
Marilyn
-ese vestido blanco tipo
cocktail
sobre las rejillas de la
banqueta,
cuando el aire le levanta la
falda-
Y eso es lo que más me atraía
Al final, sabiéndose
observadas
No quisieron subir las
escaleras
Optaron ir por el otro
embarque
a pesar que pensaban ir de
frente
Soy admirador de la belleza
pero no tan loco como seguirlas
Consulté internet sobre Marilyn
cuyo vestido llegaron a vender
en cinco millones de dólares;
yo por mi adlátere solo la
mirada.
AÑO NUEVO OSCURO
uno
-¿Dónde está el pavo?
dice mi hija, la segunda, la
turbada*
-Ya le di a tu mamá el dinero
para que lo compre
-¡Mentira, mentira!
No me cree sin duda
a pesar que el pavo horneado
aderezado y majestuoso
aposenta sobre la mesa
Son veintidós kilómetros de
distancia
Separado de ellas
No vine a dejar el pavo para
la cena
No fui a comprar los líos y
avíos como otros años
No, en muchas cosas
-daños colaterales de una
separación-
Solo envié dinero por el banco
y ello su madre no le hizo presente
¿Dónde está el pavo?
¿Por qué no lo has comprado?
Trato de explicarle
Pero no comprende, está airada
A pesar de las dos pastillas
diarias
que la madre dice, ya ha
tomado
_
*Es
un tema que no quería tocar pero escribiré el año próximo
dos
Son tres de la mañana
La hija ha estado molestando la
velada
Se la dio contra mi yerno
Asustando a sus dos niñas
pequeñas
Nos vamos a descansar, dicen
ellos y se van
Mi mujer dice, quédate
entonces enmarco mis cejas y reparo
No tengo cuarto
Cuando se dio el punto de
quiebre
Hace varios años
esta hija y sus hermanos
destrozaron mi habitáculo de
madera en la azotea
donde, previamente, mi mujer
me había desaforado
No, no puedo, digo, no hay
donde dormir
Ella me ofrece el mueble
Qué tal si dormido –pienso-
mi hija me ataca con algo
contundente
No lo digo pero tengo miedo
Miedo de mi propia hija
¿Cómo es la vida?, pienso
En vez que mis hijos busquen sus
respectivas casas
Yo salgo en busca donde
hospedarme
-No, me voy, repito.
Tres
Son 22 kilómetros para volver
a casa
O sea mi casa ya no es mi
casa,
mi casa –nueva- es donde de
pena me abraso
Tal vez sean más de 22
Porque 22 es hasta el centro
Y yo voy a orillas antípodas
de la gran ciudad
En días normales se toma dos
carros
Pero esta noche primera del
año
-horas primeras para ser
exacto-
Los taxis cobran muy alto
Y tendré que tomar, en escalas,
cuatro lechuceros
Y en cada escala que bajo y
empalmo otra
voy mirando por las ventanas
Cómo la gente se divierte
Con Despacito de Luis Fonsi
Mañana, de Carlos Vives
De Maluma, Shakira…
Con tal efervescencia bailan
Que vuela por la ventana
el corcho del champan
y me llega hasta la vereda
Serpentina Gorritos piñatas
amarillas
Cotillón para los asistentes
Casi en todas las casas
Qué pasa con la mía, digo,
Cada fin de año es lo mismo
Quiero cambiar
Pero la cosa se jode más.
FIN
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AUTOR JROSUAL
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