P2
XVI
Cuadras largas para que Risser lleguara
a casa
desde el paradero donde había bajado,
Manía noctámbula, ir espulgando su
vida
A paso lento, analizaba el acíbar diario
Cada noche un tópico diferente tomaba
y todos los temas tenía mismo
cariz a luto
Agonía instalada, solo había que
rebobinarla
Si había locos que querían vivir la vida,
Por qué no, uno más cuerdo, poder dejarla
Un madero de naufragio, único que flotaba
Aun le sostenía: Solina, a pesar del
engaño
pero eso, precisamente, lo que no entendía
Camino a Santiago, previo al
encuentro forzoso
Diez minutos diarios hasta su casa
Varias veces, de lejos, la veía el jardín
regando
Y Gelsomina, adrede, recogía la manguera
y cerraba la puerta con estrépito
Como para que, adrede, también, lo notara
Solina –pensó-, si volvería a recuperarla
Me esperaría con un beso que me contentara
Y una llamarada luminaria nacería de nuevo
Pero ahora los intersticios del corazón sufrían
Cada regreso era más oscuro que los otros
Por más potencia que los postes de luz
sumara
Le enmohecía el alma el olor a piedras
viejas
Un osario muy cerca pero él seguía de
frente
La luz del poste no le diera e Iba bajo
los aleros
Los balénidos ¿en qué playa recalan para
siempre?
-Pensaba- como si un cuervo le hubiera
devorado
el juicio;y hasta la luna le perturbaba
esa noche
Llegó a su casa a oscuras como a un
preámbulo
Sus dos hijos dormidos-ella había apagado
la luz
Gelsomina enconada, atenta, en su camastro
Y él humedecía la almohada de dos
corazones
cuyas iníciales a pulso deshacía
y se ponía a recordarla desde los
intersticios.
-
jrosual
No hay comentarios:
Publicar un comentario