SOLINA III

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III

¡Trabajar… trabajar...! No toda su vida fue vagancia como hoy

Las noches, casi siempre, se citaban  para cenar,

Sin temor al chisme, maledicencia, eran solteros

Para todo el mundo novios,

solo el parte de invite esperaban

Incluso sus familias hacían migas

como si ya hubiesen estado casados

Solo que no quiere recordar-aun- los motivos de separación

Solo decir, esos días, después de laborar

Conversaban casi sobre todo género

A pesar que tenían negocios apartes

Los peripecias le eran los mismos

Como pareja apuntaban a un futuro

A veces en sus ojos ámbar ella entrevía

¿Para qué casarse si todo ya lo tenía?

Entonces lentamente recogía el hilo:

Los hijos

Y más pensaba cómo obviarlos

Y no parar el negocio que tenía

Entonces le decía a los oídos:

-Quién como tú no tienes que liar perentorios

-de qué hablas mujer

-del papel triste que a las mujeres toca

-cuál

-no me hagas caso, estoy chiflada

O, hablaban sobre las oportunidades

De emplear el dinero de ambos

en su futuro como  esposos

Y él hablaba de un viaje a las ruinas de Angkor en Camboya

Ella de tener un piso en Florida       

Él,  de poseer la Enciclopedia Británica

Ella de ir Argentina por una pelliza

El de crear un Villa jardín en la sierra

Ella, de crear una marca de perfumes

y él de tanto balbucear  sus sueños

se quedaba dormido sobres su hombro

hasta llegar a los ronquidos

Además era bonita,

lindura  que utilizaba como sutil enganche en sus transacciones

Sin duda, como partido estaba en ojos de todos

¿Por qué seguía a mi lado?, se preguntaba Risser

Porque yo…yo… bonito no soy

y trató responderse

Por dos cosas ha de ser:

Porque le alivié en sus inicios, sus dudas

en identificarse qué seguir

entregarse al negocio que le animó 

y dos: la respetaba

A diferenciarla con otras mujeres que tenía

a Solina la quería como esposa

a pesar que ella la intimidad posponía

-a excepción de la única vez-

esperarla sabría

Sin embargo a las otras de ocasión

Risser no les tenía contemplación 
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jrosual