V23_Canciones_vb
FLOR PUCARINA
Siempre que salía
del puesto
cuando iba a tomar
desayuno
salía del mercado
3 de febrero
Cruzaba la calle
para ir al lado
pero antes había
un ventorro
Qué, de una
radiola antigua
Emitía casi
siempre huaynos
de Flor Pucarina,
sus canciones,
que con voz
aguardentosa
acompañaban los
borrachos
Olía el local a vaho pestilente
Como huele la
cantina pobre
Clientes
mayormente paisanos
de la dicha
cantora de huaynos
-cuando iba yo por
allí, siempre-
Gente humilde zona de abastos
pequeños mercas estibadores
A esa hora, diez
de la mañana
habían sacado
provecho al día
Luego de segar madrugadas
frías
En vez de
reparador desayuno
con un compañero
de trabajo
albor con dos
cervezas al hilo
expulsando humo
del tabaco
cogiendo letra a
su infortunio
fono captaba en el
disco a ella (1)
cantaba al mal
pago del amor
añoranza al
terruño y decepción
que eran
desencantos de su vida
pero también de alegrías
y amor
A la entrada de
violín y el arpa
ella apostillaba
alguna copla
y con su jaleo
característico
con voz recio cantaba
luego
que vibraba la radiola vieja
Solo la vi una vez
de cerca
en el antiguo
coliseo cerrado (2)
Creo que yo venía del estadio
caminando por la
veintiocho (3)
entré, al ver la
puerta abierta
Ya la habían
franqueado
o sea ya terminaba
la faena
y ella era la
estelar del día
Al oír su voz por
el acústico
entre pues
ávido conocerla
Justamente salía
apoteósica
por una puerta de
la carpa
al vestidor
(rincón del recinto)
Tenía que cruzar
breve trecho
ante el corro que
se abstraía
Pollera brillante
y elaborada
a bordado y encaje
llamativo
confeccionada con
ágil mano
flores animales
vistas tenía
y su nombre en
dorado hilo
Blanca hermosa
como diosa
tacones altos
negros calzaba
hacíala más alta de lo que era
La rueda del
gentío la seguía
y algunos paisanos
le aplaudía
Como nunca yo la
había visto
al tener una voz
carrasposa
pensaba mujer a
hombrada
En un momento hizo
un alto
y era oh una mujer
agraciada
Miró seriamente el
contorno
sacó del prendedor
un pañuelo
y su boca
acorazonada tapó
para caminar al
descampado
cubriéndose del
viento helado
A mis paisanos todo y nada
-pensaba de nos,
supongo-
Por su humildad les respeto
Pero no, a confianza excesiva
Una da la mano y se van al codo
Hete ahí como que
no la entendía
pero luego vi cosa
bochornosa
A otras novicias
que por allí salía
ese mismo tropel
la manoseaba
le metían la mano
bajo su pollera
Ahora comprendía a
La faraona
que se solidarizan
con el pueblo
pero tenía coraje
para frenarlo
y la diosa del
amor así lo había
con la mirada dura
que hubo dado.
__
(1)La faraona como la llamaban,
su última presentación 25 nov 1986 de Leonor Efigenia Chávez Rojas
(Pucará, Huancayo, Perú, 22 de septiembre de 1935 — Lima, 5 de octubre de
1987). Llegó a la parada en el 44 a trabajar, justamente por los alrededores
donde estaba el bar con la radiola o rockola
Su salud se vio afectada por una infección renal que luego se
degeneraría en una metástasis generalizada. Postrada en una cama del Hospital
Edgardo Rebagliatti y presintiendo su muerte, grabó a inicios de 1987 para el
Sello Chasqui, el huayno "Mi Último Canto" de la composición de
Paulino Torres, le siguieron también "Presentimiento",
"Dile", "Trencito Macho" dicho registro musical coincidió
con la celebración de sus 25 años de carrera artística. Lamentablemente el 5 de
octubre, dejó de existir en dicho nosocomio . El 7 de octubre su féretro en
hombros recorrió durante todo un día las principales calles de Lima, acompañada
por una multitud que cantaba y lloraba. Llamando así la atención de la prensa,
que buscó explicarse tal manifestación de dolor de miles de peruanos ante la
muerte de una persona, desconocida por el mundo "oficial" hasta pocas
horas antes. Sus restos reposan en el Cementerio de El Ángel de Lima.
(2)cerrado como un carpa de circo en realidad se llamaba Coliseo
Nacional
(3)av. 28 de julio desde la 1ª. cuadra hasta la última
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