Escribir I

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DESTINO

Escribe porque no tiene amigos

porque no tiene donde ir

mejor dicho hay lugares

bonitos

agradables

vistosos

pero no tiene con quien  ir

Ruega que pase las horas pronto

Y el día se dé por acabado

Y llegue la noche donde pasa a limpio los trazos del día

Escribe porque no sabe hacer otra cosa

aparte de hacer hijos que no le han salido buenos

Escribe porque ya está sellado su derrotero

sobre un papel y una hoja

un día caerá rendido para siempre.

Muchas vivencias vivió sin pensar escribir

Si tenía que agradecer a la escritura

-en algo- fue porque le permitió

recoger hojas bruñidas amarillas

del falso piso de la memoria

que le copó parte del cesto de vida

Aun así es solo una parte del cieno

del que está cogiendo grumos de humus y arcilla.

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LICOR DEL RECUERDO

Alfonsina Storni  poeta argentina madre soltera no reveló a su hijo el nombre de su padre, me hace recordar a mi abuela Julia, tampoco quiso revelar quién era el padre de su  hijo de soltera, aunque antes de morir –a los 65- parece que le reveló a mi madre pero le hizo jurar que nunca la iba a delatar.

Hoy, mi madre, anciana, -va por los 88-, intenta decírmelo con palabras precavidas,  zumo concentrado que se sorbe de los años viejos.

Si cualquiera voltea tras su hombro verá tal vez en un sillón sentado  a un senil que quisiera compartir  tal licor de su recuerdo, escuchémosle.

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AHERROJADO

Escribir es cosa esclavizante  en que uno, a pesar, quiere  seguir siéndolo.

Porque piensa que todo lo que se le ocurre es materia significante, cuando lo que capta en segundos  lo escribe en breve trazo sobre la libreta,  en lugar público, en un vehículo en movimiento,

Significante lo que en su lecho, despertando a deshora se arrima a su mesita de noche coge pluma y papel para armonizarlo, cepillarlo le puede causar tiempo de dedicación, mientras otras ocurrencias van germinando y amontonando con más notas, que es como el cuento de nunca acabar.

Entonces el escritor tiene que saber discernir lo notable de lo intrascendente.