LA LLAMA Y EL DILUVIO (1)
En tiempos
antiguos una llama
sabiendo el mundo estaba por acabar
No comía no
rumiaba ni se daba a entender
Su dueño, entonces,
molesto
A pesar que la
adornaba
con borlas de
colores
prendida a sus
orejas,
A pesar que le
reservaba
el mejor pasto de
las alturas
No comía no
rumiaba ni se daba a entender
Se volvió
demasiado sumisa y mansa
Más de lo
acostumbrado, mucho más
A veces silbaba
y escupía a su amo
para que le
pusiera atención, pero
un día
intempestivo le habló la llama:
Dentro de poco lloverá tanto
que el mar se desbordará
y el mundo se acabará
Su dueño asustado
por partida doble:
Su llama de
dientes grandes le hablaba
y le advertía la
extinción anunciada;
Avivó coincidir:
¿Por qué no creerle?
¿Acaso común es
oír predecir a una llama?
Y atento a la
fisura de su labio inferior
¿Cómo nos
salvaremos? porfió preguntar:
La llama piadosa
de su amo le aconsejó:
¡Vamos al cerro Huillcacoto!
¡Lleva comida para una semana!
El amo y la llama
subieron al cerro
Ascensión fácil
para el animal
-cojinete plantar
sus patas tenía-
Pero ¡oh sorpresa!
Ya estaba
La pequeña cima
ocupada:
Majada de llamas y
sus respectivos amos
Entonces llegó el
aguacero
La lluvia bíblica
Llovió tanto
tanto como predijo
que el mar se
desbordó,
pero la cima del
Huillcacoto no se cubrió
Luego el agua
aminoró y comenzó a descender
y vieron
exterminado todo ser
Pero con el correr
del tiempo
los sobrevivientes
se multiplicaron
la cima de
Huillcacoto volvió a estar desnuda
sin romería que le
agradecieran
haber salvado
a la humanidad
Y el cerro bramaba
por la indiferencia
y además molesto ahora estaba:
Sus llamas
disminuían su hábitat
Las mataban y se
le beneficiaban
O, como adorno se
las llevaban
a lares distintos
, por lo que amenazó:
Cuando la última
llama no la viera
su cima de agua se
cubriría, ahora sí.
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(1) adaptado de
Manuscritos de Huarochirí
Autor Jrosual /marzo 2017
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