***
Arrellanado la observancia
Sin escrúpulos vuelve al
ataque
Que
aferra su carácter
Baluartes
a su ego
insulso mentecato
De
sus cuatro cosas ufana
Yo
tengo
Yo
poseo
Yo
puedo hacer
Yo
tengo crédito
Y
en contra partida
-mira
despectivamente-
Tú
no tienes
Tú
no posees nada
Por
lo tanto no puedes
Porque
crédito no tienes
Y
siempre lo sacaba a flote
Que
me exaspera y reaccionaba
Y
si en la disputa iba yo ganando
El
que flagela con la palabra
El
que corta brusco el aire dice:
Mamá,
tu mamá
Se
preocupó fueras alguien*
¿y,
qué pago diste?: desencanto
En
cambio, otros –se pavoneaba-
Nadie
le ayudó y pudo triunfar
Entonces
con un sarcasmo fino
censuré al cruel instigador
Por la necedad en la mesa
que le sacudió a mi hermana
Señor,
ya que le diste mente estrecha
No se
la quites
Que ella le sacó todos los trapitos
-Sin detenerse- cien trapos
sucios
Intuí débil su vocación
A herida abierta no se
contenía
Callé sonreí pensando
la iglesia que sigue no le salvaba
Qué
dices, qué piensas,
Ella le conminaba
Yo callaba y sonreía
y eso más la indisponía
Muchos creen haber hallado
el hato divino de ser feliz
que le va cambiar la vida
pero es careta enmascarada
En la vida, los niños se
conocen en los parques
Los jóvenes en la discoteca
Los ancianos en los asilos
Pero los de cráneo duro
Los que habla con la boca
llena de ceniza
Los que solo aúllan
Están en el lugar menos
imaginado
Sin llegar al cruce de sables
Vuelvo a su gabinete
Con mi madre que menos mal
Es bastante sorda.
***
[Día siguiente]
Hay muchas cosas para hacer
-Cosas manuales en casa-
Pero fue tan imprevista la
cuarentena
Que no se aprovisionó de nada
Quería pintar
Los entrecruces de fierros
oxidados
Que sirven de soporte las tejas
que protegen al patio del sol
Hay pintura, pero no
disolvente
Y la ferretería cerrada
Halló un pomo Removedor de
herrumbre
Empapó y se puso a lijarla
Cuando terminó dejó la garrafa
a mitad de contenido
-Si se ingiere sería venenoso-
No lo dejaría en el patio
El tuesto no es de su agrado
Podría confundirlo a otro uso
En esa parte el Vb era egoísta
Lo guardó debajo de su cama
En el Reguero de sus Agonías
Que anudar y desandar flama
Al fin y al cabo, si le
urgiera
Sabría, para sí, cómo utilizar.
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autor Jrosual
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