miércoles, 1 de mayo de 2019

Día del trabajo .las internacionales obreras


Cuarta Internacional
La fundación de la Primera Internacional en 1864 fue el primer intento de los sectores más avanzados del movimiento obrero de dar una expresión organizativa a la política internacionalista de la revolución proletaria. En ella jugaron un papel destacado Marx, Engels y Bakunin; en torno a este último se organizó el anarquismo, que tras ser expulsado desarrollaría su propia Internacional en 1872.
La Segunda Internacional (1889), uno de cuyos fundadores fue Engels, terminó apoyando a los gobiernos de los países imperialistas votando a favor de los créditos de guerra para la Primera Guerra Mundial, enfrentando a los trabajadores de los distintos países en la que resultó una de las mayores matanzas de la historia, y produciéndose la separación entre los socialistas reformistas (socialdemocracia) y los socialistas revolucionarios, germen de la Tercera Internacional.
Ante estos hechos, el Partido Bolchevique fundó la Tercera Internacional en 1919, después de la Revolución rusa, para recuperar la política revolucionaria a escala internacional. Después del triunfo de Stalin y la burocratización del estado soviético, la Tercera Internacional se convirtió en un instrumento de la política soviética.
Trotsky había proclamado la necesidad de construir la Cuarta Internacional, al considerar que la Tercera Internacional era estalinista. En opinión de los trotskistas, lo demostraban las grandes traiciones de los Partidos Comunistas en Alemania, Francia y España durante la década de los 30 del siglo XX, resultando la victoria del fascismo en gran parte de Europa. La IV Internacional se fundó de hecho en una conferencia en 1938.
La IV Internacional
León Trotsky entendía la Internacional como el partido mundial de la revolución proletaria, con secciones en los diferentes países que actuaran como un todo (con un régimen interno de centralismo democrático) en pos de la revolución mundial. Los ejes programáticos se basaron en la teoría de la revolución permanente, el Programa de Transición y el internacionalismo. Por tanto, se defendía que la revolución socialista sólo podría triunfar definitivamente si se daba a nivel mundial, y no solo en países concretos.
En 1939, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, la sede del Secretariado General se trasladó a Nueva York.
En 1940 el que entonces era el partido más importante de la Cuarta Internacional, el Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) de los Estados Unidos, sufrió una división. La escisión fue protagonizada por una fracción minoritaria encabezada por Max Schachtman y James Burnham que discrepaban de las posiciones de Trotsky y James Cannon.
El asesinato de Trotsky en agosto de 1940 por un agente español (Ramón Mercader) de la NKVD mandado por Stalin, significó un grave golpe político para la Cuarta Internacional. Quedó muy debilitada, con una dirección muy joven e inexperta, elegida en 1946 tras la Segunda Guerra Mundial, en el segundo congreso mundial.
El primer gran desafío y crisis se produjo en 1953. Distintos grupos (entre ellos el GOR -partido de tendencia morenista- argentino, el Partido Comunista Internacionalista francés o el SWP norteamericano) se negaron a aceptar las tesis mayoritarias impulsadas por Michel Pablo (seudónimo del trotskista de origen griego Michel Raptis). Éste defendía que, al estallar una inmediata Tercera Guerra Mundial, los Partidos Comunistas (PC) estalinistas adoptarían un papel revolucionario, al enfrentarse violentamente al imperialismo. Por tanto, en los estados obreros burocráticos la gran tarea no sería construir partidos trotskistas revolucionarios, sino entrar en los PC estalinistas para impulsarlos a tomar el poder. La internacional acabó el proceso rota en diversas fracciones, las secciones que siguieron la política pablista fueron destruidas y sus cuadros absorbidos por los PC.
En la década de los 60 se produjo una reunificación en torno al planteamiento de que la revolución cubana había producido un nuevo estado obrero. El recién creado Secretariado Unificado tendría como dirigentes a los principales líderes que se negaron a aplicar la política pablista, entre ellos al belga Ernest Mandel, a Pierre Frank, a Joseph Hansen y James Cannon del SWP de Estados Unidos y a Nahuel Moreno de Palabra Obrera. Sin embargo la reunificación duró poco (Pierre Franck, La longue marche des troskystes, Éditions la brèche, París, 1978).
Organizaciones herederas de la IV Internacional en la actualidad
Algunas organizaciones a nivel internacional se consideran herederas de la IV Internacional de Trotsky. Muchas de ellas provienen de algunos jóvenes dirigentes o miembros de esta organización como Ernest Mandel, Pierre Franck, Joseph Hansen, Nahuel Moreno.

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