Ha
llegado a su casa a hurtadillas
No
bajó a la cena que Tila llamaba
Se
cerró en su cuarto apagado la luz
Ha
estado a punto de llorar al llegar
Ora
cubierto a fez que le tapa los ojos
Más,
lo que tiene es una honda rabia
¿Ora
qué hago si no puedo hacer otra cosa?
¿Por
qué me preocupa la esperanza de los demás
Si
yo mismo no tengo esperanza? –ulceraba-
Es
como si en la noche de bodas
su
mujer le mandara una cachetada
Quería
morir y los párpados no cerraban
¿Acaso
no premunía en qué se metía?
¡Sí,
claro que si, en un poema lo nombró!*
Por
eso siendo joven no se arrimó a escribir
Se
inclinó a los negocios, y tarde, muy tarde
Ladeó
a esa almohadilla blanca, y cuando
le
faltó fuerza para dar a la lampa inclinó
a
forzar la mente manar tinta azul
Y
de a poco se fue serenando
Volvía
a las teclas bermejas
a
escribir la estepa en llamas
Del
cielo acero -espacio de mar-
tenía
para teñir sus páginas blancas
Tan
solo con la luz farol de la calle
escribía
e iluminaba enhiesta faz,
Suficiente
sangre en sus arterias tenía
para
pintar el capote rojo del torero
Ahora
tenía sus ojos paciencia
para
ver el mobiliario del cielo
cuando
salió a su Mirador de mar
además,
otra cosa no sabía hacer
__
*El cantor en el bus del poemario Miradas
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