martes, 24 de mayo de 2016

Tragedia y reinauguración del estadio



Mi padre solía trabajar los domingos hasta medio día
Vino presuroso almorzar a casa  y preguntó a mi madre:
¿Dónde está mi Chendo?¡Le voy a llevar  al futbol¡(1)
Yo no estaba en casa,  jugaba a la pelota
en Barbones(2) con mis amigos de barrio
a mamá solo le dije Voy ha salir,- y no dónde-

Mi padre se fue sin mí, al estadio, temprano,
Alcanzar una entrada par ver Perú vs. Argentina (3)
Pero fue Argentina quién nos adelantó un gol
y  mantenía hasta el último  minuto del partido
Cuando Lobatón, puntero izquierdo peruano,
mete el ansiado empate y el estadio es un loquerío 

Nadie  contaba con el pito del árbitro Pazos
(¡ Un sólo pitazo pudo cambiar el sino de muchos¡)
Anuló nuestro gol por posición adelantada

El público rechifló la sanción por errónea
Entre ellos, el negro Bomba, saltó el alambrado
Pegar al árbitro –su objetivo-  No lo consiguió
Fue vareado por los policías de resguardo;

La tribuna baja, amagó entrar al campo de fútbol
La policía de asalto echó mano a las bombas
y los espectadores  por huir del gas lacrimógeno
se lanzaron frenéticos hacia las puertas de salida:

(Éstas,  empiezan por los escapes en la tribuna
se baja la escalera empinada hasta la puerta calle)

Pero las hallan cerradas y ese grueso de gente
es aplastada por las siguientes avalanchas

Mi padre –le conozco- es de  carácter apacible
Nunca  le oído denostar desaforadamente
aún aprovechando  el tumulto para gritar;
al ver que el árbitro no iba cambiar decisión
se propuso salir pero nadie quiso moverse
-en la tribuna norte, alta, donde él estaba-

Cuando la policía empezó con lo del gas
se expandió rápidamente a las populares (4)

 (Las tribunas preferenciales  salieron indemnes,
¿por qué será, la galería siempre tiende a sufrir?)

Mi padre en vez de bajar por la escalera a la  salida
tomó la que conduce a los sanitarios altos
echase agua a los ojos que le lagrimean
pero el gas invadía todos los recintos, por lo que,
pisó el inodoro y sacó la cabeza por la ventana
Respiraba  el aire que soplaba la explanada norte

Calculó como tres cuartos de hora para tentar salir
Se dispuso a bajar por las escaleras con los rezagados
Pero los guardias acordonados impidieron utilizarlas
Ya sabían el desastre   ocasionado pero callaban;
Impelieron: bajaran al campo por el roto alambrado

Lo cruzaron  y salieron por la puerta principal
Así lo hizo papá ignorando  la gravedad del asunto
 *
Mi madre, oyendo su música vernácula en la radio
Mientras planchaba mi uniforme (5) para el día siguiente
Se vio interrumpida  por un flash de último minuto:
¡Siete muertos en el estadio nacional por un partido...!

Mamá dejó todo cuanto hacía y bajó del cerro
a la parte baja, al paradero de la línea veintiséis
última cuadra de la avenida veintiocho de julio
a esperar, ansiosa y nerviosa a su marido

Cuando llegó papá y se apeó delante de ella
se sorprendió verla y preguntó ¿qué haces aquí?
tanteando que algo malo me había pasado

(Hubiese querido  transportarme,   espacio-tiempo
 ser espectador –segundos- de ese álgido encuentro)

Mamá con voz suave y cariñosa como susurro, dijo:
-¿Nico, qué pasó en el estadio?
-Nada, perdió Perú ¡árbitro de miércoles…¡
-¿No sabes que han muerto siete  personas?
-No, yo no he visto nada ...
Cuando llegaron a la casa oyeron por la radio:
¡Treinta muertos en el estadio¡( ya no eran siete)
e iba en aumento, cuarenta... cincuenta;
entonces, mi padre recién empezó a tiritar de miedo

Conforme iba aumentando las cifras se puso a llorar
-Lo dicho, él es sensible de cualquier cosa llora
Aunque este lloro ameritaba por pérdidas ajenas-

Agradecía al Señor de Cachuy no haber bajado escaleras
Santo milagroso de su santa tierra –sierra de Lima-

No repararon en mí que podía haber ido al estadio
Mi madre me vio salir con pelota, y  mi amigo Jhony
Podía haber dejado la bola, por allí, e irme al estadio
o si es que Johnny cargado(6) me invitaba, yo iba
pero ambos éramos amigos de los bolsillos vacíos

Llegué a las ocho a  casa, pensé que me iban a regañar
Estaban tan afligidos que me informaron  lo que sabía:
Venía oyendo la radio frente la pampa, en la subida,
¡Ochenta... noventa... y pasaban de cien los muertos¡

Preocupada mamá  su hermano menor haya asistido
fue a su casa, en la primera cuadra de Antonio Bazo
frente a la puerta-emergencia del Hospital Dos de mayo,

Encontró a su cuñada que le dijo: No ha ido al estadio
pero ha ido a ver como llegan los muertos al hospital
A pocos minutos llega el tío ensangrentado la camisa
¡Qué pasó¡¿porqué vienes así?- preguntaron las mujeres-
-Nada-respondió- como no se daban abasto el personal
ayudé bajar de la ambulancia ¡al hombro! a los muertos
-Murieron esa fatídica tarde casi ¡cuatrocientas personas¡-
*
Antes de ayer  se reinauguró el Estadio Nacional de Lima
y esta remembranza triste  me viene al punto
como si a flor, en la poza del subconsciente estuviera

El autor de mis días está postrado en cama hace un año(7)
No habla, no ve, sólo dos catéteres le mantienen en vida
Aunque parece que a ratos me escuchara
Le voy hablando cosas que me pasa sin oír respuesta
Hoy le contaba sobre la remodelación del estadio
Pantalla led en la tribuna, las suites que  están en venta
Las luces  inteligentes que  centellan cuando  ovacionan

Digo:
Han quitado la fosa circundante alrededor del campo
para que el público, como Europa, esté cerca al gramado...

Mi padre empieza  temblar, recuerda y balbucea miedos
(¡qué torpe he sido!) le abrazo, le digo que estoy exagerando
Pero unas lágrimas bajan perezosamente por sus mejillas…
__
(1)24 mayo 1964
(2) había varios campos de fútbol, atrás del cuartel Barbones
(3) y poder alcanzar una plaza para las olimpiadas de Tokio, Perú necesitaba un  empate.
 (4) sobre todo por el viento a la tribuna norte donde papá estaba
 (5) uniforme caqui comando incluido boina y corbata
(6) con dinero
 (7) corresponde esta nota a julio del 2011.


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