jueves, 29 de octubre de 2015

Por faltar a un religioso ¡ocho meses preso!


Tres años atrás, Ángel Moyano Vásquez y su esposa Clara Rostworoswski, compraron un terreno en Cieneguilla. Y una vez que terminaron construir  la casa, su vecino,  un sacerdote italiano llamado Giuseppe Cressano, les increpó de haber usurpado parte de su terreno, sin mostrar documento ni plano ni nada. Y desde entonces, el cura católico no dejó de mantener una actitud hostil hacia la familia Moyano. Para colmo, el clérigo matón amenazó a la mujer de Moyano con tumbar la pared. A la mala, y con ajos y cebollas…el religioso tenía una boquita de caramelo, pues parece disfrutar de atormentar a sus vecinos tirándoles piedras y mentándoles la madre.
Hasta que un día, Ángel Moyano, quién parece tener una paciencia de santo, perdió  la calma. Y le devolvió los gritos al presbítero bravucón. Se dijeron velaverde, se pecharon a la distancia, echaron chispas, y aparentemente quedó ahí la cosa. Pero no, ahí empezó el calvario.
Seis meses después, el capellán de marras inicio una querella judicial. Por supuesta difamación agravada…Lea por favor solo la parte resolutiva respondió Moyano a la jueza Flora Trebejos confiado en que vivía en un país normal… Y en eso: ¡tiene ocho meses de prisión efectiva!
-¿Qué significa eso?, pregunto Moyano a su abogado
-Que te quedas, le dijo al oído el jurista
-¡¿Qué?!
...
¡Y cien mil soles de reparación civil ¡Desde entonces Moyano no entiende que hace  enjaulado como un animal.
Moyano está tras las reja por una riña  entre vecinos..
Aquí lo inquietante es nuestro sistema judicial que es una buena porquería. Y este tipo de atropello y sentencias disparatadas existen, cuando no debería ocurrir jamás.


Pedro Salinas/La República/27 set 2015

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